En el juicio han sido claves el testimonio de los agentes del Seprona, así como los informes periciales que defendieron en sala dos veterinarias
Según recoge la sentencia, el condenado ejercía ilegalmente como veterinario sin contar con la titulación requerida, realizando actuaciones propias del ámbito veterinario como diagnóstico clínico, tratamientos y prescripción ilegal de medicamentos