Con la llegada del verano y el inicio de las vacaciones, muchos propietarios deciden llevar a sus perros con ellos en sus desplazamientos. Sin embargo, viajar en coche con animales de compañía implica una serie de responsabilidades y precauciones que no deben pasarse por alto.
Por ello, el Colegio Oficial de Veterinarios de Badajoz ha ofrecido una guía práctica para garantizar un viaje seguro, legal y cómodo para todos.
Es importante tener la documentación obligatoria, como la cartilla sanitaria o pasaporte europeo con vacunas actualizadas, el microchip y registro en la base de datos correspondiente, y la vacunación antirrábica vigente. En caso de viajar al extranjero, conviene consultar requisitos específicos del país de destino.
También hay que hacer una revisión veterinaria, especialmente en animales con problemas de salud, edad avanzada o si presentan ansiedad o mareos durante los trayectos. Además, es importante para obtener orientación sobre profilaxis antiparasitaria según la zona de destino.
Conviene llevar material básico para el trayecto, como agua y recipiente portátil; arnés con cinturón de seguridad, transportín o separador homologado; manta o cama ligera con su olor; bolsas para excrementos; o alimentación si el trayecto es largo.
También es obligatorio el sistema de sujeción: el perro nunca debe ir suelto en el habitáculo, sino que debe ir sujeto con un sistema homologado que evite interferencias con la conducción y minimice el riesgo de lesiones en caso de accidente. Es importante evitar el asiento del copiloto, ya que aunque el animal esté atado, el airbag supone un riesgo grave en caso de colisión. Así, es preferible que viaje en el asiento trasero o en el maletero con rejilla divisoria.
Hay que hacer paradas frecuentes y realizar descansos cada 2 horas aproximadamente para permitir que el perro camine, orine y beba. Siempre con correa, y si procede, con bozal. Es importante nunca dejar al perro dentro del coche parado, ni siquiera con las ventanillas bajadas: el riesgo de golpe de calor es altísimo.
En cuanto al control térmico, hay que evitar las horas centrales del día para viajar y usar climatización con aire indirecto. Es importante observar signos de golpe de calor: jadeo excesivo, letargo, encías muy rojas, debilidad.
En el destino, conviene alojarse en un alojamiento pet-friendly. Para ello, confirmar previamente que se admiten animales y conocer las normas del establecimiento. Poner protección antiparasitaria adaptada al destino: garrapatas, mosquitos y otros vectores pueden representar un mayor riesgo según la zona. Es importante consultar al veterinario sobre el uso de collares, pipetas o comprimidos preventivos.
Asimismo, advierten realizar paseos seguros, así que hay que evitar superficies calientes que puedan dañar las almohadillas plantares y asegurar siempre al animal con correa en espacios nuevos.
Como conclusión, un viaje planificado con antelación garantiza la seguridad del animal, la tranquilidad de sus responsables y el cumplimiento de la normativa vigente. “Antes de salir, recomendamos consultar con tu veterinario para resolver cualquier duda o prever situaciones inesperadas. El bienestar animal también viaja con nosotros”, recuerdan desde el Colegio.