La superficie de la piel de los perros está colonizada por bacterias que están bien adaptadas al entorno del estrato superficial cutáneo. De esta manera, la flora normal contribuye a la inmunidad de la piel. Las bacterias del género estafilococos viven como miembros de la flora normal de la piel y las mucosas de los animales. Sin embargo, muchas especies son también patógenos oportunistas que pueden causar serias enfermedades de la piel y en otros tejidos del cuerpo y cavidades, como por ejemplo la pioderma, una de las enfermedades cutáneas más comunes en los perros.
La pioderma se define como una infección bacteriana de la piel, siendo los estafilococos las bacterias aisladas con mayor frecuencia, llegando a alcanzar la práctica totalidad de la piodermas, tanto caninas como felinas.
El manejo de la pioderma suele estar orientado a resolver la infección bacteriana y a abordar la causa subyacente en caso de que sea posible, como por ejemplo la dermatitis atopica.
La pioderma en perros se controla directamente con una terapia antimicrobiana, ya sea con antibióticos orales o con champú o spray aplicados en la zona afectada.
El tratamiento a base de champús y espumas es una de las principales recomendaciones realizadas por los veterinarios. Este tipo de tratamiento tópicos, además de actuar sobre el agente etológico, mejora la integridad cutánea y elimina los residuos presentes en la piel, facilitando su recuperación.
La pioderma superficial (foliculitis bacteriana superficial) es una causa frecuente de enfermedad cutánea en perros y un motivo de tratamiento, principalmente causada por cepas de Staphylococcus spp. El uso frecuente de antibióticos contribuye a la aparición de cepas bacterianas resistentes, lo que convierte a la resistencia a los antimicrobianos (RAM) en una de las amenazas más importantes para la salud humana y animal. Por ello, se exploran cada vez más compuestos naturales activos como terapias alternativas. Para contribuir al desarrollo de tratamientos eficaces para las enfermedades infecciosas bacterianas, los investigadores buscan nuevos agentes antimicrobianos. La acción tópica de los fármacos presenta numerosas ventajas, ya que evita las reacciones sistémicas y garantiza que el principio activo llegue directamente a la lesión.
Un estudio realizado en Lituania ha buscado desarrollar formas farmacéuticas gelificadas con extracto de propóleo y evaluar su actividad antibacteriana y la liberación de los principios activos. Se produjeron geles enriquecidos con extracto eutéctico de propóleo. Los solventes fueron escogidos como una herramienta efectiva para extraer los compuestos activos del propóleo y mejorar su penetración en la piel. Los valores de pH de las formas farmacéuticas semisólidas probadas variaron de 3.3 a 6.4.
Se evaluó y cuantificó la liberación de compuestos fenólicos de geles, oleogeles y bigeles. La mayor cantidad de compuestos activos se liberó de los hidrogeles, mientras que la menor cantidad se liberó del oleogel a base de aceite de ricino. El estudio utilizó cepas clínicas y de referencia de bacterias.
La actividad antimicrobiana de las formas farmacéuticas gelificadas con extracto de propóleo se probó contra seis especies bacterianas patógenas (S. aureus, S. agalactiae, B. cereus, E. faecalis, E. coli, Ps. aeruginosa) y un hongo patógeno (C. albicans).
Los resultados del estudio sugieren que el extracto de propóleo tiene una actividad antibacteriana significativa y es un componente prometedor en las formulaciones cutáneas para el tratamiento de infecciones bacterianas.