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Guía sobre el manejo del gusano del corazón en perros
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Guía sobre el manejo del gusano del corazón en perros

El parasitólogo veterinario Ian Wright recoge las claves para el correcto tratamiento de esta enfermedad
perro gusano corazón

El gusano el corazón afecta fundamentalmente a los cánidos, aunque también puede infectar a hurones y felinos. Es una enfermedad endémica en varios puntos de España, especialmente en el Levante y los territorios insulares. Es en las Islas Canarias donde el trabajo de los veterinarios está resultando fundamental para contener esta enfermedad.


Para el tratamiento de esta enfermedad existen dos abordajes fundamentales, el tratamiento quirúrgico y el tratamiento médico, según explica Ian Wright, experto en parasitología veterinaria y director de la guía del Consejo Científico Europeo de Parásitos de Animales de Compañía (ESCCAP, por sus siglas en inglés).


Para la extirpación quirúrgica se requieren una visualización ecocardiográfica de las cantidades de gusanos alojados en la arteria pulmonar, donde posteriormente acceder para su extracción mediante el uso de pinzas de cocodrilo flexibles bajo guía fluroscópica. Sin embargo, debido a que estas técnicas requieren experiencia y un equipo especializado, la mayoría de los veterinarios clínicos requieren un enfoque médico para tratar la enfermedad.


CONSIDERACIONES DEL TRATAMIENTO MÉDICO


Durante el tratamiento médico, existe el riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas a medida que los gusanos mueren. No obstante, este riesgo es relativamente bajo si las cargas de gusano del corazón son reducidas y el animal está sano.


Según el experto, realizar la prueba de Knott modificada para establecer la carga microfilarial, es imprescindible antes de comenzar el tratamiento, ya que las altas cargas aumentan el riesgo de anafilaxia. Por otra parte, el tamaño de la carga adulta debe igualmente establecerse, ya que esta determina el riesgo de obstrucción y tromboembolismo.


Antes de comenzar el tratamiento, conviene exponer a los clientes el coste y la duración del tratamiento, así como el pronóstico y las posibles complicaciones derivadas. Asimismo, cabe destacar la importancia de la comunicación directa con el propietario en la prevención de la enfermedad.


GUÍA TERAPÉUTICA


Los perros con signos clínicos, deben estabilizarse previamente antes del tratamiento adulticida. El tratamiento previo puede requerir la administración de glucocorticoides, diuréticos, vasodilatadores, agentes inotrópicos positivos y fluidoterapia.


El tratamiento adulticida propuesto es el siguiente:


Día 1: Doxiciclina 10mg/kg SID o BID, durante 30 días.


Preventivo frente al gusano del corazón (lactona macrocíclica) en el día 0 y día 15.


Día 30: Melarsomina 2,5 mg/kg intramuscular.


Día 60 y 61: Melarsomina 2.5 mg/kg intramuscular.


Posteriormente, el paciente debe someterse a pruebas de microfilarias 30 días después del tratamiento, y seis meses después debe realizarse un test serológico antigénico.


Si hay sospechas de que pueda existir una carga alta de gusanos, se puede usar prednisolona oral desde el inicio del tratamiento adulticida. La dosis será de 0,5 mg/kg, dos veces al día durante una semana, 0,5 mg/kg una vez al día, la semana siguiente, para concluir con 0,5 mg/kg cada dos días, por dos semanas más. La prednisolona tiene la capacidad de reducir la aparición de tromboembolismo durante el tratamiento, según explica.


Existen evidencias de que el ejercicio supone un factor de riesgo en el desarrollo de complicaciones, como tromboembolismo, durante el tratamiento. Por lo que la restricción de la actividad física debe implementarse desde el día 0 hasta un mes después de la última inyección de adulticida.


TRATAMIENTO ALTERNATIVO SIN MELARSOMINA


El llamado régimen de “muerte lenta” solamente está indicado cuando la melarsomina no se encuentre disponible, ya que conlleva cierto riesgo de anafilaxia añadido a las complicaciones del tromboembolismo.


El protocolo es el siguiente:


Doxiciclina: 10 a 20 mg/kg SID o BID durante 30 días.


Ivermectina: Dosis de 6 a 12 mg/kg mensuales, o moxidectina tópica 2,5 mg/kg mensuales, hasta obtener dos resultados negativos de test de antígenos consecutivos después de 12 meses.


Igualmente, la restricción del ejercicio está recomendada desde el día 0 hasta que se elimine la infección. 

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