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El 81 % de las muertes anestésicas en perros ocurrieron en el período postoperatorio
EDICIÓN

El 81 % de las muertes anestésicas en perros ocurrieron en el período postoperatorio

Un estudio identificó varios factores de riesgo y de protección que pueden guiar la toma de decisiones clínicas y mejorar la seguridad del paciente durante la anestesia
Cirugía
El propofol fue el agente hipnótico predominante para la inducción.

La anestesia es una herramienta esencial en la clínica veterinaria. Permite realizar procedimientos quirúrgicos y diagnósticos que de otro modo serían imposibles. Sin embargo, como intoxicación controlada del sistema nervioso, la anestesia puede provocar complicaciones y en ocasiones ocasionar la muerte. A pesar de las grandes mejoras en la monitorización, las técnicas anestésicas y la atención al paciente en las últimas décadas, el riesgo de muerte relacionada con la anestesia en animales pequeños enfatiza la necesidad continua de investigación para mejorar la seguridad durante la anestesia y la recuperación.


Varios estudios han identificado factores de riesgo y protectores que pueden estar asociados con una mayor o menor mortalidad durante la anestesia. Por ejemplo, factores como la edad avanzada, disminución del peso corporal, puntuaciones más altas del estado de salud de la Sociedad Estadounidense de Anestesiólogos (ASA), procedimientos urgentes, anestesia para procedimientos mayores en lugar de procedimientos menores, el uso de halotano para el mantenimiento de la anestesia en lugar de isoflurano después de la inducción con agentes inyectables y la inducción y mantenimiento con agentes volátiles se han asociado con mayores probabilidades de muerte.


Por el contrario, el uso de opioides y AINE durante la misma anestesia ha disminuido el riesgo de muerte perioperatoria. Es crucial comprender estos factores de riesgo para crear estrategias efectivas que ayuden a prevenir muertes relacionadas con la anestesia.


El objetivo de una investigación realizada por José Ignacio Redondo, Luis Doménech y Eva Zoe Hernández Magaña de la Universidad Cardenal Herrera – CEU (España); Fernando Martínez Taboada de la Escuela de Ciencias Veterinarias de Sydney (Australia); Jaime Viscasillas de Anicura Valencia Sur Hospital Veterinario (España); y Pablo E. Otero de la Facultad de Ciencias Veterinarias de Universidad de Buenos Aires (Argentina), ha sido, por un lado, buscar establecer la mortalidad actual relacionada con la anestesia en perros en una amplia variedad de países, e identificar factores significativos que pueden aumentar o disminuir el riesgo de muerte durante la anestesia en esta especie. “Nuestro objetivo era proporcionar información valiosa para desarrollar estrategias que mejoraran la seguridad del paciente durante la anestesia”, declaraban.


ESTUDIO INTERNACIONAL CON MÁS DE 50 MIL PACIENTES


El estudio se llevó a cabo desde febrero de 2016 hasta diciembre de 2022 y en él participaron 405 centros veterinarios de varios países, incluidos España, Argentina, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Chile, Portugal y Australia.


Los datos se recogieron desde el momento de la administración de la medicación preanestésica hasta las 48 horas posteriores a la extubación. Si un perro moría dentro de este plazo, se solicitaba información adicional por correo electrónico, incluidos detalles sobre las circunstancias de la muerte, cualquier anestesia o complicación quirúrgica, tratamiento adicional o medicamentos administrados, y los resultados de cualquier examen post mortem realizado, si corresponde.


Se recibieron registros de un total de 55.022 anestesias caninas. La mediana (rango) de edad y peso de los perros fue de 6,0 (0,1 a 22,0) años y 14,0 (0,1 a 99,5) kg, respectivamente. En cuanto a la raza, las razas mestizas fueron las más frecuentes (29,3 %), y el resto fueron razas puras (70,7%), representando 268 razas diferentes. Las razas puras anestesiadas con mayor frecuencia fueron Yorkshire terriers (5,7 %), Labrador retriever (5,0 %), bulldog francés (4,8 %) y caniche (3,3 %).


En cuanto al uso de medicamentos, en general, los agonistas alfa 2 fueron los sedantes más utilizados en la medicación preanestésica (64,7 %), seguidos de las benzodiazepinas (12,3 %) y la acepromacina (9,1 %).


El propofol fue el agente hipnótico predominante para la inducción (83,8 %), mientras que el isoflurano fue el agente más utilizado para el mantenimiento de la anestesia. La metadona fue el opioide más utilizado en la medicación preanestésica, y el meloxicam fue el AINE más común. El fentanilo fue el opioide más utilizado durante el mantenimiento (18,9 %). En el postoperatorio temprano, los analgésicos más utilizados fueron buprenorfina, tramadol y metadona, meloxicam y carprofeno.


De los 855 perros que murieron, 378 muertes se consideraron relacionadas con la anestesia. Por lo tanto, la mortalidad relacionada con la anestesia en este estudio fue del 0,69 %.


Setenta y un perros murieron en el período intraoperatorio y 307 perros murieron en el período postoperatorio. En detalle, la distribución de las muertes relacionadas con la anestesia se produjo durante las diferentes fases: 21 durante la inducción, 50 durante el mantenimiento, 43 durante la recuperación en quirófano tras la extubación, 48 dentro de las 3 primeras horas de hospitalización, 50 entre 3 y 6 horas, 94 entre 6 y 24 horas y 72 entre 24 y 48 horas.


FACTORES DE RIESGO Y PROTECTORES


En este sentido, el análisis reveló varias asociaciones demográficas y clínicas con la muerte relacionada con la anestesia. Se observó un mayor riesgo de mortalidad en perros pediátricos y geriátricos en comparación con perros adultos y en perros obesos en comparación con perros con una condición corporal promedio.


Asimismo, los procedimientos no programados o de emergencia, las cirugías abdominales, ortopédicas/neuroquirúrgicas y torácicas, y una duración más prolongada de la anestesia también se asociaron con un mayor riesgo de muerte.


Por el contrario, el uso de acepromacina, agonistas alfa 2, opioides puros solos o en combinación con AINE, agonistas parciales o agonistas-antagonistas más AINE como analgésicos en la medicación preanestésica, el uso de sevoflurano en lugar de isoflurano para el mantenimiento de la anestesia, y el uso de técnicas locorregionales se asociaron con una menor probabilidad de muerte.


En este estudio, comentan los autores, “la mayoría de las muertes (81 %) ocurrieron en el período posoperatorio, lo que coincide con los hallazgos de otros estudios”. Estos resultados “resaltan la importancia de centrarse en la atención al paciente durante esta fase crítica”. Con base en estos hallazgos, “es esencial enfatizar la importancia del seguimiento y las intervenciones posoperatorias en la comunidad de anestesia veterinaria”.


Además, “el estudio identificó varios factores de riesgo y de protección que pueden guiar la toma de decisiones clínicas y mejorar la seguridad del paciente”. Estos hallazgos “proporcionan información valiosa que puede guiar las mejoras en las prácticas anestésicas y contribuir al desarrollo de estrategias para reducir la incidencia de muertes relacionadas con la anestesia en perros”. Al implementar estas medidas, “podemos esforzarnos por mejorar el bienestar general de los animales durante la anestesia y mejorar sus resultados”, concluyen los autores.

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