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Se triplican en los últimos años las hospitalizaciones por la enfermedad de Lyme
EDICIÓN

Se triplican en los últimos años las hospitalizaciones por la enfermedad de Lyme

​El boletín epidemiológico específico para esta enfermedad, elaborado con datos del periodo 2005-2019, recoge un aumento en el número de hospitalizaciones
Picadura garrapata
La población de garrapatas no ha dejado de aumentar en España en los últimos años.

La enfermedad de Lyme es una patología infecciosa que se contrae a través de una bacteria que transmiten las garrapatas a humanos y animales.


Según el boletín epidemiológico específico para esta enfermedad, elaborado con datos del periodo 2005-2019, realizado por el grupo responsable de la vigilancia epidemiológica de Lyme en el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en los últimos 15 años, el número de hospitalizaciones por la enfermedad de Lyme se ha multiplicado por tres en España. Del estudio se observa que el aumento en los ingresos ha sido generalizado en todo el territorio excepto en Extremadura, única comunidad en la que han disminuido.


Veterinarios y médicos de toda España vienen alertando desde hace tiempo de un aumento de casos de picadura de garrapata en sus consultas. Desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) aseguran que la población de este parásito se ha disparado en España en los últimos años y no para de crecer. “El aumento de las temperaturas a consecuencia del cambio climático con otoños e inviernos más cálidos es una de las principales causas. Y las consecuencias de la picadura de este artrópodo pueden llegar a ser graves, como evidencia este incremento de hospitalizaciones”, afirman.


Por ello, piden extremar las precauciones e incrementar las acciones dirigidas al control de este artrópodo ante su incremento disparado. En España se han detectado hasta una veintena de especies de garrapatas, algunas de las cuales pueden transmitir graves enfermedades más allá de la enfermedad de Lyme: la encefalitis vírica o la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, que tiene una mortalidad del 30 % sin tratamiento. No obstante, indica Jorge Galván, director general de Anecpla, “el peligro no es únicamente llegar a necesitar atención hospitalaria. Y es que la enfermedad de Lyme, sin el tratamiento adecuado, se cronifica, llegando a afectar seriamente al desarrollo de una vida normal a través de manifestaciones neurológicas, cardiacas y/o articulares agudas”.


Las garrapatas habitan especialmente en el campo, en zonas donde exista abundante vegetación y presencia de animales. Así lo evidencia el boletín, ya que se observa que el mayor número de pacientes hospitalizados se da en zonas de España donde se desarrollan actividades profesionales ordinarias en el territorio rural.


No obstante, durante paseos o rutas de senderismo también se corre riesgo. Pero no solo eso, “las garrapatas también pueden encontrase en parques, jardines, piscinas e incluso en la playa”, puntualiza Sergio Monge, presidente de Anecpla. Por ello, advierte de la importancia de no bajar la guardia en estos otros entornos. “Es importante que los ciudadanos se conciencien de los riesgos que pueden llegar a suponer las garrapatas y que interioricen que este verano el riesgo no se encuentra solo en el campo, sino que en entornos que tanto frecuentamos en nuestras vacaciones, como la playa o la piscina, tenemos que permanecer igualmente alerta”.


Jorge Galván indica que “el progresivo aumento de las temperaturas ha convertido a España en un país tan propicio para el desarrollo de las garrapatas como lo es África, por ello su población no para de aumentar en los últimos años. Es fundamental que se activen los protocolos de control necesarios contra esta especie y que, tanto desde las Administraciones como desde el sector de la sanidad ambiental y los propios ciudadanos, se realicen labores de prevención”.


El método de control empleado en cada caso variará, tal y como afirma Galván, “en función de la toma en consideración de factores como el ciclo biológico en el que se encuentre la plaga, las condiciones ambientales, el nivel de infestación o la minimización del posible impacto sobre el medio, los animales y el ser humano”.


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