La rinitis alérgica y el asma son trastornos muy comunes que afectan a casi el 10-40 % de la población de los Estados Unidos. Los gatos son la principal causa de alergias a mamíferos y su prevalencia es cada vez mayor. Se ha demostrado que la exposición a alérgenos de gatos contribuye a los síntomas de rinitis alérgica y asma. Los alérgenos de gatos tienen un tamaño de 2 a 10 micrones y se transmiten fácilmente por el aire. La exposición incluso a pequeñas cantidades de caspa, orina o saliva de gato, ya sea de mascotas en el hogar o en entornos como escuelas o lugares de trabajo, puede provocar síntomas en personas sensibilizadas a los gatos. La rinitis alérgica y el asma pueden ser una carga para los pacientes y sus familias, y afectar la calidad de vida de los pacientes. Algunos pacientes presentan una respuesta insuficiente a los tratamientos convencionales para enfermedades alérgicas. La identificación de estrategias eficaces de reducción de alérgenos podría aliviar la carga de las enfermedades alérgicas, disminuir los gastos de atención médica y mejorar la calidad de vida.
El panel de expertos del Programa Nacional de Educación y Prevención del Asma (NAEPP) recomienda una estrategia de mitigación de múltiples componentes y específica para cada alérgeno para pacientes con asma relacionada con exposiciones a alérgenos específicos en interiores, confirmada mediante una historia clínica y pruebas de alergia utilizando metodologías establecidas de prueba de punción cutánea.
Una revisión realizada en EE UU evaluó la evidencia sobre estrategias de control ambiental para reducir la exposición a alérgenos felinos y su impacto clínico. Además, evaluaron intervenciones farmacológicas dirigidas a mejorar el estado clínico de la rinitis alérgica y el asma en pacientes con alergia a los gatos. Los autores realizaron una búsqueda bibliográfica exhaustiva en PubMed utilizando las siguientes palabras clave: evitación de alérgenos, reducción de aeroalérgenos, alérgenos felinos, asma, rinitis alérgica y alérgenos felinos.
La revisión comienza hablando sobre los alérgenos de gato, explicando que la sensibilización alérgica a los gatos se ha vuelto cada vez más común, siendo la exposición a alérgenos de mascotas un contribuyente significativo a los síntomas de asma alérgica. En este sentido, la proteína principal vinculada a las alergias a los gatos es Felis domesticus 1 (Fel d1), responsable de >95 % de la sensibilización alérgica humana. No obstante, se ha demostrado que otros alérgenos de gatos que contribuyen al asma incluyen Fel d2 y Fel d4. Estos alérgenos se encuentran en la caspa, la saliva y la orina de los gatos, y pueden transferirse fácilmente a las superficies y permanecer en el aire.
A continuación, exploraron la forma de controlar estos alérgenos para mitigar los impactos en la salud humana. En primer lugar, han comentado la posibilidad de retirar al gato del hogar, considerando dicha opción inadecuada, ya que, además del impacto psicológico sobre el tutor, “la exclusión del gato del hogar puede no eliminar la exposición a Fel d 1 dada la ubicuidad y transportabilidad de este alérgeno”. Del mismo modo, han considerado poco adecuado excluir al gato del dormitorio, o realizar aspirados frecuentes del entorno. Sobre este último aspecto, indican que la caspa de gato es un alérgeno pequeño y bastante flotante que puede propagarse en el aire hasta cierto punto con el uso de aspiradoras y otros dispositivos con ventiladores.
Otros enfoques poco eficaces revisados en el texto han sido bañar al gato, o retirar los muebles acabados o cubiertos en tela.
Por otro lado, entre los métodos eficaces, los autores destacan varios enfoques. Así, comentan que la evidencia sugiere que la filtración del aire mediante filtradores y purificadores reduce el Fel d 1, y los purificadores de aire con filtros de partículas de alta eficiencia avanzados son efectivos para filtrar el Fel d 1 y reducir los niveles de alérgenos en los hogares, aunque el impacto sobre los síntomas es variable.
Asimismo, además de evitar los alérgenos, la farmacoterapia se utiliza para reducir las enfermedades alérgicas. Se han evaluado diversas opciones farmacoterapéuticas para el manejo de las alergias, como antihistamínicos, corticosteroides, antagonistas de los receptores de leucotrienos, fármacos biológicos, inmunoterapia con alérgenos y terapias combinadas.
También han explorado opciones novedosas y prometedoras, como nuevos tratamientos como el tezepelumab, estrategias dietéticas para reducir los alérgenos de los gatos, o vacunas para el propio gato. Sobre esta, comentan que aunque la seguridad y la eficacia de la vacuna parecen prometedoras, la evaluación continua es esencial para confirmar su seguridad a largo plazo.
Por último, exponen en la guía que, a pesar de décadas de investigación sobre intervenciones ambientales para el manejo de las alergias a los gatos, aún no se ha identificado una solución definitiva para mitigar sus alérgenos. Los estudios sobre intervenciones para reducir la exposición a alérgenos de gatos “han mostrado resultados dispares en cuanto a la eficacia de las medidas de control ambiental para reducir Fel d 1 y mejorar los síntomas alérgicos”. Los alérgenos de gatos son omnipresentes, se encuentran comúnmente en espacios públicos y son difíciles de eliminar de los hogares, lo que dificulta la implementación de estrategias de reducción sostenibles. “Varias estrategias han resultado eficaces para reducir los niveles de alérgenos de gatos y mejorar los síntomas de la rinitis alérgica y el asma”.