Describen en un toro una inusual lesión asociada a Toxoplasma gondii

Sarcocystis es un parásito apicomplexo que infecta a varios huéspedes, incluidos los humanos. Entre las más de 200 especies de Sarcocystis, al menos seis se reconocen como infectantes del tejido muscular bovino, a saber, S. hirsuta, S. bovifelis, S. bovini, S. cruzi, S. hominis y S. heydorni. Los félidos sirven como huéspedes definitivos de las tres primeras especies, los cánidos son huéspedes definitivos de S. cruzi, mientras que S. hominis y S. heydorni son zoonóticos.

En los últimos años se han reportado varias especies de Sarcocystis asociadas con lesiones eosinofílicas en músculos bovinos. Su identificación se ha basado en la observación histológica del grosor de la pared del quiste, separando las especies que forman sarcoquistes de paredes gruesas (2-7 μm) y sarcoquistes de paredes delgadas (<1 μm). Las especies de Sarcocystis más comunes en bovinos pertenecientes al primer grupo son S. hominis, S. bovifelis, S. bovini y S. hirsuta.

Asimismo, la miositis eosinofílica bovina (BEM, por sus siglas en inglés) es una miopatía inflamatoria específica caracterizada por lesiones típicas de color verde grisáceo en los músculos del ganado, visibles durante la inspección post-mortem. Aunque la etiología de la miositis eosinofílica sigue siendo incierta, esta condición en el ganado a menudo se asocia con infección por Sarcocystis spp. y puede llevar al decomiso de la canal.

Además, las posibles coinfecciones entre Sarcocystis spp. y otros parásitos apicomplexo, como Toxoplasma gondii, se han descrito en el ganado. Toxoplasma gondii es un protozoo zoonótico generalizado que también puede tener importantes impactos económicos en el ganado, causando principalmente fallos reproductivos en los pequeños rumiantes.

A diferencia de estos, el ganado bovino parece ser en gran medida resistente a las infecciones por T. gondii y rara vez muestra la presencia de quistes tisulares. Los informes sobre toxoplasmosis clínica en bovinos infectados de forma natural son raros y comprenden solo abortos en asociación con el aislamiento de T. gondii de los fetos.

Si bien, recientemente un grupo de investigadores italianos han publicado un estudio sobre un caso severo de BEM en un toro limousine importado de Francia y engordado y sacrificado en Italia caracterizando en detalle las características macropatológicas, citológicas e histológicas e identificando la etiología asociada mediante análisis serológico y molecular.

ADN DE AMBOS PARÁSITOS

En la inspección, los músculos mostraban las típicas lesiones multifocales de color gris verdoso que fueron muestreadas para las distintas investigaciones, mientras que el jugo de carne se sometió a pruebas para detectar Toxoplasma.

La citología mostró células inflamatorias en su mayoría atribuibles a eosinófilos; en la histología se observaron quistes protozoarios y miositis granulomatosa severa. La lesión y el sedimento de jugo de carne sometidos mostraron, al mismo tiempo, secuencias atribuibles tanto a S. hominis como a T. gondii

“Nuestros hallazgos destacan la primera detección de ADN de T. gondii en asociación con S. hominis en un caso de BEM, lo que sugiere una infección parasitaria múltiple asociada a esta patología, aunque debe aclararse el papel real de la infección por T. gondii en la fisiopatología de esta condición que impacta la seguridad alimentaria y la economía del sector ganadero”, concluyen los autores.

TOXOPLASMA GONDII EN PEQUEÑOS RUMIANTES DEL SUR DE ESPAÑA

Por otra parte, hace unos meses un grupo de investigadores del Departamento de Sanidad Animal de la Universidad de Córdoba llevó a cabo un estudio transversal para determinar la seroprevalencia, distribución espacial y factores de riesgo asociados a la infección por T. gondii en ovinos y caprinos del sur de España.

Se detectaron anticuerpos contra T.gondii en 464 de las 998 ovejas y 362 de las 945 cabras analizadas.

“La seroprevalencia observada en el presente estudio indica una exposición generalizada a T. gondii en ovinos y caprinos del sur de España, lo que podría tener importantes implicaciones para la salud pública y animal. Se deben implementar medidas de manejo en las pequeñas granjas de rumiantes en esta región para reducir el riesgo de infecciones por T. gondii, particularmente en aquellas áreas identificadas en el análisis espacial”, indicaron los expertos.