Evite el contacto con murciélagos porque pueden ser portadores del virus de la rabia. Es el llamamiento que hizo el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, el 11 de agosto. El Consejo de Colegios Veterinarios de Cataluña (CCVC) respondió recordando que la vacunación obligatoria de perros, gatos y hurones es la mejor estrategia para prevenir la enfermedad. Y más, en un mundo globalizado, en un continente europeo en el que las fronteras son muy permeables y en una, Cataluña, con una conexión regular por la vía marítima con países norteafricanos, donde la rabia es endémica. Si bien la Generalitat lleva años trabajando en un proyecto de decreto para que lo sea, el trabajo avanza a un ritmo mucho más lento de lo comprometido con el CCVC.
Con motivo del Día Mundial contra la Rabia ―el próximo domingo, 28 de septiembre―, el CCVC organizó el 22 de septiembre un almuerzo para periodistas en el que expertos de diversos ámbitos hablaron de la enfermedad, su propagación y el riesgo al que estamos expuestos. Intervinieron Juan José Badiola, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad de Zaragoza y director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes; Àlex Almuedo, médico especialista en Enfermedades Infecciosas y Salud Internacional del Hospital Clínico de Barcelona e investigador en ISGlobal, y Rafael Serrano, veterinario clínico y presidente del Colegio de Veterinarios de Melilla, además de la presidenta del Consejo, Verónica Araunabeña.
Para la presidenta del Consejo, la vacunación es "la forma más efectiva, fácil y económica" de prevenirla rabia, una enfermedad que, "cuando se manifiesta ya es demasiado tarde". Tal y como afirmó Badiola, "para que haya inmunidad de grupo, es necesario que al menos el 70 % de los perros estén vacunados". El director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes explicó cuál es la progresión de la enfermedad, que tiene un período de incubación en perros de entre 4 y 8 semanas, y que se manifiesta con síntomas como la mirada perdida, la fotofobia, la dificultad para tragar o temblores. Cuando aparecen sus síntomas, tanto en personas como en animales, provoca la muerte en la mayoría de los casos.
En su intervención, Àlex Almuedo centró parte de su intervención en los movimientos de las personas y animales, que cada vez son más numerosos y rápidos. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), apuntó Almuedo, en 2030 habrá 1,8 mil millones de viajeros en el mundo. Esta movilidad global, junto a factores como la deforestación, el cambio climático o la pérdida de biodiversidad, hacen que "cada vez más estemos expuestos a las zoonosis". Muchas las transmiten los animales selváticos ―que también pueden ser portadores de la rabia―, ya menudo entran en contacto con los domésticos. "Controlar a los animales salvajes es muy complicado, pero los domésticos los podemos controlar gracias a la vacunación", concluyó el médico e investigador.
Rafael Serrano, veterinario clínico y presidente del Colegio de Veterinarios de Melilla, donde desde 1980 se han reportado 140 casos de rabia, principalmente en perros. Para Serrano, "es importante realizar una gestión y un control adecuados de la rabia", y esto se hace mediante "formación, información y vacunación": la formación de los veterinarios clínicos, para que conozcan la enfermedad, sus singularidades, y cómo identificarla; la información a la ciudadanía y, en especial, a los tutores de animales de compañía, para que entiendan la importancia de las zoonosis transmisibles y, sobre todo, de la rabia; y, por último, la vacunación, que "es la asignatura pendiente para completar el círculo". En este sentido, en referencia a Catalunya, afirmó que no se considera necesaria tal vez porque "la presencia de la rabia se considera remota, obviándose casos como el de un perro, en un refugio de animales de París, que procedía de Marruecos, o el de una gata que llegó a Alicante en una patera en el 2021".
La rabia es una enfermedad zoonótica ―se transmite de los animales a los humanos― causada por un virus que se transmite habitualmente por la saliva de animales infectados a través de mordeduras, arañazos o lamedos sobre heridas abiertas o mucosas. Una vez en el organismo, se propaga por el sistema nervioso central y produce una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal. Una vez que aparecen los síntomas clínicos, es mortal en prácticamente todos los casos, tanto en personas como animales. Pese a su gravedad, la rabia puede prevenirse principalmente con la vacunación de los perros, ya que sus mordeduras provocan el 99 % de los contagios en personas.
La enfermedad todavía está presente en más de 150 países y territorios, sobre todo en Asia y África, provocando al menos 70.000 muertes cada año en todo el mundo, de las cuales el 40 % son niños y adolescentes. Erradicarla es un reto global, y en 2015, la OMS, la FAO, la OIE y la Alianza Global para el Control de la Rabia se unieron bajo la campaña End Rabies Now, con un objetivo común: eliminar todas las muertes por rabia transmitida por perros en el año 2030.