Las explotaciones ganaderas bovinas llevan muchos años en el punto de mira por su producción de metano, un gas generado de forma natural en el complejo aparato digestivo de los rumiantes que ostenta el título de ser uno de los gases de efecto invernadero que más contribuye al calentamiento global.
En la actualidad, son muchas las vías que se estudian para tratar de minimizar su impacto. Una de ellas, por extraño que pueda parecer, es la eficiencia reproductiva, una materia de gran interés en los tiempos que corren y que, además, puede ser aplicada a multitud de ámbitos como el de la productividad, la salud humana o la seguridad alimentaria.
En este marco, la Universidad Santiago de Compostela, ha entrevistado a Luis Ángel Quintela, docente e investigador en la facultad de Veterinaria del Campus Terra, quien ha enfocado sus estudios en la eficiencia reproductiva pecuaria. “Una de las líneas en las que llevamos trabajando desde hace mucho tiempo es la eficiencia reproductiva en vacas lecheras. Engloba muchos campos, como los métodos de diagnóstico: citología, ecografía, permeabilidad oviductal; tratamientos: protocolos hormonales, tratamientos sustitutivos de antibióticos; o causas y factores de riesgo de infertilidad”, señala el profesor e investigador.
“De la misma forma, estamos apostando por trabajar desde la perspectiva de la sostenibilidad y de la mitigación del cambio climático. La opinión pública está ejerciendo una gran presión con temas como el del metano, por ejemplo”, prosigue. “Entonces, lo que queremos es desmitificar el hecho de que las vacas son el gran problema, pero aceptando que sí que son emisoras de metano y trabajando para reducirlo. Si una vaca es muy eficiente desde el punto de vista reproductivo, produce menos metano por kg de leche. Pero bueno, aún queda mucho trabajo por hacer en este aspecto”.
Asimismo, el investigador señala que otra línea muy relevante es la de la cunicultura: “Lo que pretendemos conseguir en este ámbito es incrementar la eficiencia en la reproducción de los conejos, utilizando métodos más naturales”.
“La reproducción en cunicultura es muy intensiva a día de hoy. Se utiliza la inseminación artificial en prácticamente todos los casos, así como hormonas. Entonces, lo que intentamos es reducir el uso de hormonas, por un lado, y facilitar al cunicultor la aplicación de las tecnologías reproductivas por otro. De hecho, tenemos una patente de un sistema de inseminación artificial en cunicultura que mejora bastante todo el proceso de inseminación, aplicando las hormonas directamente en la dosis seminal”.
“Y, finalmente, con respecto al IBADER, llevamos menos de un año, por lo que aún no nos ha dado tiempo a consolidarnos como tal. Aún así, creo que nuestra perspectiva de investigación encaja muy bien con las líneas del IBADER, como lo relacionado con los recursos ganaderos y a la alimentación saludable y sostenible”, destaca.
Asimismo, Quintela ha hablado sobre una parte destacada de su trabajo: el síndrome de vaca repetidora. “Este es un tema que llevamos estudiando mucho tiempo, y que hacemos un poco de forma altruista ya que conseguir financiación para este objeto de estudio no es sencillo. Pero, sin duda, esta es una línea de estudio muy importante, ya que hay muchas vacas con problemas del síndrome de repetición de celos, lo que reduce la eficiencia reproductiva de las mismas. Y la eficiencia reproductiva se traduce en dinero en una explotación de vacuno”, exclama.
“Actualmente, estamos encaminando nuestra investigación hacia las ómicas, un tema que está muy de moda en estos momentos. Como este síndrome es un problema complejo en el que influyen muchos factores, estamos empezando a estudiar elementos como la microbiota, que puede ser diferente en animales con síndrome de repetición de celo en comparación con los que no lo tienen. También tenemos en cuenta la metabolómica, para ver cuáles son los diferentes perfiles metabólicos”, agrega.
“De momento, estamos trabajando en temas que ya se conocían de antes, como las endometritis subclínicas o la permeabilidad oviductal. En relación a este último tema, hemos desarrollado algunos métodos para realizar citologías y para realizar también un control de la permeabilidad del ovoducto”.
Quintela también ha disertado sobre los estudios sobre biocomunicación química y bioestimulación en cunicultura y el potencial que tienen estas técnicas en la mejora reproductiva de otras especies. “Como comentaba antes, nuestro objetivo principal fue facilitar la inseminación artificial aplicando la hormona directamente en el semen. Ahora, lo que queremos hacer es reducir la aplicación de hormonas”.
