Evalúan tres intervenciones farmacológicas para mitigar las alteraciones fisiológicas inducidas por el miedo en gatos

El gato doméstico es autosuficiente e independiente, a diferencia de los perros. Sin embargo, estos rasgos le confieren una mayor susceptibilidad a estados emocionales negativos durante eventos rutinarios como el transporte, las visitas veterinarias y la incorporación de nuevos miembros a su grupo social.

Esta mayor sensibilidad se relaciona a su vez con la percepción de un menor control ambiental, la sobreestimulación y la percepción de su entorno como una amenaza inminente. Por otra parte, esta sensibilidad se ha reportado en estudios que evalúan las respuestas fisiológicas y conductuales en gatos domésticos expuestos a grabaciones de múltiples sonidos, incluyendo ladridos de perros, portazos y voces desconocidas, ruidos típicos en los procedimientos veterinarios de rutina. 

Asimismo, los cambios fisiológicos y conductuales asociados al estrés también se observan durante el transporte. Sin embargo, existen estudios limitados sobre el impacto de las interacciones interespecíficas.

Alteraciones fisiológicas inducidas por el miedo

Entre los estados emocionales observados en situaciones hostiles, el miedo, a menudo acompañado de estrés, es el más prevalente. La evidencia científica sugiere que el miedo, al igual que otras emociones, desencadena una serie de alteraciones fisiológicas y conductuales, incluyendo la función orgánica y el comportamiento animal. 

Específicamente, durante las consultas veterinarias y el transporte, el miedo se manifiesta a través de signos conductuales como agresión, vocalizaciones, evasión y piloerección, entre otros, que a menudo son considerados indeseables por los propietarios. Además, también se observan modificaciones cardiovasculares y térmicas, que pueden comprometer el bienestar del animal.

Esto, a su vez, reduce la frecuencia de las visitas veterinarias, comprometiendo potencialmente la salud y el bienestar general del animal. En consecuencia, se han propuesto varias alternativas farmacológicas para mitigar las respuestas fisiológicas y conductuales asociadas al miedo.

Uno de estos fármacos es el cannabidiol (CBD), que actúa sobre varios neurorreceptores dentro de los centros de procesamiento emocional, lo que lleva a una disminución de la excitabilidad neuronal y una menor percepción de estímulos inminentes. En gatos, la administración de CBD reduce las alteraciones fisiológicas y conductuales relacionadas con el estrés. Este efecto se debe a la interacción alostérica temprana con receptores como 5-HT, TRPV1, CB1 y GABA, entre otros, modulando las respuestas emocionales. Sin embargo, no existe información sobre el efecto del CBD en las respuestas de miedo de los gatos.

Otro modelo farmacológico con posibles efectos bloqueadores de la neurotransmisión es la gabapentina. Aunque su mecanismo de acción sigue siendo parcialmente incierto, se sugiere que la gabapentina inhibe la subunidad alfa-2-delta del canal de calcio dependiente de voltaje, que está presente en las vías adrenérgicas, GABAérgicas, glutamatérgicas y serotoninérgicas.

Varios estudios han asociado positivamente la gabapentina con la modulación del estrés, el dolor y los estados emocionales negativos, como la ansiedad, en animales domésticos. Por ejemplo, en conejos, una dosis oral única de gabapentina redujo significativamente la reactividad, observándose efectos máximos dos horas después de la administración. Sin embargo, no indujo cambios significativos en parámetros fisiológicos como la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria o la producción fecal. 

Por otra parte, se han reportado hallazgos similares en estudios que evalúan los efectos de la gabapentina en comportamientos felinos temerosos. Sin embargo, la investigación que aborda específicamente los cambios fisiológicos asociados con los efectos de la gabapentina en las respuestas de miedo en los gatos sigue siendo limitada, lo que destaca la necesidad de más investigaciones.

En este marco, un estudio realizado en México ha evaluado si estas dos intervenciones farmacológicas podrían mitigar las alteraciones fisiológicas inducidas por el miedo en gatos. El estudio considera también las feromonas sintéticas, que contribuyen a la calma en gatos domésticos. Este enfoque ha sido ampliamente aceptado por dueños de mascotas y profesionales veterinarios debido a su practicidad y facilidad de uso, ya que no requiere la manipulación directa del animal. 

