AxSí denuncia que haya colegios San Fernando pendientes aún del mantenimiento de las zonas verdes - San Fernando - Noticias, última hora, vídeos y fotos de San Fernando Ver
Un nuevo fármaco para el manejo de la hipertensión pulmonar canina
EDICIÓN
Se observaron mejoras significativas en varios índices ecocardiográficos de la función cardiaca.

Un nuevo fármaco para el manejo de la hipertensión pulmonar canina

El estudio ha sido llevado a cabo en China y se ha evaluado la dosis óptima del fármaco, así como la ausencia de efectos secundarios
|

La hipertensión pulmonar (HP), una enfermedad potencialmente mortal en los perros, se caracteriza por un aumento de la presión arterial pulmonar (PAP) y/o de la resistencia vascular pulmonar. La enfermedad induce hipertrofia, disfunción y/o dilatación del ventrículo derecho (VD) y, finalmente, insuficiencia cardíaca derecha a través del aumento de la poscarga del VD.


En medicina veterinaria, la enfermedad se trata comúnmente con inhibidores de la fosfodiesterasa-5, como el sildenafilo, que dilatan selectivamente los vasos pulmonares. Hasta la fecha, varios estudios han reportado los efectos beneficiosos del sildenafilo en perros con HP. Sin embargo, el uso de sildenafil puede ser clínicamente difícil debido a su alto coste, la dificultad para obtener el fármaco y el riesgo de aumento excesivo de la circulación pulmonar debido a su uso, lo que podría aumentar la carga del corazón izquierdo.


Por su parte, el beraprost sódico (BPS) es un análogo de la prostaciclina que produce efectos vasodilatadores en las células del músculo liso arterial pulmonar y sistémico, efectos protectores en las células endoteliales vasculares, inhibición de la producción de citocinas inflamatorias y efectos antiplaquetarios. En humanos, el BPS se usa comúnmente para tratar la hipertensión pulmonar. BPS también se ha utilizado para tratar la enfermedad renal crónica en gatos. Sin embargo, ningún estudio ha informado la eficacia de BPS en perros con hipertensión pulmonar. Además, debido a las diferencias entre especies en la susceptibilidad a la prostaciclina, no está claro si la dosis de BPS extrapolada a humanos o felinos también es apropiada en perros con HP.


Así, el propósito de un estudio llevado a cabo en China fue evaluar el efecto de BPS sobre la función cardíaca y la hemodinámica y determinar la dosis óptima del fármaco en modelos caninos con hipertensión pulmonar crónica.


Para llevar a cabo la investigación, se examinaron tres dosis de BPS (5, 15 y 25 μg/kg, dos veces al día) en ocho modelos caninos con enfermedad crónica. Todos los perros modelo se sometieron a una medición de la presión arterial pulmonar, ecocardiografía y medición de la presión arterial sistémica antes y después de la administración continua de BPS oral durante 1 semana.


SIN EFECTOS SECUNDARIOS


Los autores informaron que no se observaron efectos secundarios de BPS en ningún perro durante el estudio, y todas las dosis de BPS redujeron significativamente la PAP sistólica y la impedancia vascular pulmonar.


La impedancia vascular sistémica disminuyó significativamente con 15 y 25 μg/kg de BPS. El volumen sistólico y la tensión longitudinal del ventrículo derecho disminuyeron significativamente con todas las dosis de BPS. El volumen sistólico del ventrículo izquierdo y la tensión circunferencial disminuyeron con 15 μg/kg BPS.


También se observó un efecto vasodilatador dependiente de la dosis sobre los vasos pulmonares en modelos caninos de hipertensión pulmonar crónica. Además, 15 μg/kg de BPS mostraron un efecto vasodilatador equilibrado en los vasos sistémicos y pulmonares. Asimismo, con una disminución en la impedancia vascular sistémica y pulmonar, las funciones ventriculares izquierda y derecha mejoraron significativamente. Por lo tanto, “nuestros resultados sugieren que el BPS puede ser útil en el tratamiento de la HP canina”.


En conclusión, la administración oral de BPS disminuyó significativamente la PAP sistólica. En la misma línea, “se observaron mejoras significativas en varios índices ecocardiográficos de la función cardiaca”.


Ante estos datos, “el BPS oral podría ser una opción de tratamiento adicional para perros con PH, y 15 μg/kg podría ser la dosis óptima para el tratamiento de la PH canina”. Pero aclaran que “se necesitan más estudios que incluyan perros con HP debido a diversas causas para validar la utilidad clínica de BPS en perros con la enfermedad”.

Archivo