La enteropatía crónica es un término general que abarca una amplia gama de procesos patológicos, con signos clínicos variados y factores desencadenantes que, en muchas ocasiones, son desconocidos.
Debido a lo anterior, los perros afectados con enteropatías crónicas tienen todo tipo de signos clínicos, desde diarrea hasta vómitos varias veces por semana, pérdida de peso inexplicable o un apetito extremadamente exigente.
Por otra parte, si bien se comprende algo sobre el proceso de esta enfermedad, sigue siendo bastante misterioso. Aunque probablemente implique algún grado trastorno inmunológico y factores ambientales e influencias genéticas, todavía no se conoce qué está provocando los signos clínicos en estos perros.
Con el objetivo de explorar otros posibles signos clínicos asociados a la enteropatía crónica, concretamente la pica, un equipo de EE. UU. ha realizado recientemente un estudio.
La pica es una alteración del comportamiento que se define como la tendencia o predisposición a la ingesta reiterada de material que no forma parte de la dieta habitual de la especie. En la especie canina, los materiales ingeridos suelen ser plásticos, piedras, prendas de ropa, cables, tierra, heces o plantas.
En una revisión retrospectiva, 133 perros y gatos de clientes se presentaron en un hospital multidisciplinario para la extracción endoscópica de cuerpos extraños gástricos entre el 1 de enero de 2018 y el 26 de agosto de 2024. Se registraron los datos de signos gastrointestinales crónicos y los animales se dividieron en 81 a los que no se les realizó biopsia y 41 a los que se les realizó (11 biopsiados excluidos).
Se evaluó la presencia de anemia, embarazo, edad juvenil (<2 años), uso de estimulantes del apetito o corticosteroides, o endocrinopatías en los animales biopsiados. Las muestras de biopsia se clasificaron según el nivel de gravedad y el tipo de infiltrados celulares. Se documentó la presencia de Helicobacter spp.
Descubrieron que el 100 % (41 de 41) de los animales biopsiados y el 66 % (70 de 106) de todos los animales con datos disponibles reportaron signos gastrointestinales crónicos. La mediana de edad fue de 8 años en perros y de 6 años en gatos. El 100 % (41 de 41) de los animales biopsiados presentó enteritis crónica histológica, y el 80 % (33 de 41) gastritis crónica histológica. Se observó Helicobacter spp. en el 49 % (20 de 41) y se asoció positivamente con la gravedad de la inflamación gástrica.
En este sentido, han comentado que “un número significativo de animales con pica y cuerpos extraños presentó evidencia de enteropatía crónica”. En la mayoría de los casos, la inflamación fue linfoplasmocítica con predominio duodenal. La presencia de Helicobacter spp. se asoció con la gravedad de la inflamación gástrica.
Por ello, concluyen que se deben considerar las enteropatías crónicas en casos de pica, con confirmación y tratamiento rápidos para reducir la morbilidad y la mortalidad asociadas.