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Primer estudio sobre tipos de cáncer en mascotas en España: 35,8 % de carcinomas y fármacos de uso humano

Primer estudio sobre tipos de cáncer en mascotas en España: 35,8 % de carcinomas y fármacos de uso humano

En los perros, las hembras (65,4 %) casi duplicaron el número de machos, mientras que los gatos se distribuyeron de forma más homogénea entre machos y hembras
cáncer mascotas España
La edad media fue casi similar en los perros diagnosticados con tumores benignos y malignos.

El cáncer es una de las principales causas de morbilidad y muerte en las mascotas, como consecuencia de la reciente prolongación de su esperanza de vida. Según la Veterinary Cancer Society, uno de cada cuatro perros será diagnosticado con cáncer en su vida. La prevención, detección temprana y tratamiento de enfermedades en animales de compañía, principalmente perros y gatos, han contribuido a aumentar su esperanza de vida más allá de la edad establecida por la naturaleza. Los avances médicos y sociales y las mejoras nutricionales logradas en las últimas décadas, de las que también se benefician los animales, también son factores que pueden ayudar a explicar este aumento. Además, la relación única que se establece entre dueños y mascotas, que se consideran “un miembro de la familia", ha hecho que los dueños sean más propensos a cuidar a estos animales y a gastar más en ellos y en aquellos tratamientos que puedan necesitar para diversas enfermedades, entre ellas el cáncer.

 

Aunque esta enfermedad no es de declaración obligatoria en estos animales, varios estudios han determinado la incidencia de cáncer en mascotas, y se han utilizado diferentes fuentes para obtener registros de casos. La tasa de incidencia de cánceres malignos en mascotas varía de 142,8 a 852/100.000 perros, y de 63 a 412/100.000 gatos. Cabe señalar que el registro de tumores en perros y gatos no está completamente estandarizado, y se han utilizado diferentes herramientas como VetCompass, redes como VetOncoNet, registros de tumores nacionales o regionales o datos de hospitales de referencia para calcular la incidencia de cáncer. En otros casos se ha documentado la incidencia de un tipo particular de tumor, como linfoma, tumores cutáneos o de glándula mamaria, o neoplasia salival.

 

Cáncer en mascotas en España

 

En cuanto a las posibilidades de tratamiento, aunque se han establecido directrices en animales de compañía, no hay información disponible sobre su uso en condiciones de campo. Así, los hospitales veterinarios docentes pueden ser una fuente fiable de información sobre enfermedades animales. También son puntos de referencia para profesionales de atención primaria, aunque la información sobre casos clínicos a menudo se utiliza solo con fines contables, para demostrar que se ha alcanzado un número mínimo de casos clínicos para ser vistos por los estudiantes en relación con las diferentes especies animales o los servicios clínicos ofrecidos. En Gran Bretaña o Australia, están disponibles bases de datos como UK VetCompass y Australia VetCompass, que indexan los registros clínicos de estos países como una forma de mejorar el conocimiento sobre la identificación, prevención y tratamiento de enfermedades en mascotas, compartiendo esta información entre los profesionales. En otros países, los veterinarios disponen de pocos datos basados ​​en la evidencia para mejorar la salud y el bienestar animal, y solo se han realizado algunas encuestas de prescripción. Sin embargo, es necesario contar con información práctica y real sobre las enfermedades diagnosticadas en las mascotas y los tratamientos que se realizan a diario. Además, en el caso del cáncer, aunque algunos medicamentos veterinarios se han aprobado recientemente, la mayoría de los medicamentos utilizados aún son de uso humano. 

 

Por lo tanto, un estudio realizado por Beatriz Romero, Julen Susperregui, Raquel Díez, E. Milena Vazquez, Cristina López, Raúl de la Puente, M. Jose Diez, Nelida Fernandez, Jose M. Rodriguez-Altonaga, Ana M. Sahagun, de la Universidad de León, ha evaluado retrospectivamente una población de mascotas diagnosticadas con cáncer en un hospital veterinario durante un período de 10 años. El objetivo fue caracterizar la población afectada, los tipos de tumor diagnosticados y las modalidades de tratamiento seguidas. Los autores describieron las características de los casos clínicos de mascotas que acudieron al Hospital Veterinario Docente de la Universidad de León (HVULE), y fueron diagnosticadas con tumores. Se llevó a cabo un estudio retrospectivo entre 2015 y 2024. Se obtuvo un total de 123 animales que comprendían 107 perros y 16 gatos de los registros clínicos.

 

Las hembras caninas casi duplicaron el número de machos

 

El riesgo de incidencia anual medio se estimó en 530 de 100.000 animales que asistieron al HVULE durante los 10 años estudiados (rango 437-625 de 100.000 animales), 618 de 100.000 perros (rango 501-735 de 100.000 animales) y 264 de 100.000 gatos (rango 131-398 de 100.000 animales).

