Los entornos urbanos y periurbanos a nivel mundial se enfrentan a desafíos crecientes en la gestión de los gatos domésticos que vagan libremente, denominados gatos comunitarios en la legislación española. Estos animales intersecan diversas preocupaciones: conservación de la biodiversidad, salud pública, saneamiento urbano y bienestar animal. Los estudios documentan su impacto en las especies nativas a través de la depredación y la alteración del comportamiento, especialmente en ecosistemas fragmentados y entornos insulares. La hibridación con gatos monteses es otra posible preocupación, aunque los estudios sugieren que en la Península Ibérica se observan bajas tasas de hibridación debido a la fuerte segregación espacial entre gatos domésticos y monteses. Sin embargo, en contextos urbanos, su papel ecológico es más matizado, ya que muchos dependen en gran medida de fuentes de alimento antropogénicas. Los parques y jardines urbanos pueden servir como refugios importantes para la fauna nativa, pero también pueden convertirse en sumideros de población cuando se exponen a la presión de depredación sostenida de los gatos que vagan libremente.
Los entornos urbanos y rurales influyen en la dieta, el impacto ecológico, la densidad de población, el comportamiento reproductivo y la estructura social de los gatos comunitarios. Las colonias urbanas, a menudo más estables y densas, presentan una actividad reproductiva prolongada debido a la disponibilidad de alimento durante todo el año, lo que contribuye a los conflictos sociales. Por el contrario, los gatos rurales presentan una reproducción más estacional, densidades más bajas y una mayor dependencia de la caza.
Las altas densidades de gatos comunitarios exacerban las molestias públicas, la transmisión de enfermedades zoonóticas y felinas, y los conflictos entre residentes, alimentados por el abandono, las prácticas de alimentación no reguladas y la escasa supervisión institucional. En consecuencia, existe un creciente interés en estrategias socialmente aceptables y con fundamento ético para la gestión de gatos urbanos. Esta tendencia coincide con los llamamientos internacionales a favor de enfoques basados en datos y éticamente coherentes que integren la monitorización, la participación comunitaria y estrategias de financiación a largo plazo.
Entre los métodos de control no letales, la estrategia de captura, esterilización y devolución (TNR) se ha convertido en la más ampliamente implementada y socialmente aceptada, en particular en Europa y partes de Norteamérica, aunque sigue siendo controvertida en algunas jurisdicciones. Implica la captura humanitaria, la esterilización, la desparasitación, la vacunación y la devolución de los gatos a sus territorios. Cuando se realiza de forma intensiva y sistemática, la TNR puede estabilizar o reducir las poblaciones con el tiempo.
Sin embargo, el éxito a largo plazo del TNR se ve comprometido por tasas de esterilización insuficientes, un seguimiento irregular, y una coordinación interinstitucional deficiente. Abordar estas limitaciones requiere no solo precisión técnica, sino también inversión sostenida, una gobernanza estructurada y la integración con una planificación urbana más amplia.
El enfoque de España para la gestión de gatos comunitarios ha sido históricamente fragmentado. Entre 2002 y 2020, varias comunidades autónomas y municipios reconocieron colonias felinas y promovieron la TNR. Sin embargo, la mayoría de las iniciativas siguieron siendo de pequeña escala, con financiación insuficiente y en gran medida dependientes de voluntarios. Este panorama cambió con la promulgación de la Ley 7/2023 de Bienestar Animal de España, que introdujo un marco nacional obligatorio para la identificación, el registro y la gestión basada en la TNR de los gatos comunitarios.
Ahora, los municipios deben implementar el registro de colonias, el censo, la esterilización, la vacunación, la desparasitación y el control sanitario, mientras que el control letal y el confinamiento están explícitamente prohibidos, excepto en condiciones excepcionales. Esto posiciona a España como uno de los pocos países con una obligación legal nacional para la gestión basada en TNR.
Para hacer operativo este mandato legal, el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 ha desarrollado el Plan de Acción para la Gestión de Colonias Felinas y Gatos Comunitarios (PACF) en 2025. Este marco técnico y de gestión proporciona una guía con base científica para los municipios, integrando consideraciones ecológicas, demográficas, logísticas y económicas, adaptables a diferentes contextos municipales. El modelo de población para el Plan se basa en datos presentados por aproximadamente 1.100 municipios. (13,9 % del total de España), que contribuyeron a estimar las poblaciones nacionales de gatos comunitarios, modelar trayectorias demográficas en diferentes escenarios de gestión y proyectar los costos asociados. Estas proyecciones se basan en la mejor evidencia disponible de la literatura científica, datos de campo y estudios de caso tanto dentro como fuera de España. Una planificación eficaz de TNR requiere la integración de diagnósticos de referencia, modelos demográficos y proyecciones de costos para guiar las inversiones estratégicas y garantizar el seguimiento a largo plazo de los resultados.
