La temperatura del ojo izquierdo puede ser un indicador de la actividad cerebral en los caballos

Los caballos son unos animales inteligentes que pueden ser entrenados en distintas disciplinas y han demostrado una amplia versatilidad para participar en actividades con las personas.

Un equipo de científicos británicos ha explorado cómo el nivel de excitación de los caballos (el grado en que podían estar excitados o estresados, por ejemplo) afectaba su rendimiento en una tarea cognitiva.

Los investigadores midieron marcadores fisiológicos de excitación, incluida la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la temperatura ocular, mientras los caballos descansaban y nuevamente durante el aprendizaje.

Como parte del estudio, a un grupo de 20 caballos se le dio a elegir entre dos objetivos, y el correcto resultó en una recompensa de comida. Una vez que los caballos aprendieron a seleccionar el objetivo correcto, los investigadores "invirtieron" la tarea para que los caballos tuvieran que seleccionar el objetivo opuesto para recibir la recompensa.

El equipo encontró que los caballos que tenían una menor excitación tanto en reposo como durante el aprendizaje se desempeñaron significativamente mejor en el desafío cognitivo. Los caballos que obtuvieron mejores resultados en la tarea también mostraron un aumento en la temperatura del ojo izquierdo, lo que fue un predictor significativo del rendimiento.

Los investigadores sugieren que la temperatura del ojo izquierdo puede haber aumentado como resultado del aumento del flujo sanguíneo al hemisferio izquierdo del cerebro.

El hemisferio izquierdo es responsable de aprender respuestas específicas a estímulos y comportamientos alimentarios, los cuales fueron parte integral del desafío. También se midió la velocidad de parpadeo, pero no pareció influir en el desempeño de los caballos en la tarea, a pesar de estar relacionada con la dopamina (un neurotransmisor importante para el aprendizaje) en animales y humanos.

El equipo sostiene que, además de revelar que los caballos más relajados se desempeñan mejor en las tareas, “el estudio demuestra el uso de marcadores fisiológicos para predecir cómo podrían aprender los caballos individuales”.

"Esperamos regularmente que los caballos domesticados aprendan respuestas de comportamiento diferentes y complejas como parte de sus funciones laborales", comentaron.

“En su vida cotidiana, los caballos requieren flexibilidad de comportamiento, la capacidad de adaptarse a entornos cambiantes, como diferentes jinetes y adiestradores. Sin embargo, también necesitamos que los caballos tengan un excelente control cognitivo para que podamos confiar en ellos de manera segura para dar respuestas consistentes a órdenes importantes como "reducir la velocidad" o "detenerse".

“Este delicado equilibrio entre flexibilidad y control es lo que hace que los caballos sean tan buenos compañeros de equipo. Sin embargo, cuando las cosas van mal, puede haber consecuencias peligrosas, por lo que es vital que comprendamos cómo aprenden los caballos y podamos predecir mejor su rendimiento en el aprendizaje”.

“Este estudio realmente ha ayudado a nuestra comprensión para predecir qué tan bien aprenden los caballos individuales, y los caballos más relajados claramente aprenden mejor. Es importante para nosotros reconocer el impacto que la excitación en el hogar o en el ambiente de entrenamiento puede tener en el aprendizaje de los caballos”, añaden.

“Lo que también es fascinante es que es posible que hayamos encontrado evidencia de la actividad del hemisferio izquierdo del cerebro midiendo las diferencias de temperatura ocular durante el aprendizaje”, celebran.

"Esto requiere más investigación, pero, si se puede demostrar un vínculo, significa que podremos por primera vez medir la actividad hemisférica de forma no invasiva y en tiempo real", concluyen.