El virus de la influenza A (IAV) sigue siendo una amenaza importante para el ganado y la salud pública debido a la capacidad del virus para la transmisión y reasociación entre especies, como lo ejemplifica la pandemia H1N1 de origen porcino de 2009, los brotes panzoóticos actuales de influenza aviar altamente patógena (HPAI) H5N1 en aves de corral y vida silvestre, y la reciente aparición de infecciones por HPAI H5N1 clado 2.3.4.4b en el ganado lechero.
Sobre la base de estos ejemplos históricos y recientes, las preocupaciones se han intensificado considerablemente con la aparición y propagación panzoótica del clado 2.3.4.4 de HPAI H5NX desde 2020, que ha demostrado una alarmante capacidad para cruzar las barreras de las especies.
Tras su propagación global, este clado se detectó por primera vez en Norteamérica en 2021, propagándose y estableciéndose rápidamente entre aves de corral domésticas y en diversas especies de aves silvestres.
Junto con su propagación geográfica, los eventos de reordenamiento con virus de influenza aviar de baja patogenicidad (LPAI) han llevado a la aparición de nuevos genotipos, aumentando potencialmente su rango de hospedadores y virulencia. Como evidencia de esta circulación, desde enero de 2022, un total de 13,552 aves silvestres de diferentes especies han dado positivo para HPAI H5N1 en los EE. UU. (hasta el 11 de julio), lo que destaca la capacidad de persistencia de este virus en su reservorio de aves silvestres. Además de las aves silvestres, la industria avícola estadounidense se ha visto gravemente afectada por HPAI H5N1. Al 11 de julio de 2025, aproximadamente 174,83 millones de aves han sido despobladas o han muerto en los 50 estados desde el inicio del brote el 8 de febrero de 2022.
De particular preocupación, el HPAI H5N1 se ha detectado en una amplia gama de mamíferos, incluyendo especies silvestres terrestres y marinas, así como animales de granja, incluyendo ganado lechero, cabras, alpacas y ovejas. Sin embargo, lo más preocupante es la confirmación de un número limitado de casos humanos relacionados con el contacto directo con animales infectados, incluyendo aves de corral en granjas y en mercados de aves vivas, o más recientemente, en rebaños lecheros. Estos hallazgos sugieren una creciente adaptación del virus a huéspedes mamíferos y plantean inquietudes sobre el potencial zoonótico del virus. Para agravar este riesgo, se han detectado varias mutaciones asociadas con la adaptación de mamíferos y neurotropismo en mamíferos infectados con HPAI H5N1, atrayendo una atención científica significativa, ya que sugieren la posible evolución del virus para infectar y replicarse eficientemente en especies no aviares.
El Centro de Información de Salud Porcina (SHIC) de los EE UU encargó un informe para ayudar a la industria porcina en la preparación contra la influenza aviar altamente patógena H5N1. En dicha revisión, ha participado la veterinaria española Ana Marco-Fuertes, de la Universidad Cardenal Herrera-CEU, y Montserrat Torremorell, profesora en la Universidad de Minnesota.
La revisión tiene como objetivo sintetizar el conocimiento actual sobre las infecciones por HPAI H5N1 clado 2.3.4.4b en cerdos, identificar brechas críticas de conocimiento y esbozar prioridades para la investigación que puedan respaldar a la industria porcina en la prevención de la aparición y propagación de nuevos IAV en cerdos, al tiempo que se reducen los eventos de contagio a humanos y otras especies animales.
Las veterinarias, junto a compañeros estadounidense, explican que, dada la creciente preocupación por la transmisión entre especies, incluida la circulación actual del virus de la influenza aviar de alta patogenicidad (IAP H5N1) en el ganado lechero, se debe prestar especial atención a los cerdos, ya que esta especie posee una susceptibilidad significativa a los virus de la influenza aviar (IAV). El IAV es endémico en las poblaciones porcinas de todo el mundo, con circulación sostenida tanto en piaras de cría como de engorde. Este virus causa enfermedades respiratorias, contribuye a pérdidas reproductivas indirectas, compromete el bienestar animal y representa una importante carga económica para los productores porcinos.
