La hiperplasia prostática benigna (HPB) es uno de los problemas más importantes en perros machos intactos. Representa más del 50 % de los casos de enfermedad prostática. La HPB se define como un aumento del tamaño total de la próstata causado por hiperplasia (aumento del número) e hipertrofia (aumento del tamaño) de las células epiteliales. El volumen prostático de los perros afectados es de 2 a 6,5 veces mayor que el de perros normales de peso similar.
La HPB es una enfermedad relacionada con la edad, que se presenta en dos tercios de los perros mayores de 5 años, pero también puede diagnosticarse en machos jóvenes reproductores. Se ha informado una incidencia del 25 % de HPB en perros jóvenes de 1 a 3 años y del 88 % en perros de 5 a 10 años. Aproximadamente el 80 % de los perros sexualmente intactos mayores de 5 años y el 95 % de los perros mayores de 9 años presentan cambios macroscópicos o microscópicos asociados con la HPB. La HPB canina no tiene predisposición racial y puede presentarse en cualquier perro macho intacto.
Inicialmente, la HBP suele ser asintomática. Con el agrandamiento progresivo de la próstata, puede presentarse secreción sanguinolenta por la uretra, hematuria, hematospermia, disfunción para defecar y, en raras ocasiones, disuria. La HBP suele asociarse con una disminución de la libido y la fertilidad.
El diagnóstico de la HPB clínica se basa generalmente en la historia, el examen clínico y la ecografía. La HPB subclínica se puede diagnosticar mediante citología utilizando aspiración con aguja fina o masaje prostático o mediante la determinación de la esterasa prostática específica canina (CPSE). La esterasa prostática específica canina (CPSE) en suero ha sido reconocida como un biomarcador válido y específico para los trastornos prostáticos caninos. Por ejemplo, Speed™ CPSE, test rápido cuantitativo de Virbac, permite el análisis de CPSE circulante mediante el análisis de la fluorescencia inducida por láser.
Entre las posibles complicaciones de la hiperplasia de próstata, se puede encontrar la infertilidad. La infertilidad en perros machos, definida como la incapacidad de producir descendencia, está adquiriendo cada vez mayor importancia en la práctica clínica. Se sabe poco sobre las causas de la infertilidad masculina. Se pueden dividir en dos grupos principales: infertilidad congénita e infertilidad adquirida. La infertilidad congénita es causada por anomalías genéticas y está presente al nacer. La infertilidad adquirida aparece después de que el animal ha sido fértil. La hiperplasia prostática benigna se considera una de las principales causas de infertilidad adquirida en perros machos. Sin embargo, los mecanismos por los cuales la HPB afecta la fertilidad canina no se comprenden por completo.
El objetivo de un artículo realizado en Polonia fue proporcionar una revisión exhaustiva del impacto de la HPB en la fertilidad de los perros machos.
“La HPB puede causar cambios en la composición bioquímica del plasma seminal, lo que resulta en una calidad reducida del semen”, explican. En perros con hiperplasia prostática benigna, se ha observado un pH más alto del líquido prostático, concentraciones reducidas de zinc y cobre y concentraciones aumentadas de colesterol.
Por otro lado, la HPB está relacionada con los cambios hormonales asociados con el envejecimiento. La testosterona desempeña un papel esencial en el mantenimiento de la espermatogénesis, y “se han encontrado niveles de testosterona más bajos en perros con HPB que en perros sanos”.
Otro efecto de la HPB explicada por los autores es que predispone principalmente a infecciones bacterianas crónicas, rara vez agudas, de la próstata. “La prostatitis bacteriana crónica a menudo ocurre al mismo tiempo que la HPB y tiene un efecto negativo aditivo en la calidad del semen y la fertilidad”.
Otro punto de la revisión es explorar las distintas opciones terapéuticas para la hiperplasia benigna de próstata, indicando que existen muchos métodos diferentes. En perros no reproductores, la castración quirúrgica o farmacológica es el tratamiento de elección. En perros reproductores, se prefiere el tratamiento con agentes farmacológicos que inhiben la producción o actividad de los andrógenos para preservar la fertilidad. El antiandrógeno aprobado para el tratamiento de la HPB en perros es el acetato de osaterona (OA), que reduce la captación de DHT en la próstata, disminuye la actividad de la 5α-reductasa y suprime la expresión del receptor de DHT en el tejido prostático. “El tratamiento con OA durante 7 días reduce rápidamente los signos clínicos y el volumen de la próstata en perros con HPB”, comentan.
En este sentido, Virbac ofrece Ypozane®, cuyo principio activo es el acetato de osaterona, Además de su excelente tolerancia en perros de edad avanzada, “los perros tratados con OA permanecen fértiles y aún pueden utilizarse para el apareamiento”.
Así, concluyen que la hiperplasia prostática benigna es una de las principales causas de infertilidad en perros machos, y se asocia con una calidad seminal reducida. “El desequilibrio hormonal, el estrés oxidativo, los cambios bioquímicos en el líquido prostático y la hematospermia pueden contribuir a esta disminución”.