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La telemedicina veterinaria, ¿presente o futuro?
EDICIÓN

La telemedicina veterinaria, ¿presente o futuro?

​Como consecuencia del brote de la COVID-19 y las semanas de confinamiento, la telemedicina veterinaria en España y en todo el mundo ha ido cobrando protagonismo. Diario Veterinario recoge en tres noticias su situación actual
telemedicina veterinaria

Como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus COVID-19 gran parte de la población mundial ha estado confinada y sufre restricciones de movilidad, esta situación ha provocado que muchas personas dejen de acudir a su centro veterinario. En este periodo de pandemia, la telemedicina está siendo una excelente solución para seguir otorgando cuidados y salud a las mascotas y animales de granja, manteniendo el distanciamiento, limitando las interacciones entre personas y la propagación de la COVID-19.


Todo ello ha llevado a que se comience a pensar en el uso de la telemedicina veterinaria como una alternativa real en todo el mundo, un sistema que funciona desde hace ya tiempo en la medicina de humana pero que la aplicación en veterinaria es relativamente baja.


Según la última encuesta CM Research sobre el impacto del coronavirus en la industria veterinaria realizada en ocho países, uno de los temas evaluados fue el uso de la telemedicina. Pese a que el número de encuestados por país es bajo, en algunos países (por ejemplo, Alemania, España, Francia e Italia) muy pocos veterinarios ofrecían consultas de telemedicina a sus clientes. En los países donde lo hicieron, la mayoría de las consultas se realizaron por teléfono, excepto en los EE.UU. y Australia, donde casi la mitad se realizaron utilizando una plataforma. En España, entre 103 y 196 personas fueron encuestadas en cuatro oportunidades, el porcentaje de usuarios de telemedicina bajó de un 33 a un 18%, y quienes decidieron aplicarla utilizaron principalmente Skype (89%) y sólo un 11% una plataforma especializada.


Cm research

Datos de la encuesta de CM Research.


Si bien no es apropiado para todos los escenarios clínicos, la telemedicina veterinaria puede ayudar con el triaje telefónico y por video, las consultas y, en su caso, la prescripción de medicamentos. Además, con la preocupación existente por el cambio climático, se ha demostrado que el uso de la telemedicina en el sector de la salud humana tiene un efecto beneficioso sobre el medio ambiente.


Aunque actualmente en España su uso es mínimo, José Luis Villaluenga, experto en gestión empresarial de clínicas veterinarias, asegura en declaraciones a Diario Veterinario que “el desarrollo de plataformas seguras, la incorporación de las reglas de uso dentro de la legislación veterinaria española y la mentalidad de los veterinarios hacia la aplicación de las nuevas tecnologías a la consulta veterinaria la pondrá en su sitio en un plazo muy corto”.


Asimismo, Cecilia Henríquez Coronado, veterinaria y diplomada en salud conectada e inteligencia artificial aplicada a la salud y especialista en telemedicina veterinaria, apunta que los clientes “cada vez más tecnificados y digitalizados, en especial los milennials y la generación X, preferirán la comodidad de un buen servicio veterinario a distancia y, para ello, debemos estar capacitados y preparados para responder a esas necesidades. Sin embargo, es necesario recordar que la telemedicina es un complemento de la práctica veterinaria y no debiera proponerse siempre, ya que no se aplica a todos los clientes (personas mayores, con mala conexión a internet...) ni a todos los pacientes (ej: agresivos) ni en todas las patologías (que requieren exámenes complementarios o palpación)”, aclara.


“Hoy en día, la telemedicina es una alternativa para pacientes felinos, aves, animales grandes o de difícil traslado, controles postquirúrgicos, seguimiento de pacientes crónicos, problemas dermatológicos o comportamentales, entre otros. Pero es el médico veterinario quien tiene la responsabilidad de proponer el servicio cuando corresponda y de advertir al cliente a través del consentimiento informado de sus ventajas, desventajas y límites”.


VENTAJAS E INCONVENIENTES


La experta explica para Diario Veterinario las ventajas e inconvenientes de la telemedicina veterinaria.


Respecto a las ventajas, Henríquez las clasifica en tres grandes beneficiarios: el paciente, el cliente y el médico veterinario o centro veterinario.


Para el médico veterinario o clínica veterinaria es una oportunidad de ofrecer servicios innovadores y diferenciales con valor añadido y generar nuevos modelos de negocios que aumenten los beneficios. Incluso para los consultorios o clínicas, es una excelente herramienta para trabajar con especialistas que les ayuden a resolver casos a distancia. Además, es una solución a los desiertos médicos en zonas aisladas o rurales donde no se cuenta con especialistas o hay muy pocas clínicas donde derivar.


Para los pacientes los servicios a distancia garantizan el bienestar animal, al evitar el estrés del transporte y la manipulación del animal, en especial gatos y aves. Favorece el seguimiento y control de enfermedades y mejora la observancia médica. El veterinario puede evaluar al animal en su entorno habitual, realizar una anamnesis ambiental y evaluar el comportamiento y lenguaje corporal del paciente en su domicilio.


Para los clientes otorga servicios en tiempo real o asincrónicos sin tener que moverse de la casa, sin perder tiempo en desplazamientos o esperar en sala de recepción, permite ver a sus mascotas hospitalizadas y mantenerse informados de su evolución y tener un acceso instantáneo o en línea con su médico veterinario de cabecera generándoles tranquilidad y seguridad. 


Por otra parte, la experta apunta que los inconvenientes actuales son el uso indiferenciado del término de telemedicina, el desconocimiento de sus límites y responsabilidades, la falta de seguridad en el intercambio de datos médicos veterinarios y personales (RGPD) en canales no adaptados para ello, el uso indiscriminado de servicios a distancia no remunerados, la reticencia de los veterinarios a su uso o recomendación por falta de conocimiento o interés sobre el tema, y la falta de normativas para ejercer y aplicar la telemedicina de forma ética, óptima, responsable, segura y confiable, sin comprometer el pronóstico o la salud del animal. 


SITUACIÓN ACTUAL EN EL MUNDO


La veterinaria comenta que “existe una gran variación entre un país y otro en cuanto a los aspectos legislativos y regulatorios de la telemedicina. En países anglosajones, como Estados Unidos, Nueva Zelanda, África del Sur o Canadá, pionero en el tema de telemedicina veterinaria, su desarrollo ha sido exponencial, existiendo recomendaciones y directrices para su adecuada y óptima utilización, estableciendo muy claramente lo que es una teleconsulta, de un teleconsejo o una teleinterconsulta”.


En respuesta a la emergencia sanitaria impuesta por la crisis de la COVID-19, “muchos países han legislado con carácter urgente o han flexibilizado temporalmente las normas relacionadas con el posible uso de la telemedicina o la prescripción electrónica. En Francia, la nueva normativa de telemedicina de mayo de 2020, define estrictamente cada tipo de servicio, exige que el médico veterinario declare la actividad y en el caso de las teleconsultas, estas deben ser exclusivamente por videollamadas y en tiempo real o sincrónicas. En Estados Unidos, el 24 de marzo de 2020, la FDA suspendió temporalmente las reglas que prohíben a los veterinarios prescribir ciertos medicamentos sin tener que realizar un examen presencial del animal, y la AVMA (American Veterinary Medical Association) también las flexibilizó, facilitando aún más el uso de los servicios veterinarios a distancia, excepto en el estado de California, donde la Relación-Veterinario-Cliente-Paciente (RVCP) debe respetarse para poder prescribir”. 


Aunque algunos países tengan leyes y regulaciones más avanzadas, ¿es utilizada realmente entre los profesionales veterinarios? Henríquez señala que, en países como Estados Unidos, Canadá o Australia, está implementada, pero no es utilizada por todos los profesionales.


“La telemedicina puede transformarse en un nuevo servicio que puede diferenciar una clínica veterinaria de otra y que puede dar mayor solución médica a los pacientes, trabajando con especialistas a distancia o para brindar cuidados virtuales a sus pacientes. Es fundamental regular el uso de la telemedicina, para otorgar servicios de forma ética, óptima, responsable, segura y confiable, sin comprometer el pronóstico o la salud del animal. Además de establecer el significado de cada término según definición deontológica de cada país y de esta forma, precisar el servicio y no llamar ‘telemedicina’ a cualquier servicio a distancia, ya que genera confusión y falsas expectativas al cliente”, concluye Henríquez.

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