La notable diversidad genética y antigénica del IAV se debe principalmente a la naturaleza propensa a errores de su ARN polimerasa, lo que resulta en una alta tasa de mutación. Además, pueden ocurrir eventos de recombinación frecuentes cuando los cerdos se coinfectan con diferentes cepas de IAV, lo que lleva a la generación de nuevas cepas emergentes. Un ejemplo notable de esta dinámica que han expuesto los autores es la aparición del virus H1N1pdm09 de origen porcino, que causó la primera pandemia de influenza del siglo XXI. Después de su propagación en humanos, el virus se derramó de nuevo en la población porcina a nivel mundial, lo que contribuyó a la generación y establecimiento de nuevos genotipos en cerdos. Este intercambio bidireccional de virus entre cerdos y humanos no es raro y resalta la complejidad de la interfaz porcino-humano. El IAV de origen aviar y humano contribuye significativamente a la introducción de nuevas cepas en los cerdos. Los virus de origen aviar a menudo se introducen a través de la exposición ambiental o el contacto con la vida silvestre, mientras que los virus de origen humano se introducen a través de zoonosis inversa. Estas introducciones contribuyen aún más al paisaje genético de los IAV, donde múltiples linajes de los subtipos H1N1, H1N2 y H3N2 cocirculan en piaras de cerdos a nivel mundial, lo que complica los esfuerzos de vigilancia y control.
Los cerdos, comentan los investigadores, son reconocidos como intermediarios clave en el surgimiento de nuevas cepas de influenza debido a su expresión de receptores de IAV α2,3-Gal aviar y α2,6-Gal humano en su tracto respiratorio. Esto pone de relieve una preocupación importante para la industria porcina, ya que la transmisión entre especies de cepas de origen aviar y adaptadas a los mamíferos, junto con eventos de redistribución, pueden aumentar el riesgo de contagio y propagación entre los cerdos, lo que podría dar lugar a cepas mejor adaptadas que representen un mayor riesgo para los seres humanos.
Aunque solo se han documentado a nivel mundial eventos esporádicos de propagación de variantes de origen porcino a humanos, estas infecciones zoonóticas no han dado lugar a una transmisión sostenida entre humanos desde la pandemia de H1N1 de 2009. No obstante, considerando las cepas de origen porcino reportadas previamente, junto con la circulación generalizada y difícil de controlar de diversos virus de la influenza aviar en cerdos, el riesgo de futuras pandemias persiste.
Esto resalta la necesidad de un enfoque de Una Salud, considerando la interconectividad de la salud humana, animal y ambiental para abordar los intrincados desafíos que plantean las infecciones por HPAI H5N1.
Influenza aviar altamente patógena H5N1 en cerdos
Dado el posible impacto de la HPAI H5N1 en la industria porcina y la salud pública, “es crucial comprender cómo se presenta el virus en los cerdos. En particular, su presentación clínica y su transmisión dentro de las poblaciones porcinas”.
Los conocimientos de los brotes en ganado han demostrado que el movimiento de animales infectados desempeña un papel fundamental en la propagación interestatal de la HPAI H5N1. El ARN viral se detectó con mayor frecuencia en hisopos nasales y orina en animales no clínicos, lo que destaca el papel de la transmisión asintomática en los rebaños y también la probable contribución de otras rutas de transmisión distintas de la leche, que podrían impulsar de manera similar la propagación del virus en las poblaciones porcinas. “Comprender la dinámica de transmisión de la HPAI H5N1 en cerdos es esencial para informar los enfoques de diagnóstico específicos, mejorar los esfuerzos de vigilancia y guiar el desarrollo de medidas de bioseguridad y prácticas de gestión efectivas para la prevención y el control de enfermedades”.
En este sentido, indican que determinar si la propagación del virus de la influenza aviar altamente patógena H5N1 a los cerdos se debe a una o varias introducciones “es fundamental para comprender la dinámica de la transmisión”. La presencia de genotipos virales genéticamente distintos podría dar lugar a patrones epidemiológicos complejos, incluyendo la aparición de nuevos virus con manifestaciones clínicas y patogenicidad variables.
“Se necesita un enfoque de vigilancia virológica más amplio e integrado, que abarque aves silvestres, aves de corral, ganado, especies peridomésticas y seres humanos para permitir la caracterización oportuna del virus, mejorar el intercambio de datos y respaldar respuestas coordinadas a medida que el virus continúa evolucionando”.
