La información nutricional de las mascotas en muy importante para resolver los casos médicos de los animales. Pero, en muchas ocasiones, esta información se omite o no se proporciona de forma correcta. El historial nutricional veterinario incluye datos sobre la dieta principal de la mascota, los suplementos y premios, las prácticas de alimentación, así como los hábitos de paseo y el ejercicio.
La relación entre el dueño y el veterinario es esencial, pero hay otros factores que también influyen, como la forma en la que se formula la pregunta. Preguntas que empiezan "por qué” o “cuál” pueden sacar poca información de los dueños, en cambio preguntas abierta como “cuéntame acerca de…” pueden revelar más información ya que las personas se sienten más libres de hablar.
Recientemente se ha publicado un estudio en el Journal of the American Veterinary Medical Association, donde investigan el efecto del diseño de las preguntas sobre la amplitud y el estilo de la respuesta. A este estudio invitaron a participar a clientes con sus mascotas, perros y gatos, de cuatro clínicas veterinarias.
Para la realización de la investigación, se formularon tres preguntas. La primera pregunta era abierta: “Hábleme de todo lo que come su mascota durante el día, desde la primera hora de la mañana hasta el final”. La segunda pregunta era cerrada: “¿Qué tipo de comida come tu mascota?”; y la tercera era más amplia pero también cerrada: “¿qué tipo de alimentos come tu mascota?”. Estas cuestiones, grabadas en vídeo en sesiones para el estudio, se planteaban de manera aleatoria a los dueños, seguidas de preguntas sobre actividad física.
Después de ser interrogados, los dueños tenían que completar una encuesta sobre la dieta, de manera que los resultados hablados se contrastaran con los escritos. Las preguntas en esa encuesta buscaban detalles sobre la dieta principal, las golosinas para las mascotas, los medicamentos y suplementos y los alimentos de los propios dueños. Además, se incluía una consulta sobre cualquier otra cosa que el animal pudiera comer regularmente y se preguntaba el peso, la condición corporal, los comportamientos alimenticios y los hábitos de ejercicio
Hubo un total de 99 participantes, con una mascota por encuestado. 33 participantes fueron preguntados con “Hábleme…”, 40 dueños fueron preguntados con “¿Qué tipo de comida...?” y 26 fueron preguntados con “¿Qué tipo de alimentos…?”. Las respuestas fueron codificadas utilizando definiciones estándares y se registró la duración de las respuestas verbales de los clientes sobre la alimentación, así como las respuestas dadas en la encuesta.
RESULTADOS
En relación a la pregunta abierta “Hábleme…”, lo habitual era responder la frecuencia de comidas del animal. En cambio, para las preguntas que empezaban por “¿Qué…?” la respuesta más común era la marca del pienso, pero la marca no variaba en las preguntas de las encuestas sobre la marca de la comida.
En contraste, el informe revelaba que las respuestas sobre el tipo de dieta (húmeda o seca) fue bastante mayor para la pregunta abierta que para las preguntas cerradas, además, la cantidad de comida se revelaba mejor en las preguntas de “Hábleme…” que en las preguntas de “¿Qué…?”.
La formulación larga de la pregunta sobre la dieta no tuvo impacto en el aspecto de que el propietario informara sobre medicamentos o suplementos, en cambio sí lo tuvo en cómo el dueño describió los regímenes de alimentación, las golosinas, los alimentos de humanos o medicamentos.
Asimismo, la forma en la que se planteó la pregunta determinó cuánto tiempo tardaban los dueños en contestar. Ante la pregunta abierta, el tiempo aproximado de respuesta era de 43 segundos, la respuesta de “¿Qué tipo de comida…?” duraba 11 segundos y la de “¿Qué alimentos…?” duraba 27 segundos. Finalmente, las preguntas de “¿Qué...?” propiciaron menos información sobre suplementos y extras en la dieta que en las encuestas escritas.
LAS PREGUNTAS DETERMINAN LA RESPUESTA
El estudio revela que los matices de la redacción afectan indudablemente a la calidad de las respuestas de los dueños a los veterinarios. Las preguntas abiertas sobre prácticas de alimentación de mascotas obtuvieron respuestas más completas que las preguntas específicas y, además, se parecían más a las respuestas dadas en las encuestas escritas. Por el contrario, las preguntas tipo “¿Qué…?” minimizaban la especificidad de la respuesta y limitaban a los dueños.
La transparencia durante la visita veterinaria establece el escenario para la toma de decisiones del profesional veterinario y es esencial para elaborar un diagnóstico completo sobre el animal. Por ello, entender cómo preguntar a los dueños es fundamental para generar un buen espacio de conversación con el dueño y conseguir toda la información que se necesita.