La leishmaniasis canina (CanL) es una enfermedad zoonótica que se transmite por vectores y que es causada por el parásito protozoario Leishmania infantum. Esta enfermedad es endémica en España y se ha reportado una seroprevalencia de entre el 14 % y el 34,2 %.
Los perros que padecen CanL pueden presentar diferentes manifestaciones clínicas que pueden variar desde una infección subclínica en la que no se aprecian signos de la enfermedad, hasta una enfermedad riesgo de muerte. Los signos clínicos más comunes que se observan en leishmaniasis canina son la linfadenopatía y los cambios dérmicos. Sin embargo, la disfunción renal se observa con frecuencia y se asocia con un mal pronóstico y un aumento de la mortalidad.
La insuficiencia renal en CanL se asocia con el depósito de complejos inmunitarios circulantes solubles que resultan de la respuesta inmunitaria humoral exacerbada contra el parásito. Este depósito da lugar a enfermedad glomerular, que se observa clínicamente como proteinuria persistente, aunque suele progresar a glomerulonefritis y/o nefritis intersticial.
Para detectar y evaluar la progresión de la enfermedad renal crónica (ERC) en CanL, se recomienda una variedad de biomarcadores que incluyen creatinina o dimetilarginina simétrica (SDMA). Sin embargo, los biomarcadores tradicionales como la urea y la creatinina detectan el daño renal en estadios avanzados de la enfermedad, cuando al menos el 75% de las nefronas no son funcionales. En el caso del SDMA, el daño de las nefronas es del 40 %.
Por lo tanto, se necesitan biomarcadores más precisos para la detección temprana. Así, un estudio realizado por Patricia Ruiz, Inmaculada Sevidane, Ángela Durán, Ana Belén García, Beatriz Macías-García y Rafael Barrera, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura, evaluaron la relación gamma-glutamil transferasa/creatinina urinaria (uGGT/c) como un biomarcador temprano de lesión renal en perros con leishmaniosis, incluidos 17 perros sanos y 77 perros con leishmaniosis, categorizados según las directrices de la International Renal Interest Society (IRIS).
Se analizaron los parámetros plasmáticos y urinarios, incluida la uGGT/c. Se observaron relaciones uGGT/c elevadas en más del 50 % de los perros no azotémicos ni proteinúricos y en todos los perros con proteinuria de leve a moderada.
El cociente uGGT/c demostró una sensibilidad del 90,4 % y una especificidad del 80 % para la detección temprana del daño tubular renal, superando a la creatinina plasmática (44,2 %) y la SDMA (51,9 %). A su vez, el cociente uGGT/c mostró una fuerte correlación con la proteinuria, lo que indica su utilidad como indicador temprano de disfunción renal.
“A pesar del pequeño tamaño de la muestra, la implementación del cociente uGGT/c como un biomarcador prometedor podría mejorar el diagnóstico temprano y la intervención clínica, ayudando a prevenir el daño renal irreversible en perros afectados por leishmaniosis”, indicaron los autores.