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Un veterinario español presenta un curioso caso clínico de urolitiasis uretral en cobaya
EDICIÓN
Ecografía del urolito.

Un veterinario español presenta un curioso caso clínico de urolitiasis uretral en cobaya

Para prevenir la aparición de esta patología, es importante cuidar factores como la alimentación, la hidratación o el ejercicio
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Las cobayas son uno de los mamíferos exóticos que se observan con más frecuencia en la clínica. Son roedores herbívoros cuya dieta ha de basarse en un 80 % de heno. El heno puede ser de varios tipos de plantas: alfalfa, diente de león, festuca, etc. El manejo del heno, junto a otros factores, es un punto crítico en la salud de estos animales hasta el punto de poder ocasionar, entre muchas otras, patologías urinarias.


En este aspecto, la urolitiasis se conoce como la formación de cálculos minerales en el tracto urinario. Estos urolitos se forman a partir de la agregación de cristales urinarios. Se pueden encontrar en riñones, uréteres, vejiga o uretra. En cobayas, estos cálculos pueden ser de diversa índole dependiendo del depósito mineral que lo formen, siendo su base de carbonato cálcico y pudiéndose combinar con otras moléculas como oxalato cálcico, apatita o estruvita.


La formación de urolitos es un proceso multifactorial en el que intervienen varios factores, por ejemplo la alimentación. Depende del tipo de pienso que consuma el animal, del porcentaje de sales y minerales que incluya, de la calidad y cantidad de agua que ingiera y del ratio Calcio:Fósforo que posean las verduras y heno que consuma. Lo ideal es que la ratio sea 2:1 a favor del calcio.


Asimismo, el ejercicio es otro factor clave, ya que los animales sedentarios, con escaso espacio para poder moverse y obesos tienen mayor probabilidad de desarrollar esta patología.


MANIFESTACIONES CLÍNICAS


Dependiendo del tipo de cuadro que presenten, los pacientes pueden ser completamente asintomáticos y encontrar el hallazgo de manera accidental, o bien pueden presentar molestias en zona abdominal a la palpación, infecciones de orina, o bien presentar letargia, obnubilación, deshidratación y anemia si presentan fallo renal.


Normalmente esta patología suele producir un cuadro agudo de dolor, seguido de hematuria si el urolito daña la pared vesical o uretral, o bien de anuria si obstruye completamente la uretra.


El cuadro crónico presenta varios niveles de gravedad y suele ser menos doloroso que el agudo. El pronóstico más grave ocurre si los urolitos obstruyen un uréter ya que se puede producir una hidronefrosis con el consiguiente fallo renal. Este cuadro suele pasar desapercibido hasta que el riñón sano empieza a fallar. La nefrocalcinosis unilateral tiene un pronóstico reservado mientras que en la bilateral el pronóstico es grave. El cuadro más leve cursa con infección de orina por roce constante del cálculo con el lumen vesical, inflamándose esta y provocándose úlceras que colonizan las bacterias.


PRESENTACIÓN DEL CASO CLÍNICO


Sobre este asunto, Martín Carreño Mora, del Centro Veterinario Fauna, ha presentado un caso clínico de urolitiasis en una cobaya.


"Se presenta en consulta una cobaya macho entera, Bolita, de 760 gramos de peso y 3 años de edad. El dueño comenta que desde hace varios días su apetito se ha vuelto muy exclusivo, solo quiere un poco de pienso, se queja más de lo normal y que siempre se encuentra en una postura encorvada", explica.


A la exploración física, en la palpación abdominal observó gran dilatación del estómago y malestar del animal, mostrando signos de dolor. Se procede a realizar una radiografía para buscar la causa de este dolor.


"En la radiografía aparece el estómago lleno de gas, así como una estructura de radiodensidad similar a hueso en vejiga urinaria, compatible con urolitiasis vesical. No se observó ninguna anomalía más en la radiografía. Para saber la localización del urolito se procede a realizar una ecografía".


radiografía urilito cobaya










    Imagen radiográfica


Por otro lado, explica que "en la ecografía se observa que el urolito se encuentra en la zona del cuello vesical, justo a la entrada de la uretra. Se observa que está bien encajada en ese espacio, ocupando prácticamente toda la luz del cuello vesical. No se observaron anomalías en el resto de órganos. Se procede a realizar un sondaje para desobstruir la uretra, mover el urolito a vejiga, facilitar la cirugía y mejorar el pronóstico y cuadro clínico".


"Se intenta el sondaje sin éxito, y ante el riesgo de poder romper la uretra, se procede a informar al cliente que la mejor opción es intervenir quirúrgicamente", añade.


TRATAMIENTO QUIRÚRGICO


Así, el veterinario procedió a realizar una incisión en la uretra en la zona del cuello vesical para extraer el urolito con bisturí quirúrgico y se sutura la uretra con un monofilamento absorbible 4/0.


cirugía urolito cobaya

Extracción del urolito


"El tratamiento médico posterior va dirigido a evitar una infección por la cirugía y a manejar el dolor postoperatorio. Se pauta enrofloxacino 10 mg/kg BID, meloxicam 0,75 mg/kg BID, Vitamina C 50 mg/kg SID 7 días, metoclopramida 0,5 mg/kg BID, simeticona 50 mg/kg BID 3 días todo por vía oral. Se cambian pautas alimenticias para favorecer que coma más heno, alimentación adecuada para evitar formación de cálculos, agua de baja mineralización y dejar suelta por casa para que se ejercite", indica.


En la primera revisión el paciente a la exploración física "no presenta anomalías, orina con un resto de sangre ocasionalmente, pero el dueño comenta que sigue con apetito caprichoso e intermitente". Ha bajado 100 gramos desde la cirugía, posiblemente por el estrés postquirúrgico y dolor asociado. En la ecografía se observa la zona del cuello de la vejiga inflamada, asociado a la cirugía y manipulación. Se aumenta la dosis de meloxicam a 1 mg/kg.


En la siguiente revisión el paciente no presenta ninguna anomalía a la exploración física, orina con normalidad y el dueño comenta que se comporta como siempre y que come y bebe con normalidad. Casi ha recuperado su peso inicial de 760 gramos. Se reducen progresivamente la administración de meloxicam y se le cita para chequeo de revisión en 1 mes.


En la última revisión, “se observa que la evolución es favorable, el dueño comenta que está muy activa y que se comporta con normalidad”. No se observan alteraciones de ningún tipo en exploración física ni ecografía, “por lo que se le da el alta definitiva y se cita para revisiones rutinarias futuras”.


Ante este caso, el veterinario destacar la importancia de la prevención de esta patología, “ya que cuando está instaurada la única solución posible es quirúrgica”. Por lo tanto, “es fundamental recalcar a los dueños la importancia de ofrecer una dieta, hidratación y ejercicio adecuados a estos animales para evitar problemas de este tipo, además de realizar revisiones periódicas para descartar problemas de este tipo”.


El caso clínico completo se adjunta en el siguiente enlace

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