El síndrome de úlcera gástrica equina (EGUS) comprende enfermedades de la mucosa del estómago equino, y se ha utilizado una nomenclatura específica para diferenciar las enfermedades que afectan la mucosa escamosa y glandular: Enfermedad Gástrica Escamosa Equina (ESGD) y Enfermedad Gástrica Glandular Equina (EGGD). La Enfermedad Gástrica Escamosa Equina implica lesiones que afectan la mucosa escamosa, mientras que EGGD se refiere a lesiones de la mucosa glandular. La prevalencia más alta de estas enfermedades se observa en caballos de rendimiento, y el riesgo tanto de ESGD como de EGGD aumenta con la intensidad y duración del ejercicio. Los signos clínicos de esta enfermedad dependen del tipo de EGUS (ESGD o EGGD), pero puede incluir cólicos, pérdida de peso, mala condición corporal, mala condición del pelaje, reducción del apetito, diarrea, bruxismo, cambios de comportamiento y bajo rendimiento.
El uso de saliva como muestra biológica para evaluar cambios en diferentes analitos relacionados con diferentes procesos orgánicos tiene muchas ventajas, incluyendo el hecho de que puede obtenerse de forma no invasiva y con mínimo dolor o estrés para el animal. En caballos, muestras de saliva se han utilizado para evaluar cambios en analitos de saliva por proteómica de gel en caballos sanos y tratados para EGUS, cambios en cortisol salivar en caballos con dolor abdominal, cambios en calprotectina salivar y aldolasa en caballos con EGUS y otras patologías, y biomarcadores del estado oxidativo en la saliva de caballos con EGUS y cólico de etiología intestinal.
En los últimos años, la medición de oxitocina se ha utilizado para la evaluación del estrés y el bienestar en diferentes especies. En estudios experimentales, se ha descrito la relación entre la oxitocina y la función gástrica, ya que la oxitocina puede funcionar como un factor protector contra los cambios inducidos por el estrés. La oxitocina administrada sistémicamente posee efectos antisecretores y antiulcerosos gástricos en ciertas úlceras gástricas y duodenales inducidas experimentalmente, como los modelos de úlcera gástrica crónica inducida por ácido acético, en ratas y cobayas. Estos efectos pueden atribuirse principalmente a la actividad antisecretora de la oxitocina.
En caballos, algunos estudios han demostrado cambios en las concentraciones de oxitocina en diferentes situaciones, por ejemplo, la oxitocina salival como un indicador no invasivo de respuestas emocionales en caballos jóvenes y mayores niveles de oxitocina plasmática cuando un participante frotó suavemente el cuello y la cruz del caballo en comparación con pararse a su lado sin tocarlo. Estos informes han utilizado ensayos ELISA comerciales para medir la oxitocina en saliva y plasma. Los ensayos AlphaLISA, una tecnología alternativa, son inmunoensayos que utilizan química canalizadora de oxígeno luminiscente para amplificar las señales del ensayo.
Un estudio realizado por María Botía, Alberto Muñoz-Prieto, Silvia Martínez-Subiela y José Joaquín Cerón, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, María Martín-Cuervo, de la Facultad de Veterinaria de Cáceres de la Universidad de Extremadura, y Xavier Manteca y Marina López Arjona, de la Universidad Autónoma de Barcelona, junto a investigadores de Dinamarca, tuvo como objetivo desarrollar y validar un nuevo inmunoensayo basado en la tecnología AlphaLISA para la medición de oxitocina en la saliva de caballos y evaluar posibles cambios en las concentraciones de oxitocina en la saliva de caballos con EGUS. Para este propósito, se midieron las concentraciones de oxitocina en la saliva de caballos sanos y caballos con ambas formas de EGUS y solo Enfermedad Gástrica Glandular Equina, solo ESGD y caballos con otras enfermedades diferentes a EGUS.
Para ello, se validó un inmunoensayo basado en la tecnología AlphaLISA para la cuantificación de oxitocina salival y se aplicó en un total de 102 caballos divididos en 5 grupos: 25 con ambas EGUS, 23 con solo Enfermedad Gástrica Glandular Equina, 21 con solo ESGD, 19 caballos con otras enfermedades y 14 caballos sanos.
La validación analítica del método mostró una buena precisión y linealidad bajo dilución. Las concentraciones de oxitocina salival en caballos sanos fueron más altas en comparación con los caballos con ESGD y EGGD y solo EGGD. Las concentraciones de oxitocina salival en caballos con solo ESGD fueron más altas en comparación con los caballos con ESGD y EGGD y los caballos con solo EGGD. Además, las concentraciones de oxitocina salival en caballos con otras enfermedades diferentes de ESGD aumentaron significativamente en comparación con los caballos con ESGD y EGGD y los caballos con solo Enfermedad Gástrica Glandular Equina.
Por otro lado, no se encontraron diferencias en la concentración de oxitocina en la saliva en relación con la edad, la raza y el sexo. Además, no se encontró correlación entre la concentración de oxitocina y el peso corporal o la puntuación de condición corporal.
Tampoco se encontró correlación entre las concentraciones de oxitocina y la gradación de ESGD en el grupo de caballos con solo Enfermedad Gástrica Escamosa Equina. Además, no se encontró correlación entre las concentraciones de oxitocina y la gradación de EGGD en el grupo de caballos con solo Enfermedad Gástrica Glandular Equina.
El presente estudio validó, comentan los autores, un nuevo ensayo que puede medir la oxitocina en la saliva de los caballos de una manera precisa y exacta. Además, aunque hubo un gran grado de cruce entre los datos, “los caballos con EGGD y EGGD mixta y Enfermedad Gástrica Escamosa Equina tuvieron una concentración de oxitocina medida en saliva más baja que los caballos con ESGD, los caballos sanos y los caballos con otras enfermedades”. No obstante, “la heterogeneidad de la población entre los caballos enfermos y sanos y el número relativamente bajo de individuos utilizados indicaron la necesidad de investigación adicional para dilucidar y aclarar el papel de la oxitocina en EGUS”.