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Cien años del doctorado en Veterinaria en Francia
EDICIÓN

Cien años del doctorado en Veterinaria en Francia

José Manuel Etxaniz Makazaga, Doctor en Veterinaria
José manuel etxaniz
José Manuel Etxaniz Makazaga, Doctor en Veterinaria.

Francia, ha sido pionera de la enseñanza de la Veterinaria, comenzando por la creación de la primera Escuela de Veterinaria del mundo, en Lyon, el 13 de febrero de 1762, su posterior integración en la universidad y el acceso al doctorado.


La idea de la creación de una Escuela de Veterinaria, obedece a razones puramente económicas, consecuencia de las enormes pérdidas en la cabaña equina, como consecuencia de las continuas guerras en las que participa Francia y con ella toda Europa, durante el siglo XVII y de los grandes estragos causados por la peste bovina y al impulso de la Ilustración, a través de las sociedades económicas recién creadas en Europa, que abogaban por medidas de profilaxis sanitaria, tanto para las personas como para los animales.


Entre los ilustrados franceses, Claude Bourgelat, encontró los apoyos políticos y económicos necesarios para lograr su objetivo: una Escuela de Veterinaria. Nacido en Lyon (Francia) en 1702, en el seno de una familia noble, ostentaba el título de caballero. Cursó los estudios de Derecho, llegando a ejercer la abogacía. Inmerso en el espíritu de la época, mantenía amistad y correspondencia frecuente con d´Alembert.


Fue nombrado director de la Academia de Equitación de su ciudad natal, donde se dedicó a estudiar todos los tratados de equitación e hipiatría que caían en sus manos, especialmente los de Newcastle y Solleysel. En 1740 publicó Nouveau Newkastle ou Traité de cavalerie, un libro de hipología, en el que se recopilaban los conocimientos de la época sobre la materia.


Su objetivo era transformar el Centro de Equitación en Escuela de Veterinaria y para ello, se valió de las numerosas relaciones que tenía entre la sociedad aristocrática francesa, a la que pertenecía y, especialmente, de su amigo, el intendente de Lyon, que poco después sería nombrado Controlador de Finanzas (ministro) de Luis XV, Jean-Henri Bertin, otro ilustrado y apasionado por la agronomía, que se convirtió en su principal valedor en París y gestionó el Decreto Real de 4 de agosto de 1761, por el que se autorizaba el establecimiento en Lyon de una Escuela para el tratamiento de las enfermedades de los animales.


La escuela era de naturaleza privada, si bien dispondría de una subvención, para su mantenimiento, de 50.000 libras, pagaderas durante seis años.


Bourgelat, con seis alumnos, en una modesta posada del suburbio de la Guillotière de Lyon, inició su andadura.


El mismo verano de 1762, a solicitud de las autoridades, los alumnos son enviados en una misión especial a Meyzieu, cerca de Lyon, para intentar controlar una epizootia, lo que consiguieron aplicando sencillas normas de higiene. Bourgelat, se encarga de magnificar el éxito y su amigo Bertin, desde París, hará el resto, promoviendo la creación a finales de 1766, de la escuela de Maisons-Alfort, en las proximidades de París y designándole, mediante un Decreto Real de 1 de junio de 1764, director e inspector general de la Escuela Real de Veterinaria de Lyon y de todas las escuelas veterinarias establecidas o que pudieran establecerse en Francia.


La Ley de 31 de julio de 1923, autorizaba a las Escuelas Nacionales de Veterinaria a expedir un diploma de médico veterinario, expedido por el ministro de Instrucción Pública, a los alumnos de las Escuelas Nacionales de Veterinaria que hubieran superado con éxito, las pruebas de fin de estudios, después de defender una tesis ante un tribunal. El diploma llevaba también la firma del ministro de Agricultura. En definitiva, les integraba en la universidad francesa facultándoles para acceder al doctorado.


Su Decreto de aplicación, firmado el 28 de marzo de 1824, autorizó a los veterinarios que se habían graduado antes de su promulgación, a obtener el título de médico veterinario. A partir de entonces, los candidatos a los puestos de profesores o director de un servicio veterinario departamental, deben ser doctores veterinarios.


El primer título de doctor médico veterinario fue expedido, el 5 de noviembre de 1924, por la Escuela de París a Emmanuel Leclainche, (1861-1953), fundador y primer director de la Oficina Internacional de Epizootias -hoy Organización Internacional de Sanidad Animal-, Inspector General de las Escuelas de Veterinaria y promotor del título. En Lyon, fue Jules Montsarrat, director de los Servicios Veterinarios del Norte, que presentó tres días después un trabajo sobre El caballo de tiro del norte; en Toulouse, M. Belpel, veterinario en Villeneuve-les-Béziers (Hérault), defendió en enero de 1925 una tesis sobre La Habronemosis cutánea de los equinos.


Emmanuel Leclainché, historiador francés de la Veterinaria, participó en Madrid, entre los días 1 al 6 de octubre de 1935, en el Congreso Internacional de la Historia de la Medicina, siendo homenajeado por la Asociación Nacional de la Veterinaria Española -antecedente de la Organización Colegial-, cuyo presidente, Manuel Medina, le impuso la insignia de oro de la Asociación. El ilustre historiador francés brindó por la Veterinaria española, cuya obra revolucionaria la ha puesto a la cabeza de la Veterinaria mundial, exaltando la figura de Dalmacio García Izcara. Le respondió Gordón Ordás, agradeciendo la exaltación que había hecho de la Veterinaria, señalando el fervor con que nos uníamos al recuerdo especial que tuvo para Dalmacio García Izcara (fallecido en 1927), que le había hecho sentir profunda emoción, ya que él, que tanto le combatió en el ansia por encontrar una nueva Veterinaria, jamás dejó de experimentar por tan ilustre personalidad una muy sincera y grande admiración.


El Decreto Ministerial del 15 de enero de 1965 otorgaba al personal docente de las escuelas de Veterinaria, el uso del traje académico, con un color propio, rojo brezo.


En España los hechos sucedieron veinte años más tarde y nuestro color distintivo es el verde, pero a todo eso nos referiremos en otra ocasión.

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