Un reciente estudio ha revelado la existencia de nuevas cepas de bacterias intestinales en animales que podrían allanar el camino hacia una nueva generación de probióticos, con aplicaciones tanto en salud animal como en salud humana. Los investigadores identificaron adaptaciones evolutivas únicas en Bifidobacterium, un grupo de bacterias beneficiosas conocidas por su papel clave en la digestión y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
El trabajo demuestra que los hospedadores animales albergan una microbiota intestinal mucho más diversa de lo que se creía. “Nuestros hallazgos revelan que la filogenia del hospedador es un determinante principal de la composición de la microbiota intestinal”, señala el estudio. Esta relación íntima se ha forjado a lo largo de millones de años, moldeada por factores como la transmisión vertical —cuando las bacterias pasan de generación en generación—, la dieta y la ecología de cada especie.
El equipo de investigación trabajó con zoológicos locales y la Sociedad Zoológica de East Anglia (noreste de Inglaterra) para recolectar muestras fecales de diferentes animales, desde primates y roedores hasta cerdos y aves. Los análisis mostraron que, aunque las bifidobacterias humanas han sido ampliamente estudiadas, “muchas especies nuevas permanecen sin descubrir en huéspedes no humanos, lo que apunta a una vasta diversidad microbiana sin explotar”.
Los resultados también pusieron de manifiesto la extraordinaria capacidad de adaptación de estas bacterias. En mamíferos, por ejemplo, se observó un enriquecimiento de enzimas glucósido hidrolasas (GH) diseñadas para descomponer carbohidratos complejos como el almidón resistente, un componente clave de dietas ricas en fibra. En contraste, las aves mostraron vínculos de coevolución más débiles, probablemente debido a la variabilidad de su microbiota intestinal influenciada por presiones como el vuelo.
Para la profesora Lindsay Hall, presidenta de Investigación del Microbioma y autora principal, los hallazgos son un paso decisivo hacia nuevas aplicaciones: “Es realmente emocionante analizar esto desde una perspectiva evolutiva y observar cómo un miembro crucial y beneficioso de la microbiota, Bifidobacterium, ha coevolucionado con diferentes huéspedes animales, lo que destaca el papel clave que la dieta ha desempeñado en la configuración de estas estrechas relaciones. Esta investigación proporciona una excelente plataforma para el desarrollo de la próxima generación de probióticos de precisión para la salud animal y humana”.
Las bifidobacterias son reconocidas por producir ácidos grasos de cadena corta, compuestos que reducen la inflamación, fortalecen la barrera intestinal y limitan la acción de microbios dañinos. Según la Dra. Magdalena Kujawska, primera autora del estudio, “la diversidad y el potencial funcional de Bifidobacterium son realmente impresionantes, especialmente en lo que respecta al metabolismo de los carbohidratos. Este conocimiento puede aplicarse, y en este contexto, nuestra investigación ofrece una base para el desarrollo de estrategias prebióticas y probióticas dirigidas a funciones microbianas específicas que benefician la salud del huésped”.
De cara al futuro, el equipo planea profundizar en el estudio de las enzimas responsables de la descomposición de azúcares en humanos y animales. El objetivo es comprender mejor cómo funcionan estas adaptaciones metabólicas y utilizarlas en intervenciones dietéticas y probióticas de precisión. Con ello, se abre un horizonte prometedor para aprovechar la diversidad microbiana en beneficio de la salud intestinal y la adaptación ecológica de múltiples especies.