Artemisia annua es una planta medicinal de la familia Asteraceae, reconocida desde hace más de 2000 años en la medicina tradicional china por sus propiedades terapéuticas. Se ha observado que A. annua se utilizaba históricamente para tratar la fiebre y se cita con frecuencia en herbolarios antiguos.
Durante siglos, A. annua se utilizó en la medicina tradicional, aunque su eficacia no se comprendió por completo hasta las décadas de 1960 y 1970. En 1972, un equipo de investigación aisló con éxito la artemisinina, una lactona sesquiterpénica muy eficaz contra Plasmodium falciparum, el parásito responsable de la malaria.
Hoy en día, A. annua y su compuesto activo, la artemisinina, producida exclusivamente en los tricomas glandulares, principalmente en las hojas de la planta, siguen siendo objeto de una extensa investigación médica. Los científicos están explorando su potencial para tratar una amplia gama de enfermedades, tanto en humanos como en animales. Más allá de la artemisinina, existe un creciente interés en los efectos sinérgicos entre la artemisinina y otros compuestos bioactivos presentes en las hojas de A. annua, como flavonoides, ácidos fenólicos y polisacáridos. Estos metabolitos secundarios pueden potenciar la eficacia farmacodinámica de la artemisinina al aumentar su biodisponibilidad, prolongar su actividad o modular diferentes vías celulares.
Además, estos otros metabolitos secundarios también presentan propiedades farmacológicas independientes, como actividades antiinflamatorias, antioxidantes y antimicrobianas, lo que convierte a A. annua en un prometedor candidato terapéutico polifarmacológico. En lugar de centrarse únicamente en la artemisinina, los investigadores ahora exploran el potencial medicinal más amplio de la planta completa. Este enfoque integrado podría abrir nuevas vías para terapias combinadas dirigidas a la malaria, el cáncer, las infecciones virales y las enfermedades autoinmunes.
La historia de la A. annua es testimonio de la exitosa combinación de conocimientos ancestrales y ciencia moderna, demostrando cómo un remedio tradicional puede convertirse en un recurso crucial dentro del concepto de "Una Salud". Este concepto reconoce la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental, destacando la importancia de los enfoques integrados para abordar los desafíos de salud y beneficiar a todos los organismos vivos.
En este contexto, A. annua ha cobrado relevancia por sus prometedoras propiedades medicinales para abordar problemas de salud animal. Si bien la investigación en este campo aún se encuentra en desarrollo, en comparación con los estudios en salud humana, una revisión realizada en España sirve como punto de partida, centrándose en afecciones respaldadas por evidencia sustancial en la literatura existente.
Los autores revisaron bases científicas. La búsqueda se centró en publicaciones relacionadas con la actividad biológica y el potencial terapéutico de Artemisia annua y sus compuestos, en particular la artemisinina, en el contexto de la salud animal. Posteriormente, clasificaron los efectos del compuesto en distintos aspectos de la salud de los animales.
En primer lugar, hablaron de Artemisia annua y su papel en el apoyo a la salud intestinal. Además de sus efectos sobre la microbiota, se ha demostrado que A. annua fortalece la barrera intestinal, y exhibe potentes propiedades antiinflamatorias.
Concretamente, comentan que “las investigaciones indican que A. annua mejora el rendimiento del crecimiento en aves de corral. En pollos de engorde, la administración de extracto acuoso de A. annua resultó en un aumento del peso corporal final y una mejor eficiencia alimenticia”. Por otro lado, indican que A. annua y su compuesto activo, la artemisinina, han demostrado un potencial significativo para favorecer la salud gastrointestinal y ruminal, modular el microbioma y reducir la inflamación.
En otro punto, indican que A. annua, ampliamente reconocida por su papel en el tratamiento de la malaria, también ha demostrado prometedoras propiedades antiparasitarias en animales. Su compuesto activo, la artemisinina, es un componente clave de las terapias combinadas basadas en artemisinina contra Plasmodium spp., el protozoo responsable de la malaria.
El mismo mecanismo subyacente a su eficacia en parásitos humanos (generando especies reactivas de oxígeno que dañan las células del parásito) también se aplica a varios parásitos animales (Leishmania spp., Trypanosoma spp., Eimeria spp.), Esta similitud en la acción destaca a A. annua como “una alternativa natural potencial para el manejo de infecciones parasitarias en animales”.
Concretamente, hablan sobre el papel del compuesto frente a la leishmaniosis canina, y comentan que A. annua y la artemisinina han demostrado una eficacia prometedora contra los parásitos de Leishmania, lo que “destaca su potencial como cotratamientos eficaces junto con las terapias convencionales”.
Recogiendo estos avances, la empresa Livisto cuenta con Artennua®, un producto formulado únicamente con las hojas secas trituradas de la versión optimizada de la planta Artemisia annua, lo que lo convierte en un complemento natural y efectivo en el tratamiento de la leishmaniosis canina, representando una prometedora integración terapéutica a los tratamientos recomendados en el protocolo de la asociación científica LeishVet, de acuerdo con el sistema de estadiaje clínico de la enfermedad.
El cáncer es una de las principales causas de muerte en mamíferos. Al igual que en los humanos, los animales pueden desarrollar una amplia gama de cánceres, aunque su prevalencia y características varían dependiendo de factores tales como especie, raza, edad y estilo de vida.
Actualmente, existe un creciente interés científico significativo en el potencial anticancerígeno de A. annua y la artemisinina. Numerosos estudios in vitro, in vivo y clínicos sugieren que la artemisinina y otras moléculas bioactivas en la planta, como los polifenoles, exhiben importantes propiedades anticancerígenas.
Otros aspectos explorados han sido el papel de la artemisinina en sinergia con otras moléculas, la estandarización en plantas medicinales, o las perspectivas futuras sobre estos compuestos, concluyendo que “la investigación continua es vital para aprovechar al máximo el potencial terapéutico de A. annua en medicina veterinaria, lo que incluye el perfeccionamiento de las dosis, la comprensión de su biodisponibilidad y seguridad, y la adaptación de tratamientos a las diferentes especies animales”.