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Revisan en España la eficacia de las medidas de control actuales frente a Coxiella burnetii en rumiantes
EDICIÓN

Revisan en España la eficacia de las medidas de control actuales frente a Coxiella burnetii en rumiantes

Han resaltado que, en general, “no se implementaron todas las medidas de bioseguridad posibles disponibles para los rebaños”
Cabras
Los estudios incluidos en la revisión demostraron la importancia de combinar la vacunación con medidas de manejo y bioseguridad.

La fiebre Q es una enfermedad zoonótica altamente contagiosa causada por Coxiella burnetii (Cb). Es endémico a nivel mundial, excepto en Nueva Zelanda, donde solo se ha notificado un caso humano importado. La notificación de los casos de fiebre Q humana es obligatoria en 27 países europeos y voluntaria en Francia y el Reino Unido. Después de un gran brote en 2007 en los Países Bajos, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó un dictamen científico sobre la fiebre Q a petición de la Comisión Europea, que resumía diferentes opciones de medidas de control en poblaciones de rumiantes domésticos.


Se reconoce que los pequeños rumiantes y el ganado vacuno son las principales fuentes de infección humana. En condiciones naturales, la transmisión de persona a persona es poco común. Como enfermedad profesional, la fiebre Q afecta principalmente a personas en contacto con rumiantes, como ganaderos, personal de mataderos, veterinarios y estudiantes de veterinaria.


Los principales síntomas agudos en los seres humanos suelen ser los de una enfermedad autolimitada similar a la gripe. En una forma crónica de fiebre Q pueden ocurrir complicaciones clínicas como neumonía, hepatitis, endocarditis, encefalitis, síndrome de fatiga post-fiebre Q, abortos o parto prematuro.


La enfermedad tiene un impacto grave en los rebaños de rumiantes debido a las pérdidas económicas sufridas debido al aborto y la pérdida de producción de leche. En vacas lecheras se han descrito metritis, infertilidad y mastitis, a diferencia de los pequeños rumiantes, donde los abortos son el principal signo clínico. En general, la seroprevalencia aumenta con la edad y las hembras con infección por Cb adquirida de forma natural pueden no mostrar signos clínicos. Sin embargo, las cabras pueden permanecer infectadas crónicamente y experimentar fallas reproductivas y eliminar Cb en los partos sucesivos después de una infección por fiebre Q.


DIVERSAS MEDIDAS DE CONTROL


La implementación de medidas preventivas y de control frente al Cb en granjas de rumiantes es clave. Actualmente sólo existe una vacuna inactivada de fase I autorizada para pequeños rumiantes y bovinos. Una revisión sistemática y un metanálisis de las vacunas contra la fiebre Q para pequeños rumiantes mostraron que la vacuna era más eficaz para prevenir la eliminación de Cb en cabras que en ovejas.


La vacunación se utiliza para disminuir las tasas de aborto y la diseminación bacteriana al medio ambiente. La terapia con antibióticos se ha utilizado durante el último embarazo para controlar los brotes clínicos y reducir la excreción y el riesgo aborto. Además, las medidas de bioseguridad son esenciales para controlar la fiebre Q y prevenir su diseminación a otros rebaños o humanos.


Debido a la importancia de la fiebre Q para la salud animal y pública, el principal objetivo de un trabajo realizado por investigadores de las universidades de Murcia y CEU Cardenal Herrera, Valencia, fue evaluar la efectividad de las medidas de control actuales contra Cb en rebaños caprinos, ovinos o bovinos naturalmente infectados, mediante una revisión de alcance de la literatura científica.


Los investigadores recopilaron estudios publicados hasta el 17 de noviembre de 2021 relacionados con las medidas de control de la infección por Cb en rebaños de rumiantes infectados de forma natural.


UN TOTAL 28 DE ARTÍCULOS ANALIZADOS


A través de esta revisión exhaustiva de la literatura se identificaron un total de 3.640 publicaciones. Un total de 100 estudios cumplieron con nuestros criterios de inclusión y fueron revisados en texto completo. Finalmente se incluyeron un total de 28 artículos. De los estudios citados, se referían a estudios realizados en 10 países diferentes: nueve eran de España (32 %) y siete de Francia (25 %).


En cuanto a las especies de rumiantes involucradas, un total de 12 referencias fueron de vacas (43 %), ocho de ovejas (29 %), seis de cabras (21 %) y dos de ovejas y cabras (7 %).


