¿Por qué la castración en perros y gatos se puede relacionar con la aparición de ciertas patologías?

La castración quirúrgica puede derivar en riesgos o beneficios para perros y gatos. Hasta hace 20 años se pensaba que las desventajas eran pocas, pero últimamente ha salido más información a la luz sobre los incovenientes que puede tener este procedimiento sobre las mascotas, los cuales se han observado más en canes que en felinos.

Qué motivos se relacionan con estos efectos perjudiciales, cuáles son aquellos que se desarrollan a nivel sistémico y el origen de gran parte de las patologías que aparecen de forma más frecuente en animales castrados, son algunos de los puntos a los que Xiomara Lucas, diplomada europea en reproducción de pequeños animales, da respuesta en el nuevo episodio del podcast Virbac Contigo, un canal con la misión de ofrecer conocimientos para potenciar la salud y el bienestar animal, de la mano de los principales líderes de opinión de las diferentes especialidades veterinarias.  

A modo de introducción, Xiomara Lucas explica que "dichas consecuencias suelen estar vinculadas al momento en que se realiza la castración quirúrgica, es decir, son mayores cuanto más pronto se lleve a cabo". Asimismo, "las razas medianas y grandes tienden a ser las más afectadas, siendo las hembras las más perjudicadas, y muchos de estos efectos secundarios se ven reflejados en patologías que involucran los sistemas inmune, locomotor y en la aparición de tumores en el sistema hematopoyético con carácter heredable". 

"El constatar que ciertas razas tienen más predisposición a la aparición de estos procesos tras la castración quirúrgica, es uno de los motivos por los cuales se está modificando la visión de cuándo realizar este procedimiento con respecto a la edad del animal, o bien, de si cambiar la decisión de una castración quirúrgica a un tratamiento de esterilización temporal", expone la diplomada. 

Para entender esta relación, Lucas menciona que es importante recordar que tanto la testosterona como los estrógenos y la progesterona, influyen directamente sobre el sistema inmune, regulando el crecimiento, la diferenciación, la supervivencia y la función de las células implicadas en la homeostasis y la inmunidad. 

Como ejemplificación, la especialista se refirió a la variación de la respuesta defensiva de las perras a lo largo de su ciclo estral. "Una perra gestante tiene una respuesta defensiva completamente distinta a una perra que está en estro o en anestro, es decir, hay una modificación del sistema inmunitario dependiendo de las hormonas sexuales predominantes en cada momento del ciclo", comenta. 

EL PAPEL DE LA LH

Lo más importante al momento de intentar entender por qué se incrementan ciertas patologías en los animales castrados, de acuerdo con Lucas, "es tener en cuenta que tras este procedimiento, se observa un incremento significativo de la LH, 30 veces superior al que se encontraría en un animal entero. Esto es debido a que, al extirpar los ovarios o los testículos, que son las gónadas encargadas de enviar la señal de feed back negativa que regulan la síntesis de LH, se produce una liberación continua y exagerada o una sobreproducción". 

El punto interesante aquí es que este aumento considerable provoca una sobreestimulación de los receptores de LH, los cuales se encuentran en múltitud de órganos, la mayoría relacionados con las patologías presentes en animales castrados. 

COMPLICACIONES

Los procedimientos quirúrgicos de castración rutinarios poseen un riesgo de muerte o complicaciones cuando no existe una condición sanitaria controlada o en animales en los que no se ha realizado una valoración preoperatoria. "El hecho de que sean frecuentes no significa que no estén exentos de riesgos anestésicos como quirúrgicos".

Por otro lado, una castración demasiado temprana, sobre todo si es prepuberal, "puede provocar un infantilismo genital, especialmente delicado en gatos machos, pues los predispone a presentar cierto grado de fimosis, un pene más pequeño de lo normal o dificulta enormemente la futura cateterización uretral en el caso de que sea necesario". 

Pero sin duda, la incontinencia urinaria y el incremento de peso son dos de los efectos secundarios más conocidos tanto por los veterinarios como por los propietarios y de los que siempre se habla en el momento de decidir si realizar una castración. "Sin embargo, la afirmación de que todos los animales van a engordar después de este procedimiento, es totalmente falsa, hay diferencia según la especie". 

Respecto a la incontinencia urinaria, se sabe que el 75 % de las veces aparece entre el primer y el tercer año postcastración. "La incidencia de este proceso en animales castrados se sitúa entre un 5 % y un 20 %, siendo superior en perras de más de 30 kilos de peso en la edad adulta y cuanto más temprano se realice la castración, sobre todo en razas predispuestas". 

Finalmente, si se habla de los gatos, "pues sí que parece existir una clara relación entre la castración quirúrgica y un mayor riesgo de obesidad, sobre todo si la practicamos en edades tempranas en ambos sexos, relacionándose principalmente con un incremento del nivel de ingesta. También existe un vínculo con la aparición de diabetes mellitus, debido a una menor sensibilidad de la insulina". 

Mientras que "en los perros se trata de un proceso multifactorial en el que interviene no solo si está castrado o no, sino la raza que influye notablemente, la actividad, la edad e incluso el tipo de dueño del animal".