Giardia duodenalis, un protozoo flagelado microscópico, es un parásito intestinal mundial, potencialmente zoonótico, tanto de humanos como de mamíferos, y una causa común de enfermedad gastrointestinal (GI) en perros. La prevalencia de G. duodenalis varía ampliamente entre estudios, en gran medida dependiendo de las características de la población, la ubicación geográfica y los procedimientos de diagnóstico. Estudios recientes han informado una prevalencia del 13 % al 25 % en perros sintomáticos en Europa. Al igual que en los humanos, la incidencia de giardiasis es mayor en perros jóvenes, pero también depende de las condiciones de alojamiento y el estado de salud del huésped. En particular, los cachorros menores de 6 meses, los perros inmunodeprimidos y los perros de perrera, refugio y cría tienen un mayor riesgo de giardiasis que los perros adultos y domésticos. También se ha descrito una distribución estacional de G. duodenalis como un posible factor de riesgo de giardiasis canina.
Es probable que la gravedad de la infección por G. duodenalis dependa de una interacción compleja entre la virulencia del parásito, las condiciones ambientales, los factores dietéticos, el microbioma, los enteropatógenos concurrentes, la integridad de la barrera intestinal y la inmunidad individual del huésped. Esto puede explicar el curso altamente variable de la enfermedad después de la infección en perros, que va desde infecciones asintomáticas y subclínicas hasta diarrea aguda, intermitente o crónica.
El metronidazol y el fenbendazol se utilizan rutinariamente para tratar la giardiasis canina, ya que se ha demostrado que estos agentes quimioterapéuticos tienen actividad antiprotozoaria contra G. duodenalis. Sin embargo, recientemente se ha descrito un aumento de casos de giardiasis refractaria al tratamiento, tanto en medicina humana como veterinaria, posiblemente debido a la quimiorresistencia y la eficacia limitada de los nitroimidazoles y benzimidazoles. En estos casos, el control de la infección por G. duodenalis puede ser difícil a pesar del tratamiento adecuado.
La giardiasis recurrente puede definirse como signos clínicos persistentes o recurrentes después del tratamiento médico apropiado y las medidas de higiene ambiental, asociados con muestras de heces que permanecen positivas para G. duodenalis. Además de la giardiasis resistente a los medicamentos, varias otras razones se han asociado con el fracaso del tratamiento clínico en humanos, incluido el cumplimiento deficiente del tratamiento, factores relacionados con el huésped como el estado inmunológico, la disbiosis intestinal y la reinfección, la última de las cuales podría definirse como recurrencia verdadera. Aunque se observa con frecuencia en la práctica clínica, particularmente en áreas endémicas, la giardiasis recurrente está mal descrita en la literatura veterinaria. Diferenciar la recurrencia verdadera de la infección crónica asociada con otra causa de fracaso del tratamiento en perros con signos clínicos persistentes también es un desafío en la práctica clínica. Además, el papel patológico de G. duodenalis en perros diagnosticados con enteropatía inflamatoria crónica.
Si bien los factores de riesgo de la infección canina por G. duodenalis se han documentado ampliamente, no se han investigado los predictores de recurrencia. Por lo tanto, el objetivo de un trabajo reciente realizado en Francia fue identificar y evaluar los posibles factores de riesgo significativamente asociados con la giardiasis recurrente en perros.
Se revisaron retrospectivamente los historiales médicos (2006 a 2016) de perros diagnosticados con infección sintomática por Giardia duodenalis. Se registraron la ficha clínica, las condiciones de alojamiento, los signos clínicos, las enfermedades concurrentes, los tratamientos y la evolución. Se compararon los datos entre perros con y sin recurrencia sintomática en los 6 meses posteriores al tratamiento específico mediante análisis estadísticos.
Se incluyeron ochenta y dos perros. Los retrievers (Labrador y Golden) representaron el 32 % de la población total, con una proporción significativamente mayor en el grupo de casos (15/27, 56 %) en comparación con los controles (11/55, 20 %). El fenbendazol fue el fármaco más comúnmente prescrito para el tratamiento de la giardiasis (76/82, 93 %).
Cincuenta y cinco se curaron tras el tratamiento y 27 presentaron giardiasis recurrente. Los factores significativamente asociados con la recurrencia en el análisis univariante fueron la edad <6 meses en el momento del primer diagnóstico, ser un retriever, vivir en un entorno no doméstico o con otros perros, padecer enteropatía inflamatoria crónica concurrente y haber recibido un tratamiento específico distinto del fenbendazol o probióticos adyuvantes. “Los perros con giardiasis recurrente fueron significativamente más propensos a haber sido tratados con un fármaco distinto al fenbendazol (es decir, oxfendazol y/o metronidazol) en comparación con los perros de control”, indicaron.
En el análisis estadístico, la raza retriever, la enteropatía sensible a los alimentos concurrente y los probióticos adyuvantes fueron factores de riesgo independientes de recurrencia, mientras que la edad >6 meses en el primer diagnóstico fue un factor protector.
Sobre la raza, matizaron que la mayoría de los retrievers del estudio eran perros de asistencia o propiedad de estudiantes que vivían en el campus de la facultad de veterinaria o interactuaban frecuentemente con otros perros a lo largo del día ( es decir, perros que no eran domésticos), lo que sugiere que la exposición ambiental, y no la susceptibilidad racial real, es el principal factor de riesgo.
“Los cachorros y perros que viven en comunidades no solo corren el riesgo de contraer una infección por G. duodenalis, sino que también presentan un mayor riesgo de recurrencia”, han indicado. En casos de recurrencia sintomática, también debe investigarse la enteropatía inflamatoria crónica concurrente.
Estos hallazgos, resumen, recalcan la importancia de tratar a los perros jóvenes, en particular a los que viven en comunidades o en contacto con otros perros, manteniendo al mismo tiempo unas estrictas condiciones de higiene para prevenir la reinfección. “También se observó una asociación significativa entre la recurrencia de G. duodenalis y las enteropatías, lo que destaca la importancia del cribado de problemas digestivos en la giardiasis sintomática recurrente”. Según la búsqueda bibliográfica, añaden que este es el primer estudio que identifica los factores de riesgo de recurrencia de la infección por G. duodenalis en perros. Sin embargo, se justifican estudios prospectivos para distinguir los casos verdaderamente recurrentes de los crónicos y para aclarar los factores de riesgo que favorecen la cronicidad.