“Entonces, utilizamos métodos de bioestimulación en conejos, pero queremos ir un poco más allá gracias a la biocomunicación química entre animales. Esta tiene efectos, además, sobre la reproducción de diferentes especies, como vacas, ovejas, cabras, cerdos… Se ha visto que, mediante el efecto macho y las feromonas implicadas en el proceso, se puede conseguir postponer la pubertad, acortar los anestros o favorecer el diagnóstico del celo”, destaca.
Por su parte, en cunicultura, lo que buscan es aumentar la producción de semen en los machos. “Si se aumenta esta cantidad, se reduce la cantidad de machos que se necesitan. En cuanto a las hembras, intentamos conseguir una mejora en la sincronización del celo, mejorando el número de ovulaciones para aumentar la fertilidad y la prolificidad. Nosotros trabajamos con conejos, pero en porcino, por ejemplo, ya hay productos comerciales para incrementar la eficiencia productiva”, ha exclamado.
“Nosotros llevamos mucho tiempo estudiando el tema de la ecografía en ganado vacuno. A principios de este siglo, de hecho, casi no se utilizaba. Se utilizaba en diagnóstico humano e incluso de caballos, pero muy poco en vacuno”, ha comenzado explicando el docente acerca de este tema.
“Entonces, empezamos muy pronto a investigar en este ámbito, que al final aportaba una mayor eficiencia a la hora de realizar exploraciones. Si la palpación rectal aportaba, pongamos, una eficiencia del 70-75 %, la ecografía podría llegar al 90 %. Esto es aplicable, por ejemplo, a la detección de un folículo, un cuerpo lúteo o patologías en el útero. También es muy útil en la transferencia de embriones, ya que la ecografía con Doppler permite ver la irrigación del cuerpo lúteo y de esta forma conocer mejor su funcionalidad. Aunque, para conocer la consistencia, sí que habría que recurrir a la mano, que también es muy importante. Por ponerlo de alguna forma, podríamos decir que hemos vivido toda la evolución de esta tecnología. Hemos participado en la introducción de esta técnica dentro de la reproducción en bovino y, la verdad, quedamos bastante contentos. De hecho, publicamos algún libro y algún artículo científico, pero en lo que sí tenemos muchas horas de vuelo es en la realización de cursos y en la divulgación para enseñar a mucha gente a trabajar con este método”, puntualiza.
Asimismo, el investigador también ha expuesto en la entrevista su visión sobre la docencia práctica en Veterinaria. “En el plan de estudios de Veterinaria, a día de hoy, tenemos un 50 % de clases expositivas y un 50 % de clases prácticas. Por lo tanto, creo que la práctica es crítica. Por supuesto, la teoría es muy importante también, pero sin la práctica a nuestros estudiantes les faltaría un punto de apoyo muy grande”, ha advertido.
“¿Cómo trasladamos a los estudiantes estos conocimientos de los que hemos hablado? Por ejemplo, en el tema de la ecografía en bovino. Cuando yo empecé a dar clase, no había prácticas de ecografía. Entonces, desde que comenzamos a estudiar este tema, lo primero que hice fue establecer una práctica para los estudiantes”, prosigue.
“Es muy importante que todo lo que vamos conociendo a través de nuestras investigaciones sea introducido a nivel de prácticas. Hay ciertos temas, como el de la bioestimulación o el síndrome de repetición de celos que sí son más teóricos. Pero, en términos generales, me gustaría poder trasladar más conocimiento desde el punto de vista práctico. Otro aspecto importante es la digitalización, el uso de programas y algoritmos. Esto también lo hemos ido introduciendo en relación con la gestión de la reproducción, con el objetivo de que los alumnos salgan preparados y tengan el mismo nivel que personas que llevan unos años trabajando y que ya dominan estas técnicas”.
El investigador ha participado en proyectos como Bovimasc o Climate-Smart Research, que reflejan un enfoque multidisciplinar. Sobre este tipo de colaboraciones, Luis Ángel Quintela ha recordado que “aantiguamente, éramos muy individualistas y eso hoy no tiene sentido. No podemos saber de todo, es imposible”.
