En un sector cada vez más corporativo y competitivo, las clínicas veterinarias independientes viven entre la ilusión de resistir y la presión de rendirse. ¿Qué factores determinan su continuidad? ¿Qué perfil de liderazgo favorece la sostenibilidad? ¿Y cómo afecta todo esto a la salud emocional de quienes dirigen estos centros?
Durante un estudio realizado con 298 clínicas independientes, analicé junto a sus gerentes dos ejes clave: su intención de mantener la independencia empresarial y su proyección futura. Cruzando estos datos con variables emocionales como la carga mental, el agotamiento o la motivación, apareció una tipología reveladora.
El perfil 'soñador' (alta ilusión, poca estrategia), el 'superviviente' (estrés y presión económica constantes) y el 'trabajador' (altamente implicado pero al borde del burnout) conviven con perfiles como el 'gerente' o el 'conductor', que logran equilibrar dirección, autocuidado y visión de futuro.
Los datos muestran que muchas clínicas que quieren seguir siendo independientes carecen de estructuras organizativas, apoyo o herramientas de decisión. Y que muchas de las decisiones más importantes (como vender, crecer o diversificar) se toman desde el cansancio o la inercia, no desde la estrategia.
La sostenibilidad del modelo independiente no pasa por oponerse a los cambios del sector, sino por saber adaptarse con sentido. Y eso empieza por reconocer que dirigir una clínica hoy no solo requiere conocimientos clínicos, sino también liderazgo emocional, apoyo externo y claridad de rumbo.
En lugar de preguntarnos si las clínicas deberían resistir o rendirse, tal vez la pregunta sea: ¿qué necesitan para seguir liderando con sentido?