En relación con el tipo de medida de control, la vacunación y la terapia con antibióticos fueron las medidas de control más comunes estudiadas y se utilizaron en 24 y 8 estudios, respectivamente. La mayoría de los estudios se centraron únicamente en el efecto de la vacunación (16), seguida de una combinación de vacunación y terapia con antibióticos (5) o solo terapia con antibióticos (2).


ESTUDIOS SOBRE LA EFICACIA DE LA VACUNACIÓN


Hasta alcanza el conocimiento de los autores, “ninguna revisión sistemática o de alcance ha estudiado los efectos de la vacunación en rebaños de ganado infectados naturalmente por Cb”.


El efecto de la vacuna para controlar la eliminación de bacterias se investigó en siete estudios con pequeños rumiantes. Los estudios en ovejas resaltaron las limitaciones de la vacunación para controlar un brote de Cb en cuatro rebaños. Describieron el fracaso en prevenir la excreción vaginal durante la siguiente temporada de partos y resaltaron la importancia de controlar la persistencia de los anticuerpos.


En las cabras, se estudió el número de nacimientos y la eficacia de la vacuna y se demostró que las cabras jóvenes eliminaban niveles más altos de la bacteria por vía vaginal. Sin embargo, las hembras primíparas tuvieron una mejor respuesta inmune a la vacuna que las multíparas.


Los autores concluyeron que, en términos de la edad de la cabra, la vacunación debería realizarse en cabras de un año debido a que la reducción de la eliminación vaginal de Cb después de la vacunación fue mayor. Además, aunque la vacuna no previno la infección bajo alta presión de infección, “los cabritos o las cabras primíparas pueden protegerse de los síntomas clínicos mediante la vacunación”.


Por último, en cuanto a ganado bovino, los resultados indicaron que la vacunación a largo plazo en vacas reduce la excreción bacteriana en la leche y la contaminación ambiental.


MEDIDAS DE BIOSEGURIDAD


Otro factor importante en el control de la fiebre Q es la implementación de medidas de bioseguridad y manejo. Sólo los estudios en pequeños rumiantes, explican, se han centrado en las medidas de bioseguridad y manejo para controlar la infección por fiebre Q. “Dos estudios en pequeños rumiantes investigaron la combinación de vacunación con medidas de control de bioseguridad e higiene”, y concluyeron que esta combinación podría ser una opción de control a corto plazo en rebaños de ovejas en términos de control de la contaminación ambiental.


Por otro lado, la combinación de vacunación, antibióticos, bioseguridad y medidas de higiene en una granja de cabras fue eficaz para controlar un brote de fiebre Q en cabras.


Se obtuvieron resultados similares en la infección aguda en cabras utilizando la vacuna y medidas de bioseguridad. Los resultados mostraron que después de un programa de control de 2 años, la infección quedó controlada. Se estudiaron cuatro rebaños de ovejas con infección crónica durante cuatro temporadas de parto. A pesar de los efectos positivos del control de la eliminación de bacterias, “la persistencia de Cb en el polvo evidenció el riesgo de infección durante 5 años”. Por este motivo, los autores insisten en que se deben considerar las reinfecciones periódicas.


Al controlar la contaminación ambiental mediante medidas de bioseguridad, algunos trabajos analizados describieron el éxito en la reducción del Cb en rebaños de cabras donde se implementaron medidas de higiene y sacrificio de hembras y entierro. Sin embargo, no recomendaron el sacrificio de cabras como única estrategia de control para lograr el control de la infección debido a la gravedad de la contaminación ambiental por Cb, en contraste con los efectos positivos del sacrificio de vacas lecheras destacados.


IMPORTANCIA DE LA COMBINACIÓN DE ESTRATEGIAS


En resumen, esta revisión de alcance destaca la información disponible sobre el control de la fiebre Q en rebaños de rumiantes domésticos. “La vacunación, la terapia antibiótica y la implementación de medidas higiénico-sanitarias en las granjas fueron las medidas de control más comunes estudiadas”.


Igualmente, destacan que “hubo pocos estudios que reportaran una combinación de las tres medidas de control y, en general, no se implementaron todas las medidas de bioseguridad posibles disponibles para los rebaños”.


Los estudios incluidos en la revisión demostraron “la importancia de combinar la vacunación con medidas de manejo y bioseguridad en las granjas para reducir la infección por Cb, así como los riesgos para los humanos, con programas a largo plazo debido a la persistencia de la contaminación ambiental por Cb”. Por último, “es necesario mejorar la estandarización de los estudios sobre la fiebre Q infectada naturalmente en rumiantes domésticos”.

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