Las feromonas sintéticas han mostrado resultados prometedores en el manejo de comportamientos indeseables como el rascado excesivo. Sin embargo, la feromona facial sintética (FFS) presenta resultados contradictorios, ya que algunos estudios reportan un efecto mínimo o nulo durante las revisiones veterinarias. Además, al igual que con el cannabidiol y la gabapentina, sus efectos sobre estados emocionales negativos, como el miedo, aún son poco conocidos.

Termografía infrarroja 

Actualmente, el miedo, la ansiedad y el dolor en los gatos se evalúan a través de cambios de comportamiento. Además, la evidencia apoya el uso de herramientas no invasivas como la termografía infrarroja (IRT) para evaluar los estados emocionales de los animales. Por ejemplo, utilizando imágenes térmicas, se ha evaluado el estrés por separación social en gatos jóvenes, revelando una disminución en la temperatura de la superficie de la carúncula lagrimal (una variación de 2,21 °C) después del aislamiento. 

Estos hallazgos son similares a los reportados en gatos donde los cambios de temperatura se relacionaron con estados emocionales negativos. Esta respuesta termorreguladora posiblemente se atribuya a mecanismos neuronales asociados al miedo que activan el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA) y el sistema simpático-adrenomedular (SAM), lo que lleva a respuestas mediadas por neurotransmisores a través de la epinefrina y la norepinefrina. 

Los gatos domésticos, como especie endotérmica, disipan el calor de sus superficies corporales (ventanas térmicas) al ambiente y utilizan otros mecanismos de termorregulación como la salivación, el jadeo y ajustes de comportamiento. Este proceso de termorregulación permite la detección de radiación infrarroja mediante imágenes termográficas, lo que convierte a la termografía infrarroja en una herramienta fiable para la evaluación emocional. Cabe destacar que se ha reportado que los hallazgos de la termografía infrarroja se correlacionan con las mediciones de temperatura rectal.

En general, la literatura disponible sugiere que los enfoques complementarios, incluyendo intervenciones farmacológicas y su evaluación mediante termografía infrarroja, representan una estrategia viable. Por lo tanto, el nuevo estudio, realizado por investigadores mexicanos, busca identificar cambios en la microcirculación superficial mediante termografía infrarroja y parámetros cardiorrespiratorios en respuesta a la administración de cannabidiol, gabapentina y feromonas faciales sintéticas en un modelo de miedo durante una interacción negativa entre un gato y un perro. 

Evalúan tres intervenciones farmacológicas en gatos

Para el estudio, los gatos recibieron tres opciones farmacológicas: una dosis única de cannabidiol, gabapentina o feromonas faciales sintéticas. La temperatura superficial de las extremidades superiores e inferiores, facial, dorsal y apendicular se evaluó mediante termografía infrarroja. Además, se registraron la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la temperatura rectal. 

Se incluyó a 80 gatos domésticos machos y hembras en el estudio, divididos aleatoriamente en cuatro grupos: CONTROL (placebo, 2 mL/gato por vía oral), CBD (cannabidiol, 2 mg/kg por vía oral), GABA (gabapentina, 100 mg/gato por vía oral) y SFP (feromona facial sintética, dos pulverizaciones/vehículo portador). 

Todos los gatos se sometieron a seis fases experimentales: Tbasal−, T1stfear, T1strecovery, Tbasal+, T2ndfear y T2ndrecovery. La administración del fármaco se realizó al final de la recuperación T1stre; el tiempo transcurrido entre la administración del fármaco y Tbasal+ varió según la naturaleza de cada fármaco. Se observaron diferencias estadísticas entre los grupos experimentales y los tiempos en la temperatura superficial media de las ventanas térmicas y los parámetros cardiorrespiratorios. 

En particular, los grupos CBD, GABA y SFP mostraron diferencias durante el T2ndfear, a diferencia de los grupos control y T1stfear. 

Conclusiones del estudio

Los hallazgos sugieren que la aplicación de modelos farmacológicos como CBD, GABA y SFP mitiga las alteraciones térmicas microvasculares y las modificaciones cardiopulmonares en gatos temerosos. Por lo tanto, se recomienda su administración como apoyo durante procedimientos rutinarios como el transporte, la consulta veterinaria y las interacciones sociales. Por otro lado, los cambios fisiológicos naturales en respuesta al miedo incluyeron una reducción significativa de la temperatura superficial y rectal, y un aumento de los parámetros cardiopulmonares.

Además, durante la evaluación y el reconocimiento del miedo, se recomienda emplear herramientas diagnósticas como la termografía infrarroja, ya que los resultados actuales mostraron fuertes correlaciones positivas entre los parámetros fisiológicos de frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria y temperatura rectal.