No obstante, matizan que, si bien las mejoras en el diagnóstico y la vigilancia son esenciales para la detección temprana de la influenza aviar altamente patógena H5N1 en cerdos, “deben complementarse con una comprensión profunda de cómo se introduce y se propaga el virus dentro de las poblaciones de cerdos”.
Aunque la transmisión por aerosol del virus de la influenza aviar altamente patógena en las explotaciones lecheras sigue siendo objeto de debate, no hay pruebas claras de que desempeñe un papel importante en la transmisión dentro del rebaño. Por el contrario, la transmisión por aerosol en cerdos está bien documentada y supone un riesgo potencial de propagación tanto de animal a animal como de animal a humano. Por ello, sugieren que el seguimiento de los filtros de aire de los sistemas de ventilación de las explotaciones porcinas, en particular los situados cerca de explotaciones avícolas o de ganado lechero infectados, podría constituir una estrategia de vigilancia eficaz.
Las prácticas de bioseguridad internas de la granja por sí solas han demostrado una capacidad limitada para prevenir la transmisión en cerdos pre-destetados. En consecuencia, indican que los programas integrales de control de la influenza deben incluir prácticas que aumenten la inmunidad activa y pasiva y reduzcan la exposición viral, como la aclimatación y vacunación de las primerizas, la inmunización de las cerdas antes del parto para mejorar la transferencia de anticuerpos maternos y la implementación de prácticas de bioseguridad internas como el flujo unidireccional de cerdos, la reducción de la crianza cruzada y la minimización del movimiento de personal y equipo entre grupos de edad.
A este respecto, los autores comentan que la vacunación es la principal estrategia para controlar el virus en cerdos y ayuda a reducir los signos clínicos, las lesiones y la diseminación viral. La vacunación también puede disminuir la transmisión, pero el nivel de reducción “depende de qué tan bien las cepas de la vacuna inducen protección contra las cepas circulantes y también de si las vacunas se utilizan para estimular la inmunidad activa o pasiva”. La vacunación de animales de reemplazo es muy recomendable, ya que la vacunación de primerizas se ha asociado con una mayor probabilidad de destetar cerdos negativos.
Sin embargo, lamentan que la vacunación conlleva desafíos. La continua deriva antigénica, junto con la alta diversidad genética del virus, complica el desarrollo de la vacuna. Por lo tanto, la vigilancia eficaz es esencial para obtener aislados relevantes del IAV para asegurar un diseño óptimo de la vacuna.
Los virus HPAI H5N1 pueden infectar a los humanos y, en algunos casos, causar enfermedades graves. A pesar de la amplia circulación en animales, los casos humanos notificados siguen siendo bajos, con 983 infecciones esporádicas documentadas desde 1997 y una tasa de letalidad de aproximadamente el 50 %.
No obstante, los recientes brotes de HPAI H5N1 en una granja de visones en España, en granjas de pieles en Finlandia, en mamíferos marinos en Sudamérica y el brote más reciente en vacas lecheras en los Estados Unidos han suscitado inquietudes relacionadas con la capacidad del clado 2.3.3.4b de HPAI H5N1 para transmitirse de mamífero a mamífero.
Por ello, advierten de que, si se detecta la influenza aviar altamente patógena H5N1 en cerdos, “será crucial evaluar continuamente las mutaciones emergentes en el genoma viral”, en particular aquellas previamente asociadas, según datos experimentales o epidemiológicos, con una mayor replicación en mamíferos (adaptación a mamíferos), una transmisión eficiente en cerdos (transmisibilidad entre cerdos) o una mayor unión a receptores humanos y patogenicidad (potencial zoonótico).
En este sentido, para abordar la posible aparición de un nuevo virus de la influenza aviar altamente patógena H5N1 adaptado a mamíferos a partir de cerdos infectados y el riesgo zoonótico asociado, consideran esencial adoptar un enfoque de "Una Salud". Esto requiere trabajos coordinados entre los sectores veterinario, de salud humana y de fauna silvestre para monitorear la evolución del virus, evaluar los riesgos de transmisión y desarrollar medidas preventivas que protejan la salud pública y animal. “La actual pandemia refuerza la importancia de contar con políticas proactivas con base científica para prevenir la aparición de una próxima pandemia”.