La resistencia a los antimicrobianos (RAM) constituye una grave amenaza para la salud pública. En 2021, se estimó que contribuyó a la muerte de casi cinco millones de personas. El uso de antimicrobianos en animales es un factor importante de la RAM en humanos, por lo que se necesita un enfoque de Una Salud, es decir, una acción coordinada entre los sectores humano, animal y ambiental, para abordar el creciente peligro de la RAM.
Sin embargo, los veterinarios también necesitan evidencia y pautas clínicas para respaldar sus prácticas de prescripción y reducir las áreas de posible mal uso y uso excesivo de antimicrobianos como los antibióticos. En particular, en especies de animales de compañía, como gatos y perros, existe la necesidad de investigación adicional que respalde los regímenes de tratamiento con antibióticos.
No solo los tratamientos con antibióticos de mayor duración impulsarán potencialmente el desarrollo de infecciones resistentes en animales en el futuro, sino que los animales también corren un mayor riesgo de desarrollar efectos secundarios con tratamientos más prolongados con antibióticos. Además, las duraciones de tratamiento más largas cuestan más a los dueños y pueden resultar en un menor cumplimiento.
Incluso para enfermedades para las que se prescriben comúnmente antibióticos, como las infecciones del tracto urinario (ITU), la orientación a menudo se basa en estudios en humanos, y hay evidencia limitada disponible específica para perros y gatos.
Las ITU son la enfermedad infecciosa más común en perros, afectando al 14 % de los perros a lo largo de su vida. También son uno de los problemas de presentación más usuales que resultan en una prescripción de antibióticos en perros y gatos.
Por lo anterior, la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas de los Animales de Compañía (ISCAID, por sus siglas en inglés) actualizó recientemente sus pautas sobre el tratamiento de las ITU en perros y gatos. En el caso de cistitis bacteriana esporádica o ITU simples, estas directrices recomiendan de tres a cinco días de tratamiento con amoxicilina o trimetoprima-sulfonamida. Antes de esta actualización, las pautas de ISCAID sugerían duraciones más largas de tratamiento por siete días, y antes de 2011, se recomendaban duraciones de 10 a 14 días. Aunque ahora se recomiendan duraciones más cortas de la terapia, estas pautas recientemente actualizadas resaltan específicamente la falta de evidencia veterinaria que respalde las recomendaciones de duración.
Con el fin de llenar este vacío de conocimiento, apoyar la adopción de guías clínicas y encaminar las prácticas de prescripción veterinaria, investigadores de Canadá llevaron a cabo una revisión sistemática y un metanálisis para responder la pregunta: ¿son las duraciones más cortas del tratamiento con antibióticos tan efectivas para tratar infecciones simples del tracto urinario (medidas por la cura clínica o microbiológica) en perros y gatos en comparación con una duración más larga de la terapia con antibióticos?
Se realizaron búsquedas en cuatro bases de datos desde su inicio hasta el 2 de octubre de 2024. Se incluyeron estudios que informaron sobre el impacto de tratamientos antibióticos de diferente duración para infecciones urinarias simples en perros o gatos y que informaron sobre un resultado principal de interés, específicamente la resolución clínica o microbiológica de las infecciones urinarias. Para cada estudio, dos revisores analizaron de forma independiente los datos extraídos y evaluaron el riesgo de sesgo. Se utilizaron modelos para comparar las razones de riesgos agrupadas de las tasas de curación.
De 2.324 estudios examinados, identificaron tres (dos ensayos controlados aleatorizados y uno no aleatorizado) que cumplieron con los criterios de inclusión para el metanálisis. Los estudios examinaron solo 26 animales (nueve eventos) en los grupos de corta duración y 28 animales (17 eventos) en los grupos de larga duración. Los estudios variaron según el tipo de antibiótico, la dosis y la duración. Dos de ellos analizaron las duraciones de trimetoprima sulfadiazina, uno de amikacina y otro de amoxicilina.
Todos los estudios fueron valorados con un riesgo de sesgo alto o grave. El riesgo relativo (RR) agrupado de curación con duraciones de tratamiento cortas frente a más largas fue de 0,55, por lo que la evidencia se calificó como de certeza muy baja. Los estudios compararon duraciones de uno a tres días, de tres a 14 días y de tres a 21 días.
“Basándonos únicamente en estos datos, no podemos extraer conclusiones sobre la eficacia de tratamientos antibióticos de corta duración, en comparación con los de larga duración, para el tratamiento de las ITU en perros y gatos”. Debido al bajo número de estudios y pacientes incluidos, los intervalos de confianza para la razón de riesgos agrupada fueron amplios y “podrían ser consistentes con la inferioridad o superioridad de un tratamiento más corto”.
La evidencia existente respalda, indican, tratamientos antibióticos de corta duración para el tratamiento de las ITU esporádicas en perros y gatos; sin embargo, esta revisión sistemática y metaanálisis destaca que esta sigue siendo una importante brecha de conocimiento que debe abordarse. Por ello, concluyen que se necesitan urgentemente estudios que examinen las duraciones óptimas de los antibióticos para el tratamiento de las ITU en perros y gatos para respaldar la toma de decisiones clínicas, fundamentar las directrices y mejorar la optimización del uso de antimicrobianos en medicina veterinaria.