Esta semana, coincidiendo con el Día Internacional de los Buitres (6 de septiembre), científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con adscripción al Grupo de Investigación en Ecología y Gestión de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), la Universidad de Cambridge y la Real Sociedad para la Protección de las Aves (RSPB, por su siglas en inglés), han publicado una carta en la revista Science en la que llaman la atención sobre la presencia continuada de fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) en algunos países que albergan poblaciones de buitres de importancia mundial.
El diclofenaco, un AINE tóxico, provocó el colapso de las poblaciones de buitres en el sur de Asia en la década de 1990. En 2006, India, Nepal y Pakistán prohibieron el uso veterinario del diclofenaco, una medida que fue más tarde adoptada por Bangladesh, Irán, Camboya y Omán. Aunque las primeras prohibiciones se introdujeron sólo 2 años después de que se reconocieran los efectos devastadores de este fármaco, los avances en los 20 años transcurridos desde entonces han sido limitados. Con la excepción de Nepal, la venta ilegal continuada de diclofenaco y los retrasos en la prohibición de otros AINEs de uso veterinarios han obstaculizado el éxito de la conservación de los buitres.
En España, donde vive el 90 % de la población europea de buitres, el diclofenaco se autorizó para uso veterinario en 2013 (siete años después de que se prohibiera por primera vez en Asia). “La normativa española sobre los AINEs ha sido ineficaz, ya que se han detectado diclofenaco y otros AINEs tóxicos como el ketoprofeno y la flunixina en los cadáveres de ungulados domésticos suministrados en los comederos para buitres. Estos medicamentos de uso veterinario también se han encontrado en el plasma sanguíneo de buitres hallados muertos”, afirma Antoni Margalida, del CSIC.
“Ningún país del área de distribución de los buitres cuenta con un proceso rápido y basado en pruebas para retirar los AINEs veterinarios que han demostrado ser tóxicos para los buitres, como tampoco exige pruebas de seguridad para los buitres antes de aprobar un nuevo AINE veterinario”, afirma Rhys Green, de la Universidad de Cambridge y la RSPB. Sólo dos AINEs (meloxicam y ácido tolfenámico) se han considerado seguros para los buitres, y en ninguno de los dos casos la industria farmacéutica financió las pruebas toxicológicas.
“Aunque varios AINEs distintos del diclofenaco, como la flunixina, el ketoprofeno, la nimesulida y el aceclofenaco, son tóxicos para los buitres, estos fármacos siguen estando ampliamente disponibles en algunas partes del sur de Asia y Europa”, afirman los autores. Y aunque Bangladesh prohibió el ketoprofeno en 2021 y la India prohibió el ketoprofeno y el aceclofenaco en 2023 y la nimesulida en 2024, las prohibiciones se introdujeron más de una década después de que se estableciera la toxicidad de estos fármacos para los buitres.
Las partes implicadas en la Convención sobre las Especies Migratorias (CMS) incluyen los Estados del área de distribución de India, Pakistán, Bangladesh, España e Italia. Los gobiernos de estos países y sus industrias farmacéuticas, y así como los de otros países que albergan poblaciones de buitres, deben demostrar su compromiso con la conservación de estas especies y los importantes servicios ecosistémicos que prestan, tomando medidas antes de la próxima Conferencia de la CMS en marzo de 2026.