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ONU premia a una veterinaria que revolucionó la conservación de vida silvestre en África
EDICIÓN

ONU premia a una veterinaria que revolucionó la conservación de vida silvestre en África

El trabajo de la veterinaria ugandesa Gladys Kalema-Zikusoka ha ayudado a mejorar la atención médica y a crear oportunidades a muchos vecinos de los lugares en los que trabaja, y ellos, a su vez, se han convertido en socios de la conservación de la vida silvestre
Gladys Kalema Zikusoka
La veterinaria Kalema-Zikusoka asumió un importante papel durante la COVID-19 orientando la respuesta del Gobierno de Uganda.

Desde que era pequeña, Gladys Kalema-Zikusoka supo que quería trabajar con animales. "Las mascotas fueron mis primeros amigos", cuenta quien más tarde se convertiría en veterinaria de vida silvestre y que ha pasado tres décadas ayudando a salvaguardar algunos de los primates más raros del mundo como los gorilas de montaña, que se encuentran en peligro de extinción.


Ahora, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha puesto en valor su trabajo otorgándole el premio Campeones de la Tierra en la categoría de Ciencia e Innovación, un galardón que reconoce a destacados líderes de gobiernos, sociedad civil y sector privado cuyas acciones tienen un impacto transformador en el medio ambiente. 


Gran parte del trabajo que ha realizado Kalema-Zikusoka lo ha llevado cabo en comunidades empobrecidas de África Oriental que limitan con áreas protegidas, donde ha ayudado a mejorar la atención médica y crear oportunidades económicas, convirtiendo a muchos lugareños en socios en la conservación de la vida silvestre.


"Gladys Kalema-Zikusoka es una pionera en la conservación de la vida silvestre", defiende Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. “En muchos lugares, las presiones económicas pueden causar fricciones entre humanos y animales, pero su trabajo ha demostrado cómo se pueden superar los conflictos cuando las comunidades locales toman la iniciativa en la protección de la naturaleza y la vida silvestre que las rodea, lo que genera beneficios para todas las especies”, agrega.


LA HISTORIA DE UNA CARRERA PARA PROTEGER LA VIDA SALVAJE


Con el apoyo de su familia, Kalema-Zikusoka se embarcó en una aventura educativa que le llevó a estudiar en Uganda, Reino Unido y Estados Unidos. A los 20 años, regresó a su país natal para realizar unas prácticas en lo que se convertiría en el lugar de su trabajo futuro, el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi, ubicado en el remoto y empobrecido suroeste del país.


El momento en el que la joven volvió a Uganda coincidió con un periodo en el que comenzaba el turismo de gorilas en Bwindi. Fue entonces cuando la estudiante de veterinaria descubrió que la conservación no iba a ser un proceso simple. 


Kalema-Zikusoka se ha convertido en la primera veterinaria de vida silvestre de la Autoridad de Vida Silvestre de Uganda, donde comenzó a aplicar lo que era un nuevo enfoque para trabajar por los animales, centrado en mejorar las vidas y los medios de subsistencia en las aldeas remotas que rodeaban Bwindi. 


Además, hace casi 20 años la galardonada fundó Conservation Through Public Health, una organización con la que ha aplicado el enfoque One Health en las aldeas y con las que trabaja para promover la higiene y las buenas prácticas de saneamiento, e incluso la planificación familiar.  


SU PAPEL EN LA CRISIS DE LA COVID-19


Gracias a sus conocimientos de las interacciones entre humanos y vida silvestre y la propagación de enfermedades zoonóticas entre ambos, Kalema-Zikusoka pudo asumir un papel relevante a la hora de orientar al Gobierno de Uganda en la respuesta a la pandemia COVID-19.


La situación de confinamiento mundial ha obstaculizado la industria del turismo en el suroeste de Uganda, lo que ha propiciado que algunas perrsonas vuelvan a la caza furtiva, poniendo en riesgo los avances logrados en la restauración de la población de gorilas de montaña de Bwindi, cuyo número ha aumentado constantemente a más de 400, la mitad de la población de las especies en peligro de extinción que aún viven en libertad.


El conflicto entre personas y animales es una de las principales amenazas para la supervivencia a largo plazo de algunas de las especies más emblemáticas del mundo, según un informe reciente. En muchos países como Uganda, el conflicto, junto con los riesgos para la salud de la COVID-19, ha puesto aún más en peligro a las especies en peligro de extinción.


Kalema-Zikusoka ha trabajado con el personal del parque nacional para alentar a los visitantes y guardabosques a usar máscaras, no solo para prevenir la transmisión entre ellos de la COVID-19, sino también para proteger a los gorilas, que pueden ser infectados por patógenos transmitidos por humanos. Ese trabajo evolucionaría hacia protocolos diseñados para limitar la propagación de enfermedades zoonóticas y para la capacitación de trabajadores de salud locales diseñados para combatir COVID-19. Ahora, 21 países de África, incluidos los 13 estados que albergan poblaciones cada vez más reducidas de grandes simios, se han adherido a estas directrices.


"Realmente estamos adaptando el modelo de prevención de enfermedades zoonóticas a la prevención de COVID-19", comenta la veterinaria ugandesa.


Kalema-Zikusoka, reconocida mundialmente por su trabajo, cuenta que espera inspirar a los jóvenes africanos a elegir carreras en las que se trabaje la conservación. “Hay una falta de representación local entre los conservacionistas. No muchos son de los lugares donde se encuentran animales en peligro de extinción”, denuncia. "Necesitamos más campeones locales, porque estas son las personas que se convertirán en los que tomen las decisiones para sus comunidades y países".


ENTRE LOS ASESORES DE NUEVOS PATÓGENOS DE LA OMS 


Recientemente, el trabajo de la ugandesa también ha llegado hasta la OMS (Organización Mundial de la Salud), lugar al que se incorporó el pasado mes de noviembre como veterinaria asesora del grupo de reciente creación sobre nuevo patógenos.


“Me gusta probar nuevas formas de abordar los problemas de conservación, poner en práctica los resultados de mi investigación, nuestro modelo basado en la investigación y los estudios de casos veterinarios, es un nuevo enfoque One Health en el que he estado trabajando desde 2003 cuando se estableció la ONG”, explicaba la ugandesa tras su nombramiento.


En este equipo de trabajo, la veterinaria coopera junto a 24 expertos más con la misión de seguir investigando cómo surgió la COVID-19, entre otras enfermedades.

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