Un artículo realizado por Octavio P. Luzardo, y María del Mar Travieso-Aja de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, junto con Ruth Manzanares-Fernández y José Ramón Becerra-Carollo, de la Dirección General de Derechos de los Animales del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, presenta la justificación científica y los fundamentos metodológicos del PACF, además de ofrecer un análisis exhaustivo de las estrategias de modelización demográfica y recomendaciones estratégicas diseñadas para respaldar la toma de decisiones basada en la evidencia para la gestión de gatos comunitarios. Al situar la experiencia española en el contexto global de la implementación del TNR, este estudio, añaden los autores, contribuye a un debate académico y político más amplio sobre la integración del bienestar animal y la conservación de la biodiversidad en la planificación urbana y paisajística, y subraya la necesidad de estrategias de gestión ecológicamente sólidas, legalmente sólidas y socialmente legítimas.
Utilizando datos estandarizados presentados por 1128 municipios, los autores estimaron una población de referencia de 1,81 millones de gatos comunitarios distribuidos en 125.000 colonias. Estos datos se estratificaron por tamaño de población municipal y se aplicaron a las cifras del censo nacional para generar una estructura demográfica lista para su modelización. Posteriormente, implementaron una para proyectar la dinámica poblacional a largo plazo en un horizonte de 25 años. El modelo integró ocho escenarios demográficos y ambientales definidos mediante una combinación de clasificación urbano-rural y potencial reproductivo ecológico basado en el fotoperiodo y la temperatura invernal. Los parámetros incluyeron el rendimiento reproductivo, la mortalidad, la cobertura de esterilización, las tasas de abandono y adopción, los eventos catastróficos estocásticos y la capacidad de carga territorial. La primera proyección simuló la dinámica de la población bajo la tasa de esterilización actual de aproximadamente 20 %, lo que refleja intervenciones fragmentadas y discontinuas que mantienen la proporción nacional de 80:20 entre gatos esterilizados y no esterilizados.
“Con las tasas de esterilización actuales (~20 %), nuestras proyecciones indican que la población de gatos comunitarios en España podría superar los 5 millones de individuos para 2050, saturando los umbrales ecológicos y sociales en una década”.
Para evaluar el impacto de la esterilización intensiva, se modelaron dos escenarios alternativos: una cobertura nacional del 40 % (el doble de la tasa actual) y una cobertura idealizada del 80 %, ampliamente citada en la literatura como el umbral para un control poblacional efectivo en una década. Si bien el escenario del 80 % ilustra la eficacia teórica, sigue siendo poco realista, lamentan, en muchas zonas rurales de España debido a limitaciones económicas y logísticas.
Por ello, propusieron una estrategia de esterilización diferenciada, alineada con la intensidad reproductiva territorial (50 % en la mayoría de las áreas, 60-70 % en zonas de alta presión), que logra la estabilización de la población para 2030 en aproximadamente 1,5 millones de gatos, seguida de un declive gradual a largo plazo. Este escenario, exponen, prioriza la viabilidad, a la vez que reduce sustancialmente el rendimiento reproductivo, especialmente en contextos rurales y de alta intensidad. “El PACF combina la modelización demográfica estratificada con la sensibilidad espacial, ofreciendo un marco flexible y adaptable a las condiciones locales”. Asimismo, incorpora los principios de Una Salud e introduce herramientas para la gestión adaptativa, incluyendo plataformas de monitoreo digital y protocolos estandarizados de bienestar.
“Si bien no se evaluaron directamente los impactos ecológicos, la estabilización demográfica propuesta está diseñada para mitigar los riesgos poblacionales para la biodiversidad y la salud pública sin recurrir al control letal”, comentan. Al integrar mandatos legales, modelización estratificada y objetivos de intervención realistas, este estudio describe “un marco replicable y escalable para la acción coordinada en todos los niveles administrativos, y ejemplifica cómo la política nacional puede implementarse mediante herramientas de planificación basadas en datos y con sensibilidad territorial”.
En este sentido, los autores indican que hallazgos respaldan el despliegue estratégico de programas basados en TNR en diversos contextos municipales, proporcionando un modelo para otros países que buscan alinear la política de bienestar animal con la planificación ecológica bajo una perspectiva de gobernanza multinivel.
“Este estudio presenta el primer marco nacional integral para la gestión ética de las poblaciones de gatos comunitarios en España, integrando mandatos legales, modelos demográficos estratificados y adaptación territorial al potencial reproductivo. La estrategia propuesta, estructurada en torno a objetivos de esterilización diferenciados (50-60-70 %), equilibra la eficacia biológica con la viabilidad operativa, abordando la diversidad ecológica y demográfica del territorio español”, concluyen.