Desde su aparición en el ganado lechero estadounidense, la influenza aviar altamente patógena (gripe aviar, H5N1) ha desafiado todo control, propagándose a otras especies y afectando cada etapa del sector lechero. Una revisión recientemente publicada presenta el análisis más completo hasta la fecha sobre el impacto del virus y exige una respuesta unificada. Dado que la ciencia actual apunta a una compleja dinámica de transmisión y amplias consecuencias, los autores argumentan que solo un enfoque de Una Sola Salud, que tenga en cuenta la intersección de la salud animal y humana con la del medio ambiente, puede combatir eficazmente el H5N1 y prevenir futuros brotes.
“El brote de H5N1 en el ganado lechero es único; tiene una capacidad excepcional para propagarse entre granjas y entre las vacas dentro de una misma granja, y es la primera vez que una enfermedad infecciosa de esta magnitud afecta al sector lácteo estadounidense en casi 100 años. Ha revelado desafíos que aún no hemos resuelto en nuestra capacidad para detectar, informar y gestionar nuevas enfermedades”, indicaron.
La revisión, basada tanto en el conjunto actual de literatura como en los mejores relatos de primera mano y datos no publicados del brote, describe cómo el virus H5N1, conocido anteriormente por brotes en aves de corral, se propagó desde las aves silvestres a los rebaños lecheros y a una variedad de otras especies animales, y traza un mapa de los amplios impactos del virus hasta la fecha.
"Nuestro equipo quería describir los efectos del H5N1 en la agricultura, así como en la salud animal y humana en EE. UU., y demostrar que una perspectiva de Una Sola Salud, o una que considere la salud de los animales, los humanos y el medio ambiente como una red holística interconectada, será esencial para abordar este brote", añadieron
En primer lugar, el equipo describe los últimos avances científicos sobre cómo la gripe aviar está afectando el suministro de alimentos de Estados Unidos, en el cual las aves de corral, la carne de vacuno y los productos lácteos desempeñan un papel clave.
"Antes que nada, es fundamental transmitir que la pasteurización sigue siendo una herramienta muy eficaz para inactivar el virus en la leche, lo que significa que nuestro suministro comercial de leche y productos lácteos sigue siendo seguro, al igual que la carne de vacuno, las aves y los huevos bien cocidos, según varios estudios del Servicio de Inocuidad e Inspección de Alimentos del Departamento de Agricultura de EE. UU.", recordaron.
Aun así, la reducción de la producción y las interrupciones del suministro han hecho subir los precios para los consumidores, y los impactos más amplios del virus (desde las operaciones y la gestión de las granjas hasta la salud de los trabajadores) siguen extendiéndose por toda la industria láctea.
Detener la propagación del H5N1 comienza por comprender exactamente, indican, cómo se propagó el virus al ganado y las vías de propagación entre el ganado lechero y entre granjas, ambas aún desconocidas. La evidencia recopilada por los autores sugiere que la exposición inicial de las vacas puede ocurrir a través del alimento o el agua contaminados por aves silvestres, aunque es posible que el virus también se propague a través de aerosoles (pequeñas partículas en el aire) o fómites (superficies u objetos contaminados). Tras la exposición inicial, las vacas pueden transmitir fácilmente el virus a otras personas de su rebaño.
"El virus H5N1 se adhiere a los receptores de ácido siálico, abundantes en las ubres y el tracto respiratorio de las vacas, lo que significa que inhalar el virus y entrar en contacto con leche infectada son dos vías de propagación en la granja".
"Contamos con información de estudios experimentales y de campo, pero, por el momento, nos faltan algunas piezas clave sobre la transmisión viral de vaca a vaca, y se necesita más información", añadieron.
Los investigadores son claros en que comprender la transmisión será fundamental para detener la propagación del H5N1, y que esto es especialmente difícil debido a la estructura y complejidad de la industria láctea en la que el ganado, los seres humanos, otros animales y los equipos están frecuentemente en estrecho contacto y se trasladan de un lugar a otro.
"En general, es importante considerar nuestras explotaciones lecheras como ecosistemas. Una granja lechera no se compone solo de vacas, sino de una comunidad dinámica e interconectada de organismos vivos (aves, gatos, moscas y personas), así como de sus entornos físicos: agua, vehículos, camas, alojamientos y equipos".
Todos ellos interactúan entre sí para potencialmente propagar patógenos como el H5N1, por lo que rastrear, comprender y mitigar el virus “es complicado y requerirá la colaboración de múltiples socios: productores, veterinarios de ganado, socios gubernamentales y estatales e investigadores”.
El elemento humano de este brote es el área final que revisó el equipo, abordando el impacto en la salud humana hasta la fecha y el potencial de una pandemia humana de H5N1 más grande en el futuro.
"Hemos visto 70 casos confirmados de H5N1 asociados con este brote, la mayoría de los cuales eran personas que trabajaban con ganado o aves de corral".
Estos casos han sido generalmente leves, principalmente con conjuntivitis o síntomas leves parecidos a los de la gripe. Sin embargo, el artículo deja claro que el H5N1 se extiende más allá de la enfermedad física; el brote ha exacerbado los problemas de salud mental de los trabajadores, quienes a menudo enfrentan disparidades preexistentes en el acceso a la atención médica, así como de los veterinarios y productores, quienes lidian con una mayor carga de trabajo y presión financiera y emocional.
Por otro lado, añaden que el virus no solo ha afectado a la industria láctea, sino que la cepa bovina también ha afectado gravemente a la avícola. “Según la Asociación Americana de Patólogos Aviares, más de 28 millones de aves comerciales en casi 100 explotaciones han sido despobladas, y existen muchas lagunas en nuestro conocimiento sobre cómo se transmite del ganado a las aves de corral”.
El potencial del virus para causar un evento de salud humana de mayor magnitud es mucho menos claro y requerirá considerablemente más datos de los disponibles. "Hasta el momento, no disponemos de suficiente información para predecir la probabilidad de que el H5N1 se convierta en un virus que pueda propagarse entre humanos y desencadenar una pandemia. Pero es seguro afirmar que el potencial aumenta a medida que seguimos sin controlar el virus".
Por último, exponen que controlar la propagación del H5N1 exigirá un esfuerzo coordinado en todo el sector lácteo para fortalecer las prácticas de bioseguridad en las granjas (incluyendo el papel de los trabajadores lecheros), una amplia vigilancia y notificación de virus, una revisión de las medidas de control actuales y, potencialmente, una opción de vacunación, todo ello “protegiendo al mismo tiempo los medios de vida de los ganaderos”.