El sector de la salud animal está constantemente perfeccionando y desarrollando herramientas veterinarias para prevenir y controlar brotes de enfermedades. Estas pérdidas también socavan la seguridad alimentaria, los medios de vida y el comercio. Por otro lado, el ganado sano significa una producción óptima de carne con menos emisiones y pérdidas innecesarias, así como ingresos más resilientes para los agricultores. A medida que el sector de la carne persigue avances sostenibles continuos, este documento describe un conjunto de principios comunes en todo el sector que sostienen la salud animal como la piedra angular de la producción sostenible de carne.
Las asociaciones HealthforAnimals y la Mesa Redonda Global para la Carne Sostenible (GRSB) han publicado un documento explicando cómo la mejora de la salud del ganado bovino contribuye a beneficios ambientales, económicos y sociales.
Esto se respalda, indican, con una revisión de evidencia y datos que sustentan la conexión entre la salud del ganado y la sostenibilidad, con estudios de caso relevantes que demuestran cómo la mejora de la salud del ganado beneficia a los productores de carne en una variedad de sistemas de producción. “Nuestra esperanza es que los países se unan a nosotros en el reconocimiento de los muchos beneficios que ofrece la mejora de la salud animal para la sostenibilidad ambiental, económica y social, y se comprometan a ampliar estrategias que garanticen que animales sanos signifiquen un sistema alimentario seguro, equitativo y próspero”.
El sector de la carne es un componente fundamental de los sistemas alimentarios en todo el mundo, apoyando la salud humana con carne rica en nutrientes como parte de dietas equilibradas, así como el comercio, el crecimiento económico y los medios de vida. Aunque aún queda trabajo por hacer, el sector también ha avanzado hacia una mayor sostenibilidad ambiental en las últimas décadas. En comparación con hace 50 años, algunas regiones ahora producen un 20 % más de carne con un 15 % menos de ganado, gracias a mejoras en la salud del ganado, lo que permite que cada animal alcance su máximo potencial y proporcione carne segura y nutritiva con menos recursos.
Sin embargo, mirando hacia el futuro, el sector enfrenta la presión combinada del aumento de la demanda de carne y la necesidad de abordar aún más las emisiones de gases de efecto invernadero. Producir más carne de manera más sostenible será fundamental para enfrentar los desafíos gemelos de la inseguridad alimentaria global y el cambio climático, al tiempo que se protegen los beneficios del sector para las generaciones futuras. Los avances nuevos y emergentes en la salud del ganado ofrecen esperanza continua para el futuro de la producción sostenible de carne.
La nutrición desempeña un papel fundamental en el desarrollo saludable del ganado. Optimizar la nutrición ayuda, comentan, a que los animales crezcan de forma más eficiente y sean menos susceptibles a enfermedades e infecciones. Esto maximiza la productividad y reduce la necesidad de alimento adicional o animales de reemplazo para compensar pérdidas.
Los aditivos en el alimento pueden complementar la nutrición básica para aumentar la absorción de nutrientes y la eficiencia en el uso del alimento. Por ejemplo, los modificadores logran esto al alterar los microorganismos en el intestino para producir más propionato, una fuente de energía más eficiente. De este modo, el ganado puede convertir más energía a partir de la misma cantidad de alimento, lo que minimiza la carga de recursos tanto para los productores como para el medio ambiente.
Una mejor absorción de nutrientes favorece animales más sanos con sistemas inmunológicos más fuertes y mayor productividad. Al igual que en las personas, una nutrición adecuada es esencial para la resiliencia del ganado y su capacidad de evitar enfermedades. Los aditivos que mejoran la eficiencia alimenticia y la absorción de nutrientes desempeñan un papel importante en potenciar estos beneficios.
Los modificadores ruminales también pueden ayudar a reducir la producción de metano entérico. Por ejemplo, un aditivo disponible actualmente aumenta la producción de propionato en el intestino, lo que reduce el hidrógeno disponible para formar metano, disminuyendo así estas emisiones que calientan el planeta, según explican en el texto.
Los estudios demuestran el potencial de los aditivos para lograr simultáneamente la reducción de emisiones y el aumento de la producción. Un aditivo comúnmente utilizado en EE.UU. ha demostrado, celebra los expertos reducir las emisiones de metano en 19 g por día en novillos, una disminución del 15 % en comparación con aquellos que no lo reciben. Mientras tanto, un aditivo brasileño ha sido certificado como “Reductor de Huella de Carbono”, con la reducción de metano indicada en la etiqueta junto con el aumento de peso.
Además, el área emergente de aditivos que únicamente reducen las emisiones de metano en el ganado ofrece una herramienta que puede impactar directamente en el perfil de sostenibilidad ambiental de la producción. Sin embargo, una adopción más amplia requiere el apoyo a programas que fomenten su uso por parte de los productores, como sistemas de créditos de carbono, programas de conservación y primas para consumidores.
Los hatos lecheros aportan una proporción destacada de carne bovina en muchos mercados. Sin embargo, históricamente, los terneros machos nacidos de vacas lecheras no estaban bien adaptados para la producción de carne. Estos animales podían ser propensos a enfermedades y generar menos carne, lo que derivaba en sistemas ineficientes o incluso en sacrificios tempranos, un problema tanto para la sostenibilidad como para el bienestar animal.
Una estrategia de crianza conocida como “beef-on-dairy” está transformando la forma de producir carne a partir de ganado lechero. El enfoque combina selección genómica, semen sexado y genética bovina especializada para mejorar la salud, resiliencia y productividad de los terneros nacidos de vacas lecheras. Los productores usan herramientas genéticas, exponen, para identificar las mejores vacas para criar futuras reemplazantes lecheras. Estas, matizan en el texto, se cruzan con toros lecheros élite, mientras que las vacas que no se necesitan como reemplazo se cruzan con toros de carne seleccionados para producir terneros híbridos destinados a la producción de carne.
“El resultado es un sistema más equilibrado y eficiente y un animal más saludable”, comentan desde las asociaciones. Los terneros “beef-on-dairy” se benefician de una selección de rasgos específica, que genera animales más resistentes a enfermedades, mejor adaptados al estrés y más eficientes en la conversión de alimento. Esto significa menos pérdidas, menos casos de enfermedad y un crecimiento más rápido y saludable hasta el final del ciclo productivo.