Si bien estudios recientes han demostrado que el cambio climático reducirá la producción agrícola, las investigaciones se han centrado menos en el impacto en el ganado. En este marco, un nuevo estudio ha evaluado el impacto del calor en las vacas lecheras, revelando que un día de calor extremo puede reducir la producción de leche hasta en un 10 %. Los efectos de ese calor pueden durar más de 10 días, además de que los esfuerzos por mantener a las vacas frescas son insuficientes, según exclaman los investigadores.
"El cambio climático tendrá amplios impactos en lo que comemos y bebemos”, señala Eyal Frank, uno de los coautores del estudio, haciendo especial hincapié en la leche. "Nuestro estudio reveló que el calor extremo tiene impactos significativos y duraderos en el suministro de leche, e incluso las granjas con mayor tecnología y recursos están implementando estrategias de adaptación que podrían no ser suficientes para afrontar el cambio climático", agrega.
Frank y los coautores del estudio analizaron la industria láctea en Israel, un sistema lechero avanzado representativo de los principales países productores de leche. Los investigadores analizaron datos meteorológicos locales para medir el impacto del calor húmedo en más de 130.000 vacas lecheras israelíes durante 12 años. Posteriormente, encuestaron a más de 300 productores lecheros para determinar en qué medida han ayudado las tecnologías de refrigeración.
La industria láctea en Israel es un buen banco de pruebas, ya que las granjas están dispersas por todo el país y experimentan una amplia gama de temperaturas y humedad que representan las condiciones de los principales países productores de leche del mundo, afirma el coautor del estudio Ram Fishman. “Además, casi todos los ganaderos ya han adoptado sistemas de ventilación y aspersión para mantener a sus vacas más frescas. Por otra parte, las granjas lecheras israelíes se encuentran entre las más avanzadas tecnológicamente del mundo, por lo que cualquier impacto que sufran probablemente sea mayor en otras regiones”, advierte.
El equipo de investigadores descubrió que la producción de leche disminuyó significativamente en días calurosos y húmedos, hasta en un 10 %, cuando las temperaturas de bulbo húmedo superaron los 26 °C. Las temperaturas de bulbo húmedo combinan información sobre la temperatura de bulbo seco (la temperatura ambiente del aire) y la humedad. De esta manera, ofrecen una medida que refleja mejor el estrés térmico.
La misma temperatura ambiente se percibe de forma muy diferente en días secos o húmedos para las personas y las vacas. Cuando las vacas se exponen a este calor húmedo, a menudo conocido como "baño de vapor", la producción de leche tarda más de 10 días en recuperarse a niveles normales.
Si bien casi todas las granjas encuestadas habían adoptado tecnologías de refrigeración, estos esfuerzos de adaptación solo compensaron aproximadamente la mitad de las pérdidas en días de 20 °C. De hecho, cuanto más calor hace, menos ayudan: a 24 °C, compensaron el 40 % de las pérdidas. Aun así, los investigadores consideran que vale la pena instalar equipos de refrigeración, ya que los ganaderos pueden recuperar los costos de instalación en aproximadamente un año y medio.
“Los productores lecheros son muy conscientes de los impactos negativos del estrés térmico en sus rebaños y emplean diversas formas de adaptación”, afirma por su parte el coautor Ayal Kimhi, quien señala lo siguiente: "La adaptación es costosa, y los productores deben sopesar cuidadosamente los beneficios que obtienen con los costos. Por eso vemos cierta inversión en medidas de refrigeración, pero no un aislamiento completo de las vacas de su entorno, cuya implementación sería demasiado costosa".
Los investigadores utilizan sus estimaciones en Israel para mostrar cómo el cambio climático podría afectar la producción de leche a nivel mundial para mediados de siglo y qué países se beneficiarían más de la adaptación. Así, han concluido que, sin refrigeración, los 10 principales países productores de leche podrían ver una disminución del 4 % en la producción diaria promedio de leche, con algunos países más afectados que otros.
Tres de los cinco principales productores —India, Pakistán y Brasil— registran mayores pérdidas que Israel: entre un 3,5 % y un 4 % por vaca al día. También son los países que más se benefician de la refrigeración. Sin embargo, incluso con refrigeración, los cinco mayores productores (incluidos Estados Unidos y China) aún registran pérdidas de entre un 1,5 % y un 2,7 % por vaca al día.
"Nuestra investigación subraya el valor y las limitaciones de las tecnologías de refrigeración y otras iniciativas de los productores lecheros para adaptarse al cambio climático", afirma la autora principal, Claire Palandri. "Los responsables políticos deberían buscar más estrategias no solo para refrigerar a las vacas, sino también para reducir los factores de estrés, como el confinamiento y la separación de los terneros. Los factores de estrés hacen que las vacas sean más sensibles al calor y menos resilientes", concluye.