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Recogen los avances más recientes de la enfermedad del ligamento cruzado craneal canino

Recogen los avances más recientes de la enfermedad del ligamento cruzado craneal canino

Buscan integrar el conocimiento actual destacando los avances en las modalidades de diagnóstico por imagen, los enfoques terapéuticos y las técnicas quirúrgicas
enfermedad ligamento cruzado craneal canino
Las razas comúnmente afectadas incluyen Labrador Retriever, Terranova, Rottweiler o San Bernardo.

El ligamento cruzado craneal (LCC) es una estructura crucial para mantener la estabilidad de la articulación de la rodilla durante actividades que implican soportar peso. Funciona limitando el movimiento craneal excesivo de la tibia con respecto al fémur. En casos donde el ligamento está comprometido, hay un marcado aumento en la inestabilidad articular, lo que lleva a la degradación del cartílago, lesión de menisco y la eventual progresión a osteoartritis si no se trata. Los efectos a largo plazo del ligamento no tratado sobre la movilidad articular y la salud general de la rodilla subrayan la importancia del diagnóstico y la intervención oportunos.

 

La enfermedad del ligamento cruzado craneal es una afección multifacética influenciada por una combinación de predisposiciones genéticas, factores ambientales y estrés biomecánico. Una comprensión integral de la enfermedad requiere el conocimiento de la anatomía y fisiología del LCC, la biomecánica de la articulación de la rodilla y los mecanismos fisiopatológicos que subyacen a la degeneración ligamentosa. Se deben considerar adicionalmente los factores de riesgo específicos de la raza, como la conformación de las extremidades pélvicas y la angulación articular, que pueden predisponer a ciertas razas a lesiones ligamentosas.

 

Avances más recientes de la enfermedad del ligamento cruzado craneal canino

 

Una revisión reciente busca integrar el conocimiento actual destacando los avances en las modalidades de diagnóstico por imagen, los enfoques terapéuticos y las técnicas quirúrgicas. El objetivo es proporcionar una comprensión más clara de la patogénesis de la LCC, mejorar los resultados clínicos mediante estrategias de tratamiento basadas en la evidencia e identificar áreas donde se necesita más investigación para optimizar las prácticas de manejo y prevención en los perros afectados. Al abordar estos elementos clave, esta revisión busca optimizar la toma de decisiones clínicas y la calidad de la atención a los pacientes caninos con LCC.

 

De este modo, los autores pretenden proporcionar a los profesionales clínicos y cirujanos una síntesis actualizada de los avances en técnicas de diagnóstico, opciones de tratamiento y hallazgos de investigación que han surgido durante la última década. La enfermedad del ligamento cruzado craneal representa una preocupación ortopédica significativa en la medicina canina, que afecta a una amplia gama de razas, pero impacta desproporcionadamente a las razas más grandes y algunas razas más pequeñas predispuestas por rasgos conformacionales específicos. Además de su importancia clínica, la enfermedad del ligamento cruzado craneal impone una carga financiera sustancial, con costes de tratamiento elevados.

 

Diferencia entre razas pequeñas y grandes

 

La revisión ha hablado sobre el impacto de los factores genéticos, comentando que ciertas razas de perros están particularmente predispuestas a sufrir lesiones del ligamento cruzado craneal debido a su tamaño, conformación y factores genéticos. Los perros grandes y con sobrepeso son notablemente susceptibles a la ruptura del LCC, ya que su mayor peso corporal ejerce mayor presión sobre las articulaciones, lo que acelera los procesos degenerativos que debilitan el ligamento. Las razas comúnmente afectadas incluyen Labrador Retriever, Terranova, Rottweiler o San Bernardo, entre otros. Además, estas razas frecuentemente presentan displasia de cadera, lo que tensiona aún más los ligamentos e influye en el mecanismo del cuádriceps.

 

En razas más pequeñas, las lesiones del ligamento cruzado anterior suelen asociarse con una tensión excesiva causada por la inestabilidad tibial asociada a afecciones como la luxación rotuliana, especialmente en casos graves.

 

Otro apartado se ha encargado de revisar el diagnóstico de la enfermedad. Comentando por los síntomas, indican que, aunque las manifestaciones clínicas de la enfermedad del ligamento cruzado craneal pueden diferir, generalmente consisten en una combinación de síntomas que indican inestabilidad articular y malestar. “La posición sentada, en la que el perro se sienta con la pata trasera extendida en lugar de doblada debajo de su cuerpo para indicar malestar e inestabilidad, es otro indicador típico”, comentan. En este sentido, añaden que las pruebas de palpación y manipulación son esenciales para determinar el nivel de daño del ligamento y las anomalías musculoesqueléticas en un perro sospechoso de tener una lesión del LCC.

 

Por último, la revisión resumen que los perros que sufren de enfermedad del ligamento cruzado craneal experimentan graves deterioros en su movilidad y bienestar general. “La complejidad de esta enfermedad se debe a una combinación de variables hereditarias, mecánicas y fisiológicas”. El diagnóstico y el tratamiento efectivos de la disfunción de la articulación de la rodilla requieren “una comprensión detallada de la estructura de la articulación, la función del ligamento cruzado craneal y la dinámica articular”.

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