Las aves silvestres están expuestas a múltiples infecciones por microorganismos patógenos. Estos microorganismos podrían desempeñar un papel esencial en la evolución de las poblaciones aviares, afectándolas fisiológicamente, como en su supervivencia y éxito reproductivo, así como conductualmente, modificando sus patrones migratorios. Los parásitos que pueden afectar a las poblaciones de aves silvestres pueden clasificarse como ectoparásitos (p. ej., garrapatas, ácaros, moscas, etc.) y endoparásitos (p. ej., protozoos, filarias). Además, muchas especies de aves silvestres pueden desempeñar un papel esencial como reservorios de varios patógenos virales, algunos de los cuales tienen un potencial zoonótico considerable, lo que representa riesgos tanto para la vida silvestre como para la salud humana (p. ej., virus del Nilo Occidental, influenza aviar).
El cambio global, que se traduce en cambio climático, cambios en el uso del suelo y globalización de las actividades humanas, tiene importantes consecuencias en la dinámica de las enfermedades aviares, dando lugar a una expansión de la distribución de patógenos y a cambios en las interacciones huésped-parásito.
En este aspecto, Alazne Díez-Fernández, de la Universidad de Extremadura, y Rafael Gutiérrez-López, del Instituto de Salud Carlos III, han recopilado varios estudios que mejoran la comprensión de la epidemiología, la diversidad molecular y la vigilancia de parásitos y patógenos que afectan a las aves silvestres. Las contribuciones abarcan una amplia gama de temas, desde infecciones por ectoparásitos y parásitos hemosporidios hasta infecciones virales como el virus del Nilo Occidental y la influenza aviar. Además, se destaca la importancia de los programas de vigilancia para el monitoreo de enfermedades zoonóticas transmitidas por aves, en particular las asociadas con patógenos transmitidos por garrapatas, cuyo número ha aumentado en los últimos años. Gracias a estas contribuciones, se ha obtenido información muy valiosa sobre la compleja red de interacciones entre las aves, sus parásitos y la ecología y epidemiología de las enfermedades aviares.
Entre otros puntos, como la revisión de los parásitos externos e internos, los autores han dedicado un apartado a investigar los patógenos virales en aves silvestres como amenazas emergentes y zoonóticas. Además de los parásitos, las aves silvestres participan frecuentemente en los ciclos de transmisión de diversos virus. Algunos de estos virus son altamente patógenos, indican, y tienen el potencial de propagarse a través de las barreras entre especies, lo que genera preocupación tanto para la salud aviar como para la humana. Dos de los virus aviares más importantes son el virus del Nilo Occidental (VNO) y la influenza aviar.
El VNO es un flavivirus transmitido por mosquitos que circula principalmente entre las aves, pero también puede infectar a humanos y otros mamíferos. Los virus de la influenza aviar, en particular las cepas altamente patógenas como el H5N1, han sido responsables de importantes brotes en poblaciones de aves silvestres y domésticas, que en ocasiones se han propagado a la población humana con graves consecuencias.
Los investigadores recogen un trabajo que probó la hipótesis de que la alta viremia en aves, específicamente cuervos, conduciría a una mayor diversidad genética dentro de las células mononucleares de sangre periférica de las aves. Esto podría explicar en parte las diferencias específicas del huésped observadas previamente en diversidad genética y aptitud. Para ello, los autores utilizaron infecciones experimentales de células y aves con el virus del Nilo Occidental (VNO) genéticamente marcado para estudiar la diversidad viral a nivel celular. Los resultados mostraron que los cuervos albergan una población viral más diversa que los petirrojos. Además, los cuervos retienen variantes raras del virus con mayor frecuencia. Esto sugiere que la mayor carga viral en los cuervos permite la persistencia de variantes raras, posiblemente debido a un fenómeno de complementación viral. Los autores también concluyen que la selección purificadora actúa con menor intensidad en los cuervos, debido a su alta susceptibilidad, alta viremia y presencia de múltiples infecciones virales por célula.
Otro virus aviar en aumento es la influenza aviar. En los últimos años, se ha propagado por todo el mundo, afectando a millones de aves de diferentes especies. Los autores recogieron un trabajo realizado durante el invierno de 2021-2022, donde se llevó a cabo un monitoreo del virus de la influenza aviar (AIV) en una zona de invernada para aves migratorias de la familia Anatidae en Japón. Detectaron un virus altamente patógeno (H5N8) con una combinación genética inusual, además de cuatro virus de baja patogenicidad. Un análisis genómico exhaustivo reveló que seis de los ocho segmentos del virus H5N8 (denominado NK1201) estaban estrechamente relacionados con cepas responsables de brotes en granjas avícolas en Japón en noviembre de 2021. Sin embargo, los genes PB1 y NP provenían de virus de baja patogenicidad (H7N7 y H1N8) identificados en el mismo lugar y período. Esto indica, comentan, que el virus NK1201 surgió como resultado de una recombinación genética entre virus de alta y baja patogenicidad presentes en ese entorno. Además, experimentos con pollos mostraron que el NK1201 tenía una infectividad ligeramente diferente a la de otras cepas similares, posiblemente debido a genes heredados de virus de baja patogenicidad. Estos hallazgos confirmaron la aparición de un nuevo genotipo H5N8, y los autores enfatizaron la importancia de monitorear estos sitios de invernada para detectar variantes emergentes que puedan representar un riesgo para las aves de corral, otros animales de granja y los humanos.
A este respecto, han recordado que “una de las herramientas más eficaces para el manejo de las enfermedades aviares es la vigilancia”. Al rastrear la prevalencia de patógenos en las poblaciones de aves silvestres, los investigadores pueden identificar tendencias, anticipar brotes e implementar medidas para prevenir la propagación de infecciones. La vigilancia es especialmente crucial para las enfermedades zoonóticas, ya que las aves a menudo actúan como reservorios de patógenos que pueden propagarse a las poblaciones humanas.
Prueba de ello, recogen un trabajo en el cual los autores examinaron el papel de las aves en la transmisión de patógenos zoonóticos transmitidos por garrapatas. Las garrapatas son vectores de diversas infecciones bacterianas y virales, incluyendo Borrelia spp. (agentes causantes de la enfermedad de Lyme) y Anaplasma spp., que pueden afectar tanto a la fauna silvestre como a los humanos. Este estudio destaca para los investigadores las complejas interacciones entre aves, garrapatas y patógenos zoonóticos, lo que pone de relieve la necesidad de programas de vigilancia integral que consideren la dinámica de las enfermedades transmitidas tanto por aves como por vectores.
“La investigación recopilada en este número especial ofrece un panorama completo de los diversos parásitos y patógenos que afectan a las aves silvestres”, concluyen. Desde la carga de los ectoparásitos hasta las amenazas ocultas que representan los patógenos endoparásitos y virales emergentes, “estos estudios resaltan en conjunto la intrincada relación entre las aves, sus parásitos y sus entornos cambiantes”. Además, el énfasis en la vigilancia subraya la necesidad de un monitoreo proactivo para mitigar los riesgos asociados con las enfermedades aviares, en particular aquellas con potencial zoonótico.