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Analizan la respuesta de la enteropatía crónica canina a los trasplantes fecales

Analizan la respuesta de la enteropatía crónica canina a los trasplantes fecales

Los trasplantes fecales tienen como objetivo restaurar el microbioma intestinal aumentando la diversidad de microorganismos
Perro veterinario (3)
En perros, los trasplantes de microbiota fecal han sido eficaces para resolver diversos trastornos.

La enteropatía crónica (CE) es un trastorno inflamatorio intestinal prevalente en perros, caracterizado por vómitos persistentes y/o recurrentes, diarrea, disminución del apetito, dolor abdominal y pérdida de peso que dura más de tres semanas.

 

La condición afecta profundamente la salud y la calidad de vida del perro. Afortunadamente, hay varias formas de tratamiento disponibles para la CE, que pueden implicar cambios en la dieta, prebióticos y probióticos, antibióticos o inmunosupresores.

 

El curso del tratamiento depende de si la enteropatía se clasifica como que responde a los antibióticos (ARE), que responde a los inmunosupresores (IRE), que responde a los alimentos (FRE) o que no responde (NRE). Otro modo de tratamiento que se muestra prometedor en el tratamiento de la enteropatía crónica son los trasplantes de microbiota fecal (FMT).

 

Los FMT implican la transferencia de materia fecal fresca o liofilizada de un donante sano al tracto gastrointestinal de un receptor en forma de endoscopias, enemas rectales o cápsulas orales.

 

En perros, los trasplantes de microbiota fecal han sido eficaces para resolver los signos clínicos en casos de diarrea aguda hemorrágica, diarrea asociada a parvovirus, diarrea asociada a Clostridium perfringens, diarrea que responde a los antibióticos o que no responde a los antibióticos, y dermatitis atópica canina.

 

Los trasplantes fecales tienen como objetivo restaurar el microbioma intestinal aumentando la diversidad de microorganismos, repoblando un número de bacterias beneficiosas y sus metabolitos o reduciendo la abundancia de patógenos potenciales.

 

No obstante, su eficacia no ha sido del todo demostrada, y existen varios factores que podrían estar modulando la forma en que los animales receptores de trasplantes de microbiota fecal y sus microbiomas responden al FMT, como diagnósticos previos, exposición previa a antibióticos o la dieta y el estilo de vida del perro.

 

La composición del microbioma fecal de un donante también es un factor importante a considerar al evaluar las respuestas al FMT, pero hasta la fecha, ningún estudio ha investigado qué bacterias se trasplantan y qué grado de trasplante se observa en una cohorte de perros que reciben trasplantes de microbiota fecal.

 

Respuesta de la enteropatía crónica canina a los trasplantes fecales

 

Un estudio realizado en EE UU ha abordado algunas de estas lagunas en el conocimiento, examinando las respuestas del microbioma fecal a los trasplantes de microbiota fecal en cápsulas orales en una cohorte de cincuenta y cuatro perros con vómitos crónicos, diarrea o estreñimiento que duran más de 2 semanas.

 

Los perros tenían signos clínicos consistentes con CE, pero no todos cumplían con los criterios de diagnóstico para un diagnóstico formal. Los autores documentaron los cambios que se observaron a nivel del microbioma después del FMT y correlacionaron estas respuestas del microbioma con cinco factores de interés del huésped: signos clínicos del huésped, consumo de alimentos crudos, consumo de alimentos secos, uso previo de antibióticos y puntuación de condición corporal.

 

También compararon los microbiomas fecales de los receptores de FMT con sus donantes fecales y examinaron qué microbios se "injertaron" en el receptor y la proporción del microbioma que constituyeron.

 

Utilizando la secuenciación del gen 16S rRNA, “documentamos los cambios en el microbioma de cincuenta y cuatro perros que tomaron cápsulas de materia fecal liofilizada para su diarrea crónica, vómitos o estreñimiento”, comentan.

 

En primer lugar, descubrieron que los perros que consumieron alimentos secos tenían microbiomas más ricos que los perros que no lo hicieron. De manera similar, los perros que consumieron alimentos crudos tenían microbiomas más ricos que los perros que no lo hicieron. Además, los perros con una exposición previa a antibióticos tenían microbiomas ligeramente más diversos que los perros sin una exposición reciente. Por último, los perros con puntuaciones de condición corporal más altas tuvieron una mayor diversidad que los perros con puntuaciones de condición corporal más bajas. “Los signos clínicos no predijeron significativamente la diversidad del microbioma fecal”, añaden.

 

Impacto de los antibióticos en los microbiomas fecales

 

Continuando con la investigación, los autores encontraron que las abundancias relativas de cinco géneros bacterianos (Butyricicoccus, Faecalibacterium, Fusobacterium, Megamonas y Sutterella) fueron mayores después del FMT que antes del FMT. La diversidad alfa y beta del microbioma fecal se correlacionó con el consumo de croquetas y alimentos crudos, y el uso previo de antibióticos.

 

El impacto de los antibióticos en los microbiomas fecales de los animales de compañía ya se ha documentado previamente. Los antibióticos de amplio espectro como tilosin, metronidazol y amoxicilina “pueden alterar rápida y significativamente la composición del microbioma y la diversidad de individuos sanos y enfermos”. Estos efectos pueden ser duraderos y persistir años después de la administración de antibióticos. “Este estudio encontró que los perros que habían tomado antibióticos durante los 12 meses anteriores a la recolección de la muestra tenían microbiomas fecales distintos en comparación con los perros que no habían tomado antibióticos recientemente”.

 

Asimismo, confirmaron que entre el 2,63 % y el 62,12 % de los aislados del donante de heces se injertaron en el animal receptor del FMT, con un promedio del 18,29 %. Es decir, “de los aislados bacterianos presentes en los microbiomas de los donantes de heces con capacidad de injertar, alrededor del 18 % en promedio se injertaron con éxito tras el trasplante de microbiota fecal ”.

 

Estas tasas no se asociaron significativamente con los signos clínicos, el consumo de croquetas secas, el consumo de alimentos crudos, el uso previo de antibióticos o la puntuación de condición corporal.

 

Por último, los análisis indicaron que el grado de similitud entre las bacterias del donante y la comunidad de microbios ya establecida en el receptor del FMT probablemente afecte el injerto.

 

En resumen, los autores han comentado que “descubrimos que, entre los participantes, la abundancia relativa de cinco géneros bacterianos aumentó después del trasplante de microbiota fecal”, y que la composición del microbioma antes y después del FMT “fue modulada por la dieta del huésped y el uso previo de antibióticos”.

 

Por otro lado, “hemos documentado que el injerto de bacterias del donante probablemente se ve afectado por la similitud entre el microbioma del donante y el microbioma del receptor antes del FMT”.

 

A modo de conclusión, apuntan que “estos hallazgos amplían nuestra comprensión de los factores que potencialmente influyen en las respuestas del microbioma y la dinámica del injerto bacteriano en perros que reciben FMT en cápsulas orales”.

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