 

Los perros (107 animales) estuvieron casi 7 veces más representados en la muestra que los gatos (16 pacientes), y las hembras abarcaron el 62,6% de los casos totales. En los perros, las hembras (65,4 %) casi duplicaron el número de machos, mientras que los gatos se distribuyeron de forma más homogénea entre machos y hembras. El peso medio al diagnóstico fue de 24,0 ± 13,2 kg en perros (rango 2,9-65,5 kg) y de 3,9 ± 1,1 kg en gatos (rango = 1,5-5,8 kg). Los gatos tendieron a ser ligeramente mayores (9,9 ± 3,8 años) que los perros (9,5 ± 2,7 años), con una edad que oscilaba entre los 2 y los 15 años para los perros, y entre los 3 y los 17 años para los gatos. Se observó una mayor frecuencia de tumores en animales mayores y geriátricos, llegando a representar el 78,9 % de todos los casos de tumores.

 

La edad media fue casi similar en los perros diagnosticados con tumores benignos (9,8 ± 2,5 años) y malignos (9,5 ± 2,7 años). El epitelio fue el tejido de origen predominante (40,7 %), seguido de los que tenían su origen en células redondas (30,1 %). El histotipo más frecuente fue el carcinoma (35,8 %), seguido del linfoma (19,5 %) y los tumores de mastocitos (10,6 %). En esta característica, el grupo “otros” representa el 22,0%, e incluye diferentes tipologías con frecuencias más bajas. De los carcinomas, el 59,1 % estaban presentes en la glándula mamaria. En cuanto a la topografía, los tres sistemas más afectados fueron las glándulas mamarias (27,6 %), la piel/mucosa (26,8 %) y el sistema hematolinfoide (17,9 %).

 

Medicamentos aprobados para uso humano fueron los más prescritos

 

En cuanto al tratamiento, se prescribió quimioterapia a 46 animales (37,4 %), con solo 5 gatos tratados con esta modalidad. Ambos tratamientos (cirugía y quimioterapia) se combinaron en 10 animales (8,1 %). Se prescribieron un total de 74 tratamientos quimioterapéuticos diferentes a los animales, e incluyeron 11 fármacos diferentes. La quimioterapia de agente único se utilizó en más de dos tercios de los animales (69,6 %). La mayoría de estos tratamientos se administraron por vía oral (53,2 %) y el resto por vía intravenosa. 

 

En los perros, los tratamientos intravenosos incluyeron mitoxantrona, doxorrubicina, vincristina, vinblastina y carboplatino. Entre los medicamentos orales, el fármaco predominante fue toceranib, pero también se utilizaron otros principios activos como ciclofosfamida, lomustina, clorambucilo, melfalán y masitinib. En gatos, los tratamientos intravenosos se basaron en carboplatino y vincristina, y los orales en clorambucilo, ciclofosfamida y toceranib. Además, se administró quimioterapia metronómica a 4 animales (8,7%): 3 perros (2 recibieron toceranib y 1 animal ciclofosfamida) y 1 gato (toceranib). 

 

Los medicamentos aprobados para uso humano fueron los más prescritos (72,3 %). En cuanto a los protocolos quimioterapéuticos, “fueron muy variados, de hecho, se utilizaron hasta 24 protocolos diferentes”, añaden.

 

Respecto a los tratamientos concomitantes, los fármacos más utilizados fueron los antieméticos (23,5 %), seguidos de los corticosteroides de uso sistémico (21,9 %), los antibacterianos de uso sistémico (16,2 %) y los antiinflamatorios (13,2 %).

 

La evolución de la enfermedad tras la quimioterapia se agrupó en cinco categorías. En casi 4 de cada 10 animales se desconoció el resultado del tratamiento (18 animales; 2 gatos). La mortalidad también fue alta, ya que 13 animales (28,2 %; 2 gatos) fallecieron, mientras que se observó progresión de la enfermedad en 12 animales (26,1 %; 1 gato). Finalmente, se registró recurrencia de la enfermedad en dos casos (4,3 %), y solo un animal pareció curarse, ya que no se incluyó información adicional sobre el tumor tratado en su historial médico posterior. Los últimos tres animales (con recurrencia o curación) se sometieron a tratamientos quirúrgicos y quimioterapéuticos.

 

Visión real de las modalidades de tratamiento

 

Hasta donde saben los autores, este es el primer estudio que investiga las características de los tumores diagnosticados en animales de compañía durante un largo período (10 años), con especial atención al patrón de tratamiento de esta enfermedad. “La disponibilidad de estudios similares en la literatura es muy escasa, y se han realizado estudios parciales sobre las características de los tumores en perros o gatos, o sobre la descripción de los agentes citotóxicos prescritos”, exponen. 

 

“Hemos observado que la mayoría de los tumores se han descrito en perros, tanto de edad avanzada como de raza pura, y en hembras”. Los tumores fueron generalmente malignos y se localizaron principalmente en las glándulas mamarias o la piel, siendo el carcinoma el principal tipo histológico. El estudio también proporciona “una visión real de las modalidades de tratamiento utilizadas principalmente en mascotas, siendo la cirugía la principal opción terapéutica empleada”. En cuanto a los fármacos citotóxicos, poco más de la mitad de los tratamientos se administraron por vía oral (principalmente toceranib), mientras que los tratamientos intravenosos se utilizaron fuera de indicación. Finalmente, “algo más de una cuarta parte de los animales fueron sacrificados”, concluyen.

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