Factores de riesgo de mastitis bovina y su impacto en la producción de leche y el cambio climático

La mastitis representa uno de los problemas de salud más frecuentes y costosos en la producción lechera. Tiene un impacto considerable en el bienestar de las vacas, lo que resulta en una reducción de la producción de leche, deterioro en la higiene (es decir, unidades formadoras de colonias, recuento de células somáticas) y la calidad. A nivel de la granja, estos problemas resultan en pérdidas económicas debido a la disminución de la producción de leche, el aumento de la leche descartada, la reducción del pago basado en la calidad de la leche, el mayor uso de antimicrobianos y las tasas potencialmente elevadas de sacrificio de vacas.

Un control efectivo de la mastitis debe incluir la detección de patógenos causantes de mastitis, y se basa en la identificación y reducción de factores de riesgo asociados con las características del huésped (edad, etapa fisiológica, estado nutricional e inmunológico) y las condiciones ambientales. Los factores ambientales abarcan el manejo del establo, los sistemas de ordeño, las prácticas de alimentación y la bioseguridad de la granja. El manejo deficiente del establo, como la cama inadecuada, el hacinamiento y el monitoreo insuficiente de la salud, pueden aumentar significativamente el riesgo de mastitis al  incrementar la contaminación bacteriana de los pezones y reducir el bienestar de las vacas.

Según el Consejo Nacional de Mastitis de los Estados Unidos, los patógenos que causan mastitis generalmente se clasifican en tres grupos: oportunistas, ambientales y contagiosos. La mastitis ambiental y contagiosa tiene un gran impacto en la salud y la productividad animal. La mastitis contagiosa se transmite principalmente de vaca a vaca durante el ordeño, y los patógenos más comunes son Staphylococcus aureus, Streptococcus agalactiae y Mycoplasma bovis. En caso de presencia de bacterias contagiosas, esto puede hacer que el animal actúe como reservorio.

Por el contrario, la mastitis ambiental está asociada con patógenos presentes en el entorno del establo, incluidos Escherichia coli y coliformes, Streptococcus uberis y otros estreptococos ambientales. Esto es con frecuencia el resultado de prácticas de manejo y condiciones de alojamiento inadecuadas. La falta de identificación rápida de las formas subclínicas puede dar lugar a un deterioro prolongado del estado de salud del animal.

La mastitis tiene un impacto perjudicial en la salud y productividad animal, al mismo tiempo que contribuye a un aumento en los impactos ambientales. La condición inflamatoria resulta en una reducción en la producción de leche y una disminución general en la eficiencia entre los animales afectados, lo que lleva a un incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Esto destaca la importancia de reducir las enfermedades y mejorar el bienestar animal como estrategias para lograr los objetivos de reducción de GEI.

Riesgo de mastitis bovina y su impacto en la producción de leche y el cambio climático

Por ello, el desarrollo de modelos predictivos para evaluar la incidencia de la mastitis, considerando la influencia de múltiples factores y su impacto en el medio ambiente, se está volviendo cada vez más importante para identificar las estrategias de mitigación más efectivas. 

Un trabajo realizado en Italia ha querido presentar un modelo para evaluar cómo la mastitis y los principales factores de riesgo asociados a las estrategias y condiciones de manejo de los animales influyen en la sostenibilidad de la producción de leche. Este evalúa el impacto de la enfermedad, junto con factores como el manejo de las áreas de descanso, los sistemas de ordeño y las prácticas de higiene en la producción de leche y su sostenibilidad ambiental. Se realizó un estudio de simulación para evaluar diferentes estrategias de manejo animal y condiciones de higiene. 

Se desarrollaron modelos matemáticos estadísticos con distintas variables, y se crearon 27.456 escenarios con sala de ordeño y 1.152 escenarios con sistema de ordeño automático. Los resultados reportados se basan en el supuesto de que el rebaño siempre está infectado con patógenos contagiosos que causan mastitis.

Los resultados de la simulación demuestran que una gestión eficaz, que abarca el uso de camas de arena y la presencia de un plan anual de monitoreo de la salud del rebaño, tiene el potencial de reducir la prevalencia de la mastitis y mejorar la producción de leche hasta en un 10 % en las salas de ordeño, y en un 7 % en los sistemas de ordeño automático. 

Eficiencia de las camas de arena

A nivel de rebaño, el potencial de calentamiento global (GWP) varió de 1,37 a 1,78 kg de CO2 eq/kg de leche, y el uso de camas de arena resultó en una reducción del 14 % en el GWP, mientras que la utilización de materiales a base de estiércol no compostado condujo a un aumento del 12 %. La cama basada en estiércol, matizaron, no tiene ningún coste ambiental porque es de producción propia, “pero si no se gestiona adecuadamente, tiene el mayor riesgo de causar problemas de mastitis”.

Por otro lado, también comprobaron que el hacinamiento y la falta de una limpieza adecuada en las zonas de descanso tienen un efecto marcadamente perjudicial tanto en la productividad como en el rendimiento medioambiental de las vacas. “El hacinamiento no solo aumentó la propagación de patógenos contagiosos, sino que también condujo a una reducción significativa en la producción de leche del 16 % en los escenarios”.

Mejoras teniendo presente el desempeño ambiental

Una conclusión clave remarcada por los autores es que las mejoras en el bienestar animal también deben considerarse a la luz de su influencia en el desempeño ambiental. No obstante, consideran que se requiere más investigación para comprender mejor estas compensaciones, y cuantificarlas con mayor precisión a fin de proporcionar una base más integral para la toma de decisiones sostenibles en la producción lechera. 

Así, comentan que “a la luz de estos hallazgos, es necesario el desarrollo de un sistema de apoyo a la toma de decisiones que permita la evaluación simultánea de las condiciones de bienestar y el impacto ambiental”. Algo así “facilitaría la toma de decisiones equilibrada y basada en datos por parte de los ganaderos, lo que respaldaría tanto la salud animal como la sostenibilidad ambiental y, por lo tanto, contribuiría al desarrollo de una industria lechera más resiliente y sostenible”.

En resumen, “factores como el control de la salud, la gestión de las zonas de descanso y las prácticas de cama son de gran importancia para la reducción de la incidencia de la mastitis, lo que a su vez conduce a una mayor eficiencia de la producción y una menor huella ambiental”.