“Por ejemplo, en cunicultura tenemos un proyecto nacional en el que participan varios grupos: el de anatomía, el de bioquímica, el de genética… ¿Por qué? Porque yo puedo saber cómo evaluar los efectos sobre las hembras, pero yo no sé hacer proteómica o transcriptómica, por ejemplo. Pero en la Universidad hay personas que dominan esto ámbitos. Entonces, ¿qué sentido tiene que yo intente abarcar todos los aspectos de la investigación, cuando hay compañeros que lo hacen mucho mejor que yo?”, se pregunta el profesor.
Quintela recuerda un ejemplo claro: Bovimasc, un proyecto en que “colaboramos con robótica”. Acerca de esto, Luis Ángel apunta que “con todo lo del Smart Farming actual, la robótica es imprescindible. Entonces se establecen necesidades y se busca quién puede aportar conocimiento en ese tema”.
“A día de hoy, el que trabaja solo no tiene futuro. Todo está interrelacionado y, afortunadamente, tenemos un Campus muy completo, con grupos muy potentes. Tenemos toda la colaboración que necesitamos a la vuelta de la esquina”, remata.
Quintela ha coordinado capítulos en manuales como “técnicas reproductivas en las especies animales” (Elsevier). Sobre esto, el profesional ha hablado sobre la importancia que tiene la divulgación técnica y científica en la formación continua de los profesionales del sector. “La evolución es exponencial. Además, cada vez más la curva se pone más vertical y avanza más rápido. De un año para otro surge una nueva tecnología que debes conocer”, advierte.
“Por otro lado, la divulgación es muy importante. El problema es que, actualmente, se produce mucha divulgación no científica en redes que puede llevar a equívoco. Por eso es crítico que exista divulgación de calidad, contada por gente que realmente sepa lo que está diciendo”.
“Otra cuestión que afecta a los Veterinarios es la gran cantidad de información disponible y que no es posible consultar en su totalidad por falta de tiempo. Para intentar suplir este problema, parte de nuestro trabajo es recoger toda esa información y sintetizarla para que los profesionales puedan leerla de forma rápida y concisa. Con nuestros libros sobre ecografía, por ejemplo, facilitamos el trabajo a los veterinarios que no disponen del tiempo necesario para profundizar en este tipo de temas”, apunta.
Además, el docente ha hablado sobre los retos que afectan a la investigación veterinaria en reproducción animal, especialmente en relación con los cambios climáticos y las nuevas demandas del sector agroalimentario: “Por un lado, está el tema de la digitalización. Hay que estar preparados para conocer las nuevas tecnologías e implementarlas en el plan de estudios de Veterinaria. Por otro lado, el asunto de la huella de carbono también es terriblemente importante. Hay nuevas normativas que obligan a bajar la emisión, no solo de metano, sino también de otros gases. Es muy probable que, en poco tiempo, haya empresas que solo recojan leche de explotaciones que cumplen unos mínimos a este respecto”.
De la misma manera, los profesionales también se enfrentan a un reto importante con el uso de hormonas y antibióticos: “Estamos tendiendo a reducir su uso, y gracias al desarrollo, por ejemplo, de los collares de activad, aspectos como la detección del celo mejoran considerablemente, posibilitando una reducción de los tratamientos hormonales”.
“De todas formas, he de recordar que, cuando se consume un producto cárnico o lácteo, este prácticamente no va a portar ningún resto hormonal, ya que se degradan muy rápido”, remata.
Finalmente, Quintela ha reservado un espacio para aconsejar a los jóvenes investigadores que quieren especializarse en medicina y cirugía animal desde un enfoque orientado a la innovación y al desarrollo rural. “Lo primero en lo que me gustaría hacer hincapié es, de nuevo, en la digitalización: hay que estar ahí. A los ganaderos les llegan muchos datos y es muy complicado gestionarlos. Por lo tanto, no hay que esperar a las empresas para formar a los ganaderos: los veterinarios debemos participar en esto”.
Así, ha puesto el ejemplo de Innogando, una empresa de un chico que salió de la facultad de Veterinaria de la USC: “Él es veterinario y se dedica precisamente a este tipo de temas”.
“Por otra parte, también hay que detenerse en el cambio climático. Está aumentando la incidencia de muchas enfermedades como consecuencia de la aparición de muchos vectores que antes no existían. Y es que, desde el punto de vista de la salud pública, los veterinarios somos muy importantes. Somos garantes de la salud humana: muchas enfermedades que van a surgir probablemente sean zoonosis y la primeria línea de defensa somos, precisamente, los veterinarios”, finaliza el veterinario.