Una bacteria asociada a los animales como patógeno emergente a vigilar

La creciente gama de infecciones graves causadas por bacilos gramnegativos no fermentadores y poco conocidos se está convirtiendo en una importante causa de preocupación. Estos patógenos son oportunistas e infectan a pacientes que reciben tratamientos médicos en los hospitales y a personas inmunocomprometidas fuera de las instalaciones clínicas.

Comamonas spp. son bacilos gramnegativos no fermentadores. Fueron descubiertos por primera vez en 1894 y, desde entonces, se han caracterizado veinticuatro especies. El hábitat natural de estas bacterias es el suelo, aguas residuales/lodos, agua dulce como estanques y ríos, y el microbioma intestinal animal. También se aislaron de entornos industriales, como lodos activados y suelo contaminado, y del entorno hospitalario y muestras clínicas, como orina, pus, sangre, heces y riñón.

Estos patógenos están asociados con los ecosistemas y se consideran una bacteria ambiental importante en lugar de un patógeno humano. Sin embargo, en la década de 1980, se convirtieron en una preocupación cuando se informaron varias infecciones humanas asociadas con estas especies.

Ahora, un equipo de investigadores ha revisado las bacterias del género Comamonas en términos de sus miembros, técnicas de identificación y patogenicidad.

En este proyecto se identificaron e investigaron 77 casos de infección asociados a estos microorganismos que han sido discutidos en la literatura. El análisis de la literatura científica mostró una amplia gama de tipos de infecciones resultantes de Comamonas spp.

Los hallazgos sugieren que, aunque Comamonas spp. se consideran de baja virulencia, “han causado condiciones de salud dañinas en muchas personas sanas e incluso la muerte en pacientes con condiciones subyacentes”. Por otra parte, el tratamiento antimicrobiano de las infecciones asociadas a estas especies, en general, “no fue muy difícil; sin embargo, puede convertirse en un problema en el futuro porque algunas cepas ya son resistentes a diferentes clases de antibióticos”. 

Por tanto, “estos patógenos deben considerarse de tal importancia que deberían incluirse en los programas de cribado hospitalario”.