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Veterinarios españoles revisan la eficacia de los antidiabéticos no insulínicos en gatos

Veterinarios españoles revisan la eficacia de los antidiabéticos no insulínicos en gatos

Hasta la fecha, no existe una síntesis exhaustiva de la evidencia clínica dispersa que aborda el papel de los fármacos antidiabéticos no insulínicos en la diabetes felina
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El manejo clínico de la diabetes mellitus tipo 2 suele presentar desafíos.

La diabetes mellitus felina (DMF) es uno de los trastornos endocrinos más comunes en gatos domésticos. Se caracteriza por una homeostasis de glucosa deteriorada debido a una disfunción progresiva de las células beta pancreáticas, resistencia periférica a la insulina o una combinación de ambos mecanismos. La obesidad, la acromegalia, las enfermedades dentales y renales, la infección sistémica, la pancreatitis, el embarazo/diestro, los medicamentos (p. ej., corticosteroides, progestinas, ciclosporina), la edad avanzada y las predisposiciones raciales específicas, como en los gatos birmanos, se consideran factores de riesgo clave que contribuyen a la aparición y progresión de la DMF.

 

El manejo clínico de la diabetes mellitus tipo 2 (DM) suele presentar desafíos debido a la hiperglucemia inducida por estrés, la variabilidad en la respuesta al tratamiento y la necesidad de que el propietario cumpla con la administración diaria de insulina. Además, lograr un control glucémico adecuado con insulina puede ser difícil, ya que una proporción significativa de gatos no logra la remisión diabética, a menudo debido a afecciones subyacentes de resistencia a la insulina, como el hipersomatotropismo. Si bien el pilar del tratamiento para la DM clínica es la insulina junto con la modificación dietética, ha aumentado el interés en el uso de fármacos antidiabéticos no insulínicos (NIAD), especialmente en situaciones donde la terapia con insulina no es viable. Se han evaluado varias clases de NIAD en pacientes felinos, incluidas las sulfonilureas (p. ej., glipizida), o las biguanidas (p. ej., metformina).

 

Estos agentes funcionan a través de mecanismos de acción distintos. Por ejemplo, las sulfonilureas, como la glipizida, actúan principalmente estimulando la secreción de insulina de las células ß pancreáticas; las biguanidas, representadas por la metformina, reducen principalmente la gluconeogénesis hepática.

 

Eficacia de los antidiabéticos no insulínicos en gatos

 

A pesar del creciente interés en estos tratamientos alternativos, la evidencia sobre la eficacia y seguridad de los fármacos antidiabéticos no esteroideos (NIAD) en gatos con diabetes mellitus tipo 2 (DMF) sigue siendo limitada y fragmentada, a menudo caracterizada por metodologías y resultados heterogéneos, y con frecuencia basada en cohortes pequeñas o informes de casos individuales. Si bien algunos fármacos han demostrado beneficios potenciales para mejorar el control glucémico o aumentar la probabilidad de remisión diabética, otros han mostrado una eficacia limitada o efectos adversos notables.

 

Hasta la fecha, no existe una síntesis exhaustiva de la evidencia clínica dispersa que aborda el papel de los NIAD en la diabetes felina. Dicha síntesis es necesaria para respaldar la toma de decisiones basada en la evidencia en el cuidado de la diabetes felina. Por ello, Félix Romero-Vélez y Rafael Ruiz de Gopegui, de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Juan Rejas, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León, realizaron una revisión con el objetivo de describir los regímenes de dosificación, la eficacia terapéutica y los efectos adversos asociados con los NIAD; evaluar el papel de estos fármacos como tratamientos primarios o complementarios en el manejo de la FDM; identificar sus indicaciones clínicas y limitaciones potenciales para apoyar su uso en gatos con FDM o aquellos en riesgo de desarrollarla; y, finalmente, destacar las lagunas actuales en la literatura y sugerir direcciones para futuras investigaciones.

 

Se incluyeron 10 estudios sobre el tratamiento de gatos con DFM adquirida de forma natural. Las fechas de publicación oscilaron entre 1993 y 2024. Los estudios se realizaron principalmente en Norteamérica y Europa e incluyeron un total combinado de 605 gatos.

 

Glipizida y biguanida, eficacia limitada

 

Las conclusiones fueron variadas. Sobre la glipizida, los ensayos prospectivos no controlados iniciales investigaron la eficacia de la sulfonilurea glipizida. En uno, trataron a 20 gatos diabéticos con glipizida (5 mg/gato dos veces al día) durante 12 semanas, y reportaron que el 25 % (5/20) logró un buen control glucémico, el 40 % (8/20) presentó una respuesta parcial y el 35 % (7/20) no respondió al tratamiento. Se reportaron vómitos, hipoglucemia y elevación de las enzimas hepáticas como efectos adversos.

 

En otro ensayo a largo plazo (50 semanas), administraron glipizida a 50 gatos con diabetes de reciente diagnóstico. Se observó una alta tasa de fracaso del tratamiento: el 56 % (28/50) de los gatos requirió un cambio a insulina. Entre los demás gatos, el 26 % (13/50) se consideró con respuesta sostenida, con mejoría clínica o metabólica, y el 12 % (6/50) experimentó remisión diabética tras episodios de hipoglucemia. Los efectos adversos notificados incluyeron anorexia transitoria, vómitos e ictericia.

 

Por su parte, la biguanida metformina se evaluó como monoterapia en un único ensayo prospectivo, pequeño y no controlado. Los autores administraron metformina a cinco gatos con diabetes recién diagnosticada. La eficacia fue baja, y solo un gato (20%) mostró una mejora sostenida del control glucémico. Tres gatos (60%) no respondieron al tratamiento y posteriormente se les cambió a insulina, mientras que un gato falleció inesperadamente durante el estudio. Se observaron letargo, inapetencia y vómitos como efectos adversos en gatos sanos durante la fase de seguridad del ensayo.

 

Inhibidores de SGLT2 (bexagliflozina y velagliflozina)

 

La bexagliflozina se evaluó en dos ensayos prospectivos no controlados. Un pequeño estudio piloto en cinco gatos con diabetes mal regulada reveló que la adición de bexagliflozina redujo significativamente la necesidad de dosis de insulina. Un estudio de campo posterior de gran envergadura evaluó la bexagliflozina como monoterapia en 84 gatos con diabetes de reciente diagnóstico, y reportó una tasa de éxito del tratamiento del 84 % al día 56.

 

La velagliflozina fue objeto de dos grandes ensayos fundamentales con diferentes diseños. En uno realizado en 252 gatos reveló que el 81 % de los gatos restantes logró el control glucémico al día 180. Paralelamente, un ensayo controlado aleatorizado comparó la velagliflozina con la insulina en 127 gatos y demostró la no inferioridad para lograr el éxito del tratamiento.

 

De acuerdo con los objetivos establecidos para esta revisión, los autores indican que el hallazgo principal es que, si bien los agentes más antiguos, como las sulfonilureas y las biguanidas, cuentan con evidencia limitada y, en general, de baja calidad, las nuevas clases de fármacos, en particular los inhibidores de SGLT2, han demostrado una eficacia considerable en ensayos clínicos recientes y de mayor envergadura. Sin embargo, este conjunto de evidencia se caracteriza por “una heterogeneidad significativa en los diseños de los estudios”. La base de evidencia consiste en un pequeño número de ensayos controlados aleatorizados, junto con la mayoría de estudios prospectivos no controlados, muchos de los cuales presentan limitaciones debido al pequeño tamaño de las muestras y la falta de potencia estadística. Además, añaden que factores de confusión como la dieta y la cronicidad de la enfermedad a menudo no se controlaron, lo que, combinado con la naturaleza observacional de muchos ensayos, limita la capacidad de establecer una causalidad clara. 

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