Las vacunas son el método más eficaz para controlar las infestaciones de garrapatas en el ganado, evitando así los problemas asociados al uso y abuso de acaricidas, incluyendo el aumento de costes, el desarrollo de resistencia por parte de las garrapatas y la contaminación ambiental. El problema es que el proceso necesario para desarrollar vacunas (desde el descubrimiento de antígenos candidatos hasta la formulación de vacunas, las pruebas de campo y su comercialización) es largo en el mejor de los casos y no ofrece garantía de éxito. Esto resulta especialmente difícil cuando el objetivo final es producir una vacuna eficaz contra múltiples especies de garrapatas que tienen importancia económica en la producción de ganado y en la salud humana y animal.
Aunque antígenos descubiertos previamente, como BM86/BM95, demostraron reducir las infestaciones de la garrapata Rhipicephalus microplus, el desafío consistía en encontrar antígenos vacunales con una eficacia mayor en la reducción de infestaciones y poblaciones de garrapatas, y, más importante aún, que fueran eficaces frente a múltiples especies de garrapatas del ganado. En una revisión científica, científicos del Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), en colaboración con el Departamento de Patobiología Veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Oklahoma (Estados Unidos), resumen el camino que han recorrido durante 20 años y el alcance de la investigación desarrollada en torno al descubrimiento del antígeno protector frente a garrapatas Subolesin (del latín “suboles”, que significa “prole”) y su evaluación como una vacuna eficaz para el control de múltiples especies de garrapatas del ganado.
Concretamente, estos científicos evaluaron varios antígenos de garrapatas descubiertos en 2005 mediante inmunización con bibliotecas de expresión (ELI) en un modelo murino con Ixodes scapularis. Entre los antígenos identificados, el 4D8, posteriormente denominado Subolesin, fue el más prometedor y resultó ser un ortólogo de Akirin, altamente conservado entre insectos y vertebrados. Subolesin y Akirin fueron ampliamente estudiados por participantes de 27 países, pero la mayoría de las investigaciones se centraron en estudios funcionales de Subolesin como antígeno vacunal.
La investigación y bioingeniería de Subolesin dio lugar al desarrollo de un antígeno combinado Subolesin–MSP1a de Anaplasma marginale, que afectó de forma amplia a la función de la garrapata y a los procesos biológicos del patógeno, impactando así en la alimentación de las garrapatas. Dado que Subolesin está altamente conservado a lo largo de la evolución, esta formulación vacunal resultó eficaz en múltiples hospedadores y frente a múltiples especies de garrapatas. El éxito final de esta investigación se alcanzó gracias a colaboraciones internacionales con países que presentan una alta prevalencia de problemas con garrapatas y vectores, lo que permitió realizar pruebas de campo.
El descubrimiento y desarrollo de Subolesin como antígeno vacunal eficaz para el control de garrapatas en el ganado y otras especies hospedadoras fue implementado recientemente en Uganda, en colaboración con la Organización Nacional de Agricultura (NARO), sirviendo como modelo para el desarrollo de vacunas contra garrapatas con un “enfoque personalizado” adaptado a otras regiones geográficas. Este proyecto, liderado por José de la Fuente, del Grupo SaBio del IREC, fue galardonado con el Premio Zendal de Salud Animal en 2024.