El primer estudio que describe lesiones cardiacas asociadas al PIF plantea la eficacia del GS-441524

La peritonitis infecciosa felina (PIF) causada por el coronavirus felino (FCoV) es una de las enfermedades infecciosas más comunes en gatos con consecuencias fatales si no se trata. El análogo nucleósido antiviral GS-441524 ha demostrado una alta eficacia contra la PIF. Los gatos con PIF pueden desarrollar derrames en cavidades corporales, lesiones piogranulomatosas en diferentes órganos, incluidos el cerebro y los ojos, así como signos menos comunes, como manifestaciones dermatológicas. Recientemente también se han descrito casos de lesiones miocárdicas o miocarditis.

La miocarditis se caracteriza por la infiltración de células inflamatorias en el miocardio, a menudo acompañada de alteraciones degenerativas de los cardiomiocitos. La miocarditis puede presentarse con diferentes signos clínicos; los cambios observados pueden incluir disfunción sistólica y/o diastólica, engrosamiento y movimiento anormal de la pared ventricular, derrame pericárdico y cambios electrocardiográficos.

La inflamación del miocardio puede surgir de causas tanto infecciosas como no infecciosas. Los ejemplos de agentes infecciosos en gatos incluyen bacterias, como Streptococcus suis. La miocarditis también puede ser causada por parásitos, como Hepatozoon silvestris. Los virus distintos del FCoV rara vez se han asociado con miocarditis en gatos. Se han identificado antígenos del virus de inmunodeficiencia felina (VIF) en células inflamatorias, por ejemplo, linfocitos T y macrófagos, en el corazón de gatos con miocarditis y fenotipo de miocardiopatía hipertrófica (MCH). Sin embargo, no se confirmó una asociación definitiva entre el VIF y el desarrollo de miocarditis. 

Lesiones cardiacas asociadas al PIF

Además, se ha detectado FCoV mediante inmunohistoquímica (IHC) en el miocardio de gatos con PIF en la necropsia. En dos gatos que presentaron un fenotipo de miocardiopatía dilatada (MCD), la necropsia reveló una inflamación granulomatosa difusa en el corazón, lo que condujo al diagnóstico retrospectivo de PIF.

La miocarditis en gatos con PIF aún no se ha descrito prospectivamente en gatos vivos. Además, no se conoce nada sobre el desarrollo de miocarditis durante el tratamiento antiviral de la PIF. Por lo tanto, los objetivos de un estudio internacional fueron describir las manifestaciones de la miocarditis asociada a la PIF en un entorno clínico y evaluar el pronóstico en gatos con miocarditis asociada a la PIF tratados con GS-441524 en combinación con tratamiento cardiovascular.

Cuarenta gatos fueron incluidos originalmente en el estudio. En cuatro gatos, se planteó la sospecha de miocarditis. Todos los gatos fueron tratados con GS-441524 (15 mg/kg, cada 24 h VO). Fueron hospitalizados en la clínica durante siete días y se les realizó un examen físico detallado, así como análisis de laboratorio y ecografía abdominal. Además, se realizaron evaluaciones cardíacas que incluyeron electrocardiografía (ECG) y ecocardiografía en todos los gatos antes del inicio del tratamiento con GS-441524. Después del alta del hospital el día 7, los gatos fueron tratados en casa y no se les permitió salir de la casa durante el período de tratamiento antiviral.

Se diagnosticó un grosor de pared equívoco en 2/4 gatos, mientras que se diagnosticó disfunción sistólica con dilatación biauricular en los otros 2/4 gatos. Un gato también presentó ectopia ventricular. Se observó un aumento grave de la troponina I cardíaca en los cuatro gatos (mediana de 1,82 ng/ml). 

Resolución durante el tratamiento con GS-441524

Los autores observaron que las dimensiones cardíacas y las anomalías electrocardiográficas se normalizaron completamente en los cuatro gatos durante el tratamiento con GS-441524. A excepción de un gato, los parámetros cardíacos anormales se normalizaron en todos los gatos el día 42, y en esos tres gatos fue posible suspender la medicación cardíaca ese mismo día. El otro gato aún presentaba signos de disfunción sistólica el día 42, y el tratamiento cardiovascular (pimobendán, clopidogrel y furosemida) se continuó hasta el día 84, cuando las dimensiones cardíacas se normalizaron y también fue posible suspender el tratamiento cardiovascular. Los signos se mantuvieron estables tras la interrupción del tratamiento durante un año de seguimiento. 

“Los resultados de este estudio demuestran que la miocarditis puede ser una característica importante de la PIF y que puede tratarse eficazmente con un compuesto antiviral eficaz cuando se combina con un tratamiento sintomático con fármacos cardiovasculares”, indican. La variabilidad en las manifestaciones de la miocarditis y la falta de criterios diagnósticos validados dificultan el diagnóstico, pero las alteraciones cardíacas se resuelven con éxito durante el tratamiento.

Este estudio, indican, es el primero que describe las características ecocardiográficas de los cambios miocárdicos asociados a la PIF in vivo y los exámenes de seguimiento durante el tratamiento antiviral.

Por lo tanto, GS-441524 puede considerarse un tratamiento eficaz y seguro para la miocarditis inducida por PIF. Sin embargo, también es importante mencionar que el daño miocárdico grave podría no siempre ser reversible con GS-441524 y tratamiento cardiovascular de soporte. Además, “la miocarditis debe reconocerse como una comorbilidad grave en gatos con PIF”, concluyen.