El Grupo de Trabajo de Vigilancia en Salud Pública de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) alerta a la población del aumento de la circulación del virus Chikungunya a nivel mundial, con brotes de gran magnitud en Asia y América, y de la detección de casos de transmisión local en países del entorno de España con condiciones climáticas similares, como Francia e Italia.
Durante 2025, se ha registrado un resurgimiento global de la enfermedad por virus chikungunya, con más de 240.000 casos notificados en todo el mundo. Desde la SEE recordamos que la presencia del mosquito tigre (Aedes albopictus), vector competente para transmitir el virus, en amplias zonas de España crea las condiciones idóneas para que un caso importado por un viajero pueda originar un brote local.
La vigilancia en salud pública es fundamental para disminuir el impacto de este tipo de riesgos emergentes, en un contexto de cambio climático que favorece la expansión de estos vectores.
El chikungunya es una enfermedad vírica que se transmite exclusivamente por la picadura de mosquitos infectados del género Aedes; no se contagia de persona a persona.
Los síntomas principales son fiebre alta de aparición súbita y dolor articular intenso y a menudo incapacitante, que afecta principalmente a manos, pies, rodillas y espalda. Otros síntomas frecuentes incluyen dolor muscular, dolor de cabeza, náuseas, fatiga y un sarpullido característico en la piel.
Aunque la enfermedad rara vez es mortal, el dolor en las articulaciones puede persistir durante meses o incluso años. El riesgo de desarrollar una enfermedad grave es mayor en recién nacidos, personas de edad avanzada y aquellas con enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión.
Desde la SEE insisten en que la medida más eficaz para prevenir el chikungunya es la eliminación de los criaderos de mosquitos y la protección activa frente a sus picaduras. La colaboración ciudadana es esencial.
Una de las recomendaciones es el control del entorno. En este sentido, abogan por vaciar, limpiar y voltear con frecuencia cualquier recipiente que pueda acumular agua en patios, terrazas y jardines (macetas, cubos, juguetes, ceniceros); cambiar el agua de los bebederos de animales y de los floreros como mínimo cada 3 días, cepillando las paredes internas del recipiente para desprender los huevos adheridos; mantener limpias y despejadas las canaletas de los tejados y los desagües; y tapar herméticamente los depósitos de agua de uso doméstico.
En cuanto a la protección personal, llaman a usar repelentes de insectos autorizados que contengan DEET (en concentraciones superiores al 20 %), Icaridina o IR3535, siguiendo siempre las instrucciones del fabricante. Vestir ropa de colores claros que cubra la mayor parte del cuerpo, especialmente durante el amanecer y el atardecer, periodos de máxima actividad del mosquito tigre. Instalar mosquiteras en puertas y ventanas y utilizar aire acondicionado o ventiladores, ya que las corrientes de aire dificultan la actividad de los mosquitos.
Actualmente no existe un tratamiento antiviral específico ni una vacuna de uso generalizado para el chikungunya. El tratamiento es sintomático y se centra en aliviar los síntomas. Se recomienda reposo, hidratación abundante y el uso de analgésicos y antitérmicos como el paracetamol para controlar la fiebre y el dolor.
Asimismo, la SEE subraya la importancia de la detección precoz. Así, recomiendan "informar a los viajeros que se dirijan a zonas endémicas o con brotes activos sobre el riesgo de infección, el modo de transmisión, la sintomatología y el periodo de incubación. Además, se recomienda la adopción de medidas de protección individual frente a vectores, tanto durante su estancia como en las dos semanas posteriores a su vuelta y en especial si presentan síntomas compatibles".
Por otra parte, instan a cualquier persona que haya viajado a una zona con transmisión de chikungunya (como Brasil, Bolivia, Argentina, India, Sri Lanka, Pakistán, Senegal o China) y que desarrolle fiebre y dolor articular en los 15 días posteriores a su regreso, a que consulte a su médico e informe detalladamente sobre su viaje.
Para la SEE, la prevención es una responsabilidad compartida. "Fomentar el desarrollo de sistemas de información que amplíen la capacidad del análisis epidemiológico y apoyar las competencias de los profesionales de la red de vigilancia son claves para una respuesta anticipada y eficaz", exponen.
"La eliminación de los criaderos de mosquitos en el entorno doméstico y la notificación de casos sospechosos son las herramientas más poderosas para proteger a nuestra comunidad", agregan los expertos.