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Dirofilariosis: El 70 % de dueños de mascotas no saben que viven en una zona endémica
EDICIÓN

Dirofilariosis: El 70 % de dueños de mascotas no saben que viven en una zona endémica

La dirofilariosis es una enfermedad emergente bien conocida por los veterinarios, pero infravalorada en general, según explica el experto José Alberto Montoya, catedrático de Medicina y Cirugía Animal del Departamento de Patología Animal de la ULPGC
Alberto montoya
José Alberto Montoya, catedrático de Medicina y Cirugía Animal del Departamento de Patología Animal de la ULPGC.

La dirofilariosis es una enfermedad zoonótica emergente que puede suponer un riesgo relativamente grave para las personas y los animales. En España, la incidencia de la enfermedad se ha incrementado de manera notable a lo largo de los últimos años. Uno de los mayores expertos en esta área es José Alberto Montoya Alonso, catedrático de Medicina y Cirugía Animal del Departamento de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), y académico numerario de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España (RACVE).


Haciendo una revisión del panorama nacional, Montoya explica en declaraciones a Diario Veterinario que “la situación actual en España es que la dirofilariosis se encuentra en todas las comunidades autónomas y en todas las provincias a excepción del País Vasco, donde todavía no hemos encontrado casos positivos”.


En los últimos años, “la enfermedad se está diagnosticando en zonas donde habitualmente no se hacía, por ejemplo, en todo el norte de España. Ya están apareciendo casos en Cantabria, también en Asturias y Navarra. Este incremento es importante en el Mediterráneo, en Galicia, en Extremadura, en la Cuenca del Ebro y también en Andalucía occidental. Es destacable también el aumento de incidencia que sufre la enfermedad en el archipiélago balear”.


UNA ENFERMEDAD INFRAVALORADA


A pesar de la expansión de la incidencia de la enfermedad, parece que no se le ha dado a la dirofilariosis la importancia que se requiere por parte de las administraciones.


En esta línea, el experto explica que “en el 2014 publicamos un trabajo sobre la previsión del desarrollo de la enfermedad en todo el país, donde señalábamos las zonas donde se iba a incrementar la enfermedad. Realmente no se han atendido debidamente estas recomendaciones, puesto que en el 2019-2020, donde hemos realizado el estudio de prevalencia nacional, el mapa de incidencia es muy semejante al que habíamos previsto 5 o 6 años antes”.


Si bien, los veterinarios si que son plenos conocedores de la realidad y el alcance de esta enfermedad. “Nuestro grupo se dedica a la difusión de esta enfermedad y a la transferencia de conocimientos de este proceso, porque somos los veterinarios los que tenemos que informar sobre esta parasitosis en los animales a la sociedad”.


Es en este trabajo de comunicación y concienciación donde todavía queda mucho por hacer, y esto es “una misión de los veterinarios”, ya que, en palabras del experto, “por debajo del 30 % de los dueños que viven en zonas endémicas de dirofilariosis protegen a sus perros frente a esta. También se encontró que más del 70 % de los dueños no saben que viven en una zona endémica de la enfermedad”.


No obstante, los esfuerzos han dado sus frutos, y, por ejemplo, en Canarias, “los veterinarios hemos hecho una labor impresionante de concienciación del proceso y hemos logrado bajar en los últimos años más de 40 puntos la incidencia de la enfermedad”.


GATO COMO RESERVORIO DE LA INFECCIÓN


Por otro lado, recuerda que es importante señalar que la enfermedad en el gato está infra diagnosticada y el conocimiento que tienen los propietarios de gatos es muy bajo. “Ahora mismo la prevención que se hace de la dirofilariosis felina es muy escasa y en muchas regiones nula. En los gatos la enfermedad se confunde con el asma felino y muchos gatos están indebidamente tratados y diagnosticados. Para muchos gatos es una enfermedad mortal y es importante que los veterinarios informemos a los propietarios y a la sociedad de esta enfermedad”, indica el especialista.


Por suerte, cada día hay mas productos en el mercado para combatir y prevenir la enfermedad en los animales. Pero para que sean eficaces “hay que emplear unos programas antiparasitarios adecuados que cubran el espectro de esta enfermedad, además estos planes hay que cumplirlos”, subraya.


“Es cierto que hace un tiempo en España se recomendaba desparasitar solo algunos meses al año donde la enfermedad era más prevalente, donde había más posibilidades de contagio. Ahora, debido al incremento de esta zoonosis, es bastante razonable aplicar el tratamiento preventivo durante todo el año”, cuenta Montoya.


DIROFILARIOSIS HUMANA, PULMONAR Y SUBCUTÁNEA


Uno de los aspectos que más preocupan de esta enfermedad es su capacidad para infectar al hombre y causar cuadros de gravedad variable. En palabras del experto, “hay dos tipos de dirofilarias que en España afectan a las personas: Dirofilaria repens y Dirofilaria immitis".


La primera, “produce en las personas la dirofilariosis subcutánea y ocular, que se caracteriza por la presencia de nódulos subcutáneos”. No obstante, “tiene otras localizaciones que pueden ser más peligrosas y no exentas de complicaciones como son en: testículo, escroto, ovario, útero, mama y en otros órganos internos”.


Por su parte, Dirofilaria immitis produce la denominada dirofilariosis pulmonar humana, que, según Montoya, “es un proceso más grave, donde las formas inmaduras del gusano producen nódulos a nivel pulmonar que en muchas ocasiones se pueden confundir con tumores pulmonares”.


Otro aspecto zoonótico a destacar es la relación de la Dirofilaria immitis con los procesos atópicos en el hombre, ya que, como indica el experto, “hemos encontrado esa correlación y ahora estamos estudiando si podemos establecer la casualidad específica, pero estamos convencidos de que esta relación patológica existe, al igual que con otros nematodos. Los procesos atópicos humanos son muy frecuentes en España y este aspecto puede tener mucho interés sanitario y social”.


En base al gran interés que presenta la enfermedad en términos de salud humana, Montoya explica que “los veterinarios podemos tener controlada la zoonosis, pero es necesario que otros sanitarios pongan atención en el diagnóstico y control de esta enfermedad. Se han descrito casos humanos y se están describiendo nuevos en España y hay que tenerla como una enfermedad que es prevalente, que debe estar presente en muchos diagnósticos diferenciales”.


En conclusión, el veterinario recuerda que “la dirofilariosis es una zoonosis emergente, que en el hombre puede producir procesos viscerales y cutáneos que, en muchas ocasiones, necesitan una intervención quirúrgica”. Por ello, anima a “establecer enfoque One Health y un control riguroso de este proceso mediante la prevención y en último caso curación, de los animales en riesgo o enfermos, que evite la expansión de la enfermedad”.

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