Los tumores mamarios representan del 50 % al 70 % de todos los tumores en perras intactas. La prevalencia es variable entre países, siendo mayor en países donde la ovariectomía no se realiza de forma rutinaria. Los tumores mamarios en perros representan un amplio espectro de subtipos histológicos con diverso comportamiento biológico. La escisión quirúrgica es el tratamiento de elección para la mayoría de los casos, incluyendo mastectomía simple, regional o radical, con la decisión influenciada por factores como el estado metastásico y el número y tamaño de los nódulos.
La infección del sitio quirúrgico (ISQ) es una complicación común después de cualquier procedimiento quirúrgico, incluidas las mastectomías, que puede aumentar la morbilidad, la mortalidad y el costo general del tratamiento. Varios estudios realizados en perros y gatos sometidos a procedimientos quirúrgicos, que evaluaron específicamente las ISQ, han descrito una incidencia general del 3,0 al 8,7 %. Estos estudios fueron prospectivos o retrospectivos e incluyeron diferentes tipos de cirugía (procedimientos de tejidos blandos, cirugía ortopédica, etc.), lo que dificulta su estandarización y comparación. Para abordar esta brecha, los estudios se están centrando cada vez más en la incidencia de ISQ y los factores de riesgo asociados con un tipo específico de cirugía.
Los factores de riesgo previamente asociados con diferentes procedimientos quirúrgicos limpios incluyen la duración de la anestesia, el tiempo quirúrgico y la presencia de una enfermedad endocrina concomitante. El único factor de riesgo descrito en perros para desarrollar ISQ en procedimientos de mastectomía es el número de glándulas mamarias extirpadas, y los perros sometidos a la escisión de dos o más glándulas tienen un mayor riesgo.
La incidencia de tumores mamarios en perros es alta en el sur de Europa, en países como España, donde la esterilización de perras jóvenes no es una práctica generalizada. Por lo tanto, debido a la alta carga de casos de mastectomías realizadas en España, los propósitos de un trabajo realizado por Manuel Fuertes-Recuero, Silvia Penelo, María Suárez-Redondo, Alba Eceiza-Zubicaray, Mario Arenillas, Guillermo Valdivia, Paula García San José, Laura Peña, Dolores Pérez-Alenza y Gustavo Ortiz-Díez, de la Universidad Complutense de Madrid, fueron describir la incidencia de infección en pacientes sometidas a mastectomía e identificar los posibles factores de riesgo asociados en mastectomías realizadas en el Hospital Veterinario Docente. Este estudio es el primero en evaluar el papel potencial de los catéteres de absorción de heridas en el desarrollo de infecciones durante la mastectomía, un tema que no se ha explorado previamente en la literatura quirúrgica veterinaria.
“La infiltración subcutánea con anestésico local continuo administrado a través de catéteres de difusión analgésica, también llamados catéteres de remojo de heridas (WSC), como parte del plan analgésico multimodal posoperatorio se ha descrito tanto en medicina humana como veterinaria”, explican. En perros, los WSC se han utilizado para controlar el dolor posoperatorio después de la amputación de extremidades, disección muscular y ablación total del canal auditivo.
El diagnóstico de ISQ se basó en los criterios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) e identificó la vigilancia pasiva estructurada de los registros médicos. Se realizó un modelo para detectar posibles factores de riesgo, seguida de un análisis multivariante de las variables seleccionadas. Entre 376 procedimientos de mastectomía realizados en 306 perras, se detectaron 33 ISQ, lo que resultó en una incidencia general del 8,8 %. La mastectomía radical fue el abordaje quirúrgico más frecuente (192; 51,4 %), seguida de la mastectomía regional (155; 41,5 %) y la mastectomía simple (26; 6,9 %). Se realizó ovariohisterectomía concurrente en 218 procedimientos (58,4%).
Se administraron antibióticos postoperatorios en 327 procedimientos (93,6%), principalmente amoxicilina-clavulánico (210; 60,5%) o cefazolina (109; 31,4%).
La mayoría fueron infecciones superficiales (93,9 %), con solo dos casos clasificados como ISQ profundas; no se registraron infecciones de órganos/espacios.
Entre los factores de riesgo, la duración prolongada de la anestesia y la hipotermia intraoperatoria se asociaron de forma independiente con un mayor riesgo de infección. La relación con respecto a la duración podría explicarse por varios mecanismos, incluida la exposición prolongada de las incisiones quirúrgicas a contaminantes ambientales en el quirófano, lo que podría aumentar la colonización bacteriana, o los efectos inmunosupresores asociados con la administración prolongada de anestesia. Respecto a los catéteres de remojo de heridas, no se observó asociación.
Por otro lado, comentan que todos los perros recibieron profilaxis perioperatoria (cefazolina en la inducción y, cuando fue necesario, intraoperatoriamente), y el 94 % también recibió antibióticos posoperatorios. “A pesar de este uso extensivo, la tasa de infecciones observada fue comparable a la informada en cohortes que no recibieron antibióticos”. Sin embargo, solo el 6 % de los procedimientos de nuestro estudio se realizaron sin antibióticos posoperatorios, lo que “limita la capacidad de evaluar su contribución específica al riesgo de infecciones”.
En resumen, la incidencia de ISQ tras una mastectomía canina es comparable a la observada en otros procedimientos quirúrgicos limpios. Este estudio identifica la duración prolongada de la anestesia y la hipotermia intraoperatoria como factores de riesgo significativos y modificables asociados con un mayor riesgo de infección. Estos hallazgos “respaldan la implementación de estrategias perioperatorias específicas, como la minimización del tiempo de anestesia y el mantenimiento de la normotermia intraoperatoria, para reducir las complicaciones postoperatorias”. Además, ni la extensión quirúrgica ni el uso de catéteres de drenaje influyeron en el riesgo de ISQ, lo que “refuerza la seguridad de incorporar estos catéteres en protocolos analgésicos multimodales”. Estos hallazgos refuerzan la importancia de los cuidados perioperatorios para minimizar las complicaciones postoperatorias en perras sometidas a mastectomía por tumores mamarios.