El pasado mes de marzo, el partido animalista PACMA envió una propuesta de modificación del Real Decreto 666/2023, que mantiene enfrentada a la Veterinaria con el Gobierno desde el pasado mes de enero, cuando entró en vigor la obligación de comunicar la prescripción de antibióticos a animales de compañía.
Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) la respuesta fue que, " por el momento, no tienen ninguna intención de cambiar la situación”, lamentaban desde PACMA.
Así, el MAPA no habría mostrado ninguna intención de modificar el RD, a pesar de las múltiples protestas organizadas por los veterinarios y apoyada por tutores y múltiples asociaciones, instituciones, etc.
A raíz de esta respuesta, la plataforma VetUnidos ha querido hacer llegar al Ministerio de Agricultura su descontento. Estas palabras han sido apoyadas por VetWarriors.
Según recoge la carta de VetUnidos para el Ministerio, "no podemos garantizar el acceso inmediato al tratamiento. Prescribimos, sí. Pero dispensar está prohibido, y las farmacias no siempre disponen ni comprenden el medicamento".
Otro de los aspectos que quieren destacar es todo lo referente a la dispensación de medicamentos. En este sentido, la carta del MAPA "recuerda que los veterinarios no podemos vender medicamentos. Correcto. Esa restricción no procede del RD 666/2023, sino del Real Decreto Legislativo 1/2015, que reserva la dispensación a oficinas de farmacia. También se menciona la posibilidad de cesión puntual en situaciones justificadas".
Pero subrayan que lo que no se menciona es que "las farmacias frecuentemente no tienen el producto o lo sustituyen sin criterio; el veterinario, aun siendo el prescriptor y responsable clínico, no puede garantizar que el tratamiento se administre correctamente; o la cesión puntual, que debería ser una excepción, se ha convertido en la única vía práctica para tratar con eficiencia".
El MAPA indica que no concurren las circunstancias necesarias para valorar una modificación del Real Decreto 666/2023. "Desconocemos qué umbral consideran suficiente", indican en la carta los veterinarios, pero por aportar datos:
Si bien, exponen diversos datos que dan muchas razones para modificar dicho Real Decreto. "Se han emitido múltiples aclaraciones técnicas para evitar el colapso del sistema. Se han recogido incidencias generalizadas en farmacias. Y se han pronunciado en contra colegios, asociaciones científicas y profesionales de todas las áreas".
"Si esto no justifica una revisión normativa, quizás debamos esperar a que un animal muera por no recibir a tiempo un antibiótico autorizado. Aunque si eso ocurriera, por supuesto, la culpa sería del veterinario", señala el colectivo.
Por último, quieren recordar que "el RD 666/2023, en su aplicación práctica, ha convertido la medicina veterinaria en una carrera de obstáculos. No se ha limitado a ordenar la prescripción: ha comprometido la gilidad terapéutica, ha diluido la autoridad clínica y ha judicializado la toma de decisiones. Decir que no hay problemas porque aún no se han subido los precios es como negar una fiebre porque aún no hay hospitalización. El esfuerzo de los veterinarios por sostener este modelo no es infinito. Tampoco gratuito. Y si algún día las tarifas suben, no será por presión corporativa. Será porque el sistema ha dejado de ser viable".
"Por supuesto, seguimos colaborando activamente con el MAPA. En nuestras horas libres. Las mismas que antes dedicábamos a comer, y ahora dedicamos a notificar en PRESVET", concluyen.