El Colegio de Veterinarios de Alicante (Icoval), que actuó como acusación particular y que recurrió a una investigadora, ha logrado una sentencia condenatoria por intrusismo a una auxiliar técnica veterinaria (ATV).
Según queda acreditado en el fallo del Juzgado de lo Penal nº 2 de Orihuela con sede en Torrevieja del 16 de septiembre, la auxiliar -que trabaja en una conocida cadena de tiendas para animales- “desparasitó, implantó a un perro una vacuna heptavalente y cumplimentó la cartilla sanitaria del citado animal estampando el sello de la empresa el número de veterinario colegiado, a sabiendas que carecía del preceptivo título académico que le habilitara para el desempeño de esa actividad”.
El caso se inició a raíz de una denuncia presentada ante Icoval por un colegiado, que decía tener constancia de que en el citado establecimiento se estaban realizando actos veterinarios por personal sin la titulación necesaria. Con la intención de demostrar tal cosa, una detective contratada por el colegio veterinario visitó el centro con un perro.
La defensa trató en vano de calificar tal cosa bajo la figura de un ‘delito provocado’’ para así exonerar de responsabilidad a la auxiliar, que no se presentó a la vista celebrada el 10 de septiembre.
6 EUROS DURANTE 15 MESES
La sentencia -que no es firme- considera probado “que no sólo vacunó, sino que prescribió la vacuna correspondiente,” por lo que la condena al pago de una multa de 15 meses con cuota diaria de 6 euros.