La hiperplasia prostática benigna (HPB) es una enfermedad muy común en perros no castrados y normalmente está subdiagnosticada. Con la edad del animal, la próstata va aumentado de tamaño dando lugar a la hiperplasia, lo que en algunos canes puede cursar sin sintomatología evidente.
Por otro lado, el cáncer de próstata, que es el más común entre los hombres, también es frecuente en los perros no castrados, por lo que la medicina veterinaria ha demostrado un gran interés en el desarrollo de las herramientas de diagnóstico y terapias.
La ecografía es el método de elección para evaluar la glándula prostática canina. Si bien estudios recientes han documentado el papel de la castración en el desarrollo de neoplasia prostática, se sabe poco sobre las características parenquimatosas y de perfusión de la próstata normal y anormal en perros castrados.
En este sentido, no hay datos disponibles sobre los cambios prostáticos después de los primeros 90 días posteriores a la castración. Un trabajo internacional ha querido obtener información sobre los cambios ecográficos a largo plazo que ocurren en la próstata canina después de la castración. Diez perros adultos castrados se sometieron a ecografía en modo B y ecografía con contraste (CEUS) de la próstata en dos ocasiones: el día del primer examen (T0) y seis años después (T1).
Se evaluó la próstata mediante ecografía en modo B, y el volumen se calculó utilizando formulas predeterminadas. Para el examen CEUS, se administró un agente de contraste intravenoso para evaluar la perfusión prostática.
Los resultados volumétricos y de perfusión se compararon entre los puntos temporales. En ambos exámenes, la próstata parecía similar en la ecografía en modo B en términos de morfología y ecotextura, “disminuyendo mínimamente en volumen con el tiempo”.
Por otro lado, la perfusión prostática se redujo significativamente en todos los perros entre T0 y T1. Estos datos preliminares, comentan los autores, proporcionan información de referencia sobre la apariencia en modo B y las mediciones de CEUS de la glándula prostática de perros castrados, y “sugieren que la involución prostática después de la castración no es un proceso a corto plazo, sino que continúa